5.- ¿Querer? (parte 1)

3.3K 398 4
                                    


-Uuuuff… qué fastidio – Comentó Tsukishima mirando por la ventana de la biblioteca, eran cerca de las 6 de la tarde, balanceó su lápiz entre sus dedos. Y un sonido de pasos corriendo hacia la mesa llamó su atención.

-Uuuuy lo siento Tsukishima.

-Andando – Dijo mientras se ponía en pie y le entregaba a Carita de fresa los libros que sacarían para preparar el material para la exposición de biología de la próxima semana.
.
.
.

-Tadaima.

-Okairi Kei… oh Yamaguchi viene contigo, ¿te quedas a cenar cielo? – La confianzuda de su madre habló… claro que después de ver ir y venir con ese chico en estas últimas tres semanas, quien no.

-No se moleste…

-Yo creo que si mamá, tenemos que terminar un trabajo y nos puede llevar tiempo.

-Me parece perfecto. Nos vemos en un rato cariño – Comentó alegremente su madre.

Tsukishima se dirigió a su recamara seguido por Carita de fresa.

-Creí que iríamos a mi casa Tsukki – susurro entrando a la remara del rubio.

-Tu recamara tiene una enorme televisión, definitivamente no terminaríamos las lamitas, y es lo último que nos falta.

-Pues aun estamos a tiempo, me agrada terminar los trabajos con tiempo de sobra.

-Pues lo hubiéramos terminado desde el lunes sí ALGUEIN, no perdiera su tiempo con cierto Club.

-jajaja vas a comenzar – Ese era el típico ataque sarcástico del rubio cada vez que carita de fresa mencionaba algo con respecto al tiempo – Ya acepta que te gusta el voleibol – Comento el chico mientras sacaba una mesita del armario.

Tsukishima lo miro con odio… silencio, el rubio totalmente callado acomodo lápices, regletas y plumones.

-Sabes de lo que hablo.
-No lo sé.

- Tsukki ¿Cuándo me vas a decir porque lo dejaste?

-No sé, ¿Nunca? – Carita de fresa rio – ¿Por qué eres tan chismoso Yamma?

-Si no hubiera un balón al fondo de ese armario- se llevó un dedo a la barbilla – mmm tal vez no lo seria – una radiante sonrisa ataco a Kei.

-Mmm como sea – lo miro fijamente- Silencio y saca los materiales.

Llevaban un mes con esa amistad, Yamaguchi se había acomodado a la forma de ser del rubio y este inesperadamente le agradaba la sincera compañía de Carita de fresa, aun que aun no es fan de que carita de fresa siga practicando voleibol.
.
.
.
Al día siguiente, luego de terminar las clases y que carita de fresa se fuera corriendo al Club, el rubio notó una libreta en sus cosas que no le pertenecía… “genial, justo es japonés moderno y no puedo devolverlo mañana ya que dejaron tarea”… busco su celular y le marco a Yamaguchi para hacerle saber de su descuido… nada… seguramente al estar en el club su celular estaba abandonado en algún lado. Lo medito bastante… podría llevar la libreta directamente a la casa del pecoso, “¿no el jueves la madre de carita de fresa tiene turno nocturno? demonios, no me queda de otra”

-Tsk – Se encamino al club.

.

Tsukishima estaba a unos pasos del club, escucho el rebote del balón, se detuvo, escucho el chirrido de los tenis contra la cancha, bajo la mirada, un balón salió por la puerta y rodaba justo hacia sus pies, apretando la correa de su mochila se dio la vuelta y volvió por donde vino “podría esperarlo en la salida”

.

Su celular sonó, era Yamaguchi.

-¿Tsukishima?

-Estoy en la salida, tu libreta.

-¿eh? Voy para allá Tsukishima.

La llamada se cortó, por eso le agradaba carita de fresa, no había necesidad de mucha palabrería para comprenderse.
.
-Perdón Tsukishima, ¿entonces tienes mi libreta?

-¿ah? ¿eh? Heeey, ¿Quién es este Yamaguchi?  –  El enano que odia Yamaguchi se acercó a ellos.

-Un amigo – Tsukishima se sorprendió ante lo sería que salió la voz de Yamaguchi, Kageyama llego y puso un brazo sobre el hombro de carita de fresa.

-¿Qué haces aquí? – Miro al rubio algo curioso.

-oh perdón rey por presentarme indignamente ante usted.

-¿Rey? ¿Qué es eso? ¿Eh? ¡¡Dime!!, ¡¡dime!! ¿Qué es eso de rey? – El pelinaranja se movió inquietamente hambriento de información.

-¿Que dijiste? – y Tsukishima estuvo totalmente satisfecho con el cambio en el rostro de Kageyama, rencor lo fulminó.

-Algo que, A TI, no te interesa – Yamaguchi respondió al pelinaranja – Tobio – el rey volvió la mirada a hacia su novio – Me voy con Tsukishima, nos vemos mañana – y fue el turno de Tsukishima de mirar con odio al rey, pues carita de fresa deposito un ligero beso en la mejilla de Kageyama.

-uuugh, No entiendo porque siempre hacen eso – En pelinaranja corrió.

-Ya te dije que es mi novio, boke – regreso su atención a carita de fresa – Nos vemos – y ambos sonrieron, Kageyama corrió tras Hinata.

-Aaaaarg, ¿ya puedo vomitar? – Tsukishima ataco.

-Pues quien te detiene Tsukishima – Carita de fresa LE sonrió y eso le agrado.

-Sabes a lo que me refiero-comento mientras iniciaban su caminata hacia sus hogares

-jajaja – Yamaguchi siguió sus pasos – oye, debiste alcanzármelo en el club.

-Yo… no quiero estar en ese lugar – Carita de fresa pudo notar algo más del común sarcasmo, pero no supo definir que, ¿tristeza? ¿Miedo?

-Discúlpame por mi descuido, ¿sabes? Necesito pasar a la tienda y comprar leche para el postre de mañana – Yamaguchi decidió que era momento de cambiar de tema y ambiente.

- ¿Traerás pastel mañana?

- Se-cre-to

-Tonto – Carita de fresa se carcajeó para ÉL

.

Llegaron a la puerta del rubio, pero este aun ¿quiere? Estar con Yamaguchi.

- ¿Pasas? Tu madre tiene turno nocturno ¿cierto?

- No quiero molestar.

-Si molestaras no te pediría pasar – Yamaguchi no respondió y en silencio pasaron a la habitación de rubio.

-¿Tu madre tampoco esta? – Pregunto Yamaguchi dejando a un lado su mochila.

-Me envió un mensaje, una tía tuvo un problema – Tsukishima busco en el armario su ropa de casa mientras Carita de fresa curioseaba unas revistas desde su cama – Pero no necesito preparar nada, me dijo que traería algo para cenar, ¿pido para ti?

-No Tsukki, mi madre debió dejar mi cena- sintió la cama hundirse, pues el rubio se acomodaba a su lado.

-Que tanto le ves a esa revista aburrida de voleibol – El rubio se dejó caer en la cama, se sentía cansado por esperar bastante tiempo a Carita de fresa, pero no quería dormir, quiere… “¿qué quiero?”.

-Si es tan aburrida ¿para que la compras? - Silencio de parte del rubio – ¡¡oooh es Oikawa-sempai!!

-¿Un sempai? – Tsukishima se incorporo para mirar la revista – oh cierto Oikawa Tooru, fue setter en el Kitagawa Daiichi.

-mmmm, eso me recuerda algo – Comento preocupado Carita de fresa.

-¿Problemas en el paraíso?

-Tendremos un juego de practica con el Aoba Johsai, y nuestro bloqueador se lesionó.

-¿Qué no tú eres bloqueador?

-Soy reserva, pero si entro, aun necesitamos a alguien más -Yamaguchi lo miro –¿Qué posición jugabas Tsukki?

-Ni se te ocurra Yamma– comento mientras le daba un ligero golpe a la frente de Carita de fresa – era bloqueador.

-jajaja, no he dicho absolutamente nada- se tallo la frente – En tu ultimo año de secundaria lo dejaste?
-Lo deje en primaria.

-¿Eh? Ese balón lleva tres años en tu armario.

-Si tan sólo fueras bueno en ingles como lo eres en matemáticas – Tsukishima suspiro exageradamente.
-Malo, Tsukki tonto – Se cruzo de brazos y lo ignoró.

Tsukishima sonrió picándole en hombro con el dedo repitiendo varias veces ‘Yamma’, sí, esto quería… la presencia de Carita de fresa, quería que hablara con ÉL, que sonriera con ÉL, que se enfurruñara con ÉL y se reconciliara con ÉL.

.
.
.

-Esto debe de ser una maldita broma – frunció el ceño, pero eso no hizo desaparecer la libreta de matemáticas de Carita de fresa.

Por supuesto que sabia el itinerario de carita de fresa, club, sábado con su padre y domingos de películas junto a ÉL, no tareas, PELICULAS así que carita de fresa necesitaría su estúpida libreta, y el rubio no soportaría perder el tiempo como lo hizo el día anterior.

Con cierta frustración ordeno sus materiales y sostuvo la libreta del pecoso “te odio carita de fresa, te odio” sonrió satisfecho al imaginar el chillido y el típico ‘eres malo’ por parte del pecoso.

Suspiro y marco, nada, se resigno y camino hacia la cancha que suele usar el club de voleibol
Tsukishima Kei llego, se detuvo, los mismos sonidos perforando sus odios, cerro sus ojos fuertemente, el sonido del silbato le perturbaba, elevo sus manos hacia sus oídos, estaba listo para volver por donde vino…

-Oye chico, ¿te sientes mal? – abrió los ojos y vio unos enormes ojos negros que lo miraban con preocupación, el chico tenía un corte calvo – Disculpa, no te puedo ayudar – Tsukishima noto que el chico estaba sentado en la entrada del club y actuaba inquieto por no poderle parar – Hey, necesito ayuda – Dirigió un grito hacia dentro, donde surgían los sonidos que atormentaban a Kei.

-Le sucede algo Narita-Sempai – Carita de fresa salió junto a una chica.

-Te dijimos que era mejor que descansaras en tu casa Narati-kun.

-No soy yo chicos, es él – Tsukishima Kei fue señalado.

-¿Tsukishima? – Carita de fresa corrió hacia él - ¿qué tienes? ¿ocurre algo malo? ¿estas herido?

El rubio trato de recobrar su compostura -Me hiere tu torpeza- dijo depositando la libreta de matemáticas sobre la cabeza de Yamaguchi.

-Oh mi libreta, lo siento Tsukishima – Carita de fresa LE sonrió.

Poco a poco Tsukishima sintió minimizar su malestar, los ruidos era opacados por la compañía de Yamaguchi, “Yo, quie…”

-Oye, ¿quieres entrar? – Tsukishima lo miro sorprendido.

-No – Bajo la mirada – No soporto el sonido, te veo luego.






Nota: Esperen la parte dos por favor. El capítulo no llegó al concepto de “querer” que yo espero dentro de esta historia.

El novio de mi enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora