Capitulo 16 - Invitación

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Donghae estaba leyendo uno de los casos de Hyukjae y anotando las modificaciones que debían de hacerse y sugerencias. El mayor lo dejó sentado en su escritorio e insistió en que podía quedarse ahí. El rubio estaba tan concentrado que cuando el teléfono en el escritorio sonó, saltó en su lugar del susto con el corazón palpitándole sin cesar.

Dudo por unos segundos responder pero el sonido se detuvo, probablemente Victoria había respondido afuera. Suspiro de alivio mientras volvía a su tarea original, cuando terminó se dispuso a ordenar todo y tomar otro de los archivos guardados. Abrió El cajón, sacó una carpeta y el sonido del metal golpeando la madera le llamó la atención.

Dejó los papeles sobre el escritorio y revisó dentro del cajón con miedo de que hubiese roto algo pero lo que encontró era solo una argolla de oro. Con curiosidad la tomó entre sus dedos y pudo ver las iniciales "H & S" robadas en el interior del anillo de oro. Era el anillo de bodas de Hyukjae, lo tenía guardado en su escritorio, ¿Eso era bueno o malo? Se preguntó viendo la joya.

Iba a guardarlo nuevamente para seguir con su trabajo como era debido pero había algo más tras las carpetas al fondo. Se mordisqueó la punta de los dedos tratando de no caer en la curiosidad, pero éste debate duro muy poca y perdió. Metió la mano y sacó el objeto que estaba al fondo. Era una fotografía enmarcada de Hyukjae y Seolyeon, el vidrio está roto y falta la esquina del marco pero se distingue claramente a los dos sentados en un café, con la taza en alto y viéndose sonrientes, felices...lucían enamorados. Un nudo en la garganta se comenzó a formar, trago duro tratando de deshacerse de el sin mucho éxito.

Dejó todo donde estaba guardándolo con rapidez y cerrando el dichoso cajón con fuerza. De pronto comenzó a sentirse como un intruso, como si estuviera en medio, separando a un matrimonio. Pero no era así, llevaban seis meses separados tratando de llegar a un acuerdo, alargando el final. Hyukjae pudo simplemente pedir la anulación, tal vez de manera inconsciente el no quiere divorciarse aún.

Se puso de pie y salió de la oficina de su novio, camino a lo largo del pasillo, giró a la derecha hasta llegar a la puerta de cristal con el nombre de "Kim T." Grabado en tinta oscura, se acercó a la secretaría y le preguntó si podía pasar. La chica solo lo vio y asintió encogiéndose de hombros. Pero al entrar no se encontró con la castaña sino con una rubia sentada sobre la mesa tomando café helado, cuando Tiffany lo vio le sonrió ampliamente. Llevaba varias semanas de conocerla y aún así no sabía como hablar con ella de manera más fluida.

—Hola.- Saludó algo cohibido.

—Hola Donghae, si necesitabas a Tae también está en la junta con Hyukjae.- Dice ella encogiéndose de hombros y sonriéndole con suavidad.

—Si, no, no era urgente. ¿Tú no fuiste a la junta?- Pregunta el rubio acercándose a la rubia.

—No, no soy socia aún.- Sonrió con un gesto resignado pero no le dio mucha importancia.

—Claro.- Concordó. Se mordisqueó los labios sin saber si podía preguntarle a ella, se miraban y sonreían y ninguno hablaba. Hasta que el rubio decidió armarse de valor.

—¿Sucede algo?- Cuestiona Tiffany mirándolo a los ojos.

—Si. No, no, bueno es que...- Cerró los ojos respiro profundo y lo soltó. —Hyukjae sigue enamorado de su esposa.- Parecía una afirmación en lugar de una pregunta, la rubia se atragantó con el líquido provocando que tosiera un poco mientras negaba.

—No, Dios no ¿Que te hace pensar eso?- Cuestiona aclarándose la garganta poniéndose de pie para acercarse al más joven.

—El tiene su anillo y una fotografía de ellos en el cajón de su oficina.- Dice mordisqueando sus labios.

—Hyukjae extraña la relación y lo que él creía que era. Realmente le dolió conocer a la verdadera Seolyeon y sufrió al separarse, extraña los seis años de su vida con una pareja, no con Seolyeon, extraña tener a alguien a su lado y poder planear junto a esa persona. Tú eres su pareja, pero el sigue casado, está estancado y esa mujer no lo deja avanzar. Es difícil dejar ir seis años de tu vida así nada más, pero no debes preocuparte, el no regresaría corriendo a ella ni aún que le rogaran.- Le anima Tiffany dedicándole una de sus bonitas sonrisas, de esas que hacen que sus ojitos se entrecierren.

—Gracias, no debí...- Comenzó Donghae algo avergonzado.

—Claro que debiste, puedes encontrar una muy buena amiga en mi y si llegas con un café o chocolate en la mano mucho mejor.- Le guiña un ojo juguetona.

—¿Sabes cual es la debilidad de Hyukjae?- Pregunta aún curioso y con es su certidumbre rondando su mente. Como un pensamiento constante que llega sin invitación y no quiere irse por mas absurdo y débil que sea.

—Las fresas, su familia, el alcohol, los capuchinos, el café helado y tu pequeño rubio.- Dice Tiffany tocándole la nariz con el dedo haciendo que hiciera viscos.

—¿Yo?- Pregunta confuso.

—Claro que tú, te quiere mucho, tal vez aún no se enamore completamente pero no tarda en hacerlo. Deberías ver como habla de ti, tiene una sonrisa viva y la mirada perdida.- Recuerda la rubia cuando Hyukjae intentaba conocer más a su pequeño pasante.

—Ohhh.- Responde Donghae algo sorprendido.

—Ya que aclaramos que Hyukjae es un bobo que solo piensa en ti, le llevarías estos papeles a Choi, te queda de pasada solo dile que son de parte de Young.

—Por supuesto.- Accede algo sonrojado por las palabras de la rubia.

Toma los tres folders y se despide con una sonrisa mientras sale de la oficina, es una chica agradable y muy comprensiva. Pero olvidó preguntarle donde compró sus pijamas, en lo que hacía una nota mental para la próxima vez llegó hasta la oficina del abogado Choi, o lo que fuera. El asiento de su secretaria estaba vacío así que se aventuró a tocar. Apenas estaba pensando en dejar las carpetas en el escritorio vacío cuando la puerta se abrió y un hombre bastante sonriente salió.

—Dime.- Dijo sonriendo hasta que dos hoyuelos se le formaron en la comisura de los labios.

—Los manda Young.- Atino a decir el rubio por la cercanía del otro.

—Te me haces familiar, por cierto mi nombre es Siwon por si aún no te familiarizas con el bufet y necesitas ayuda puedes llamarme cuando quieras.- Le dice el moreno sonriendo aún más ampliamente.

—Gracias.- Responde Donghae mientras le devuelve la sonrisa por el amable gesto.

—Por nada.- Dice tomando los papeles y acercándose un poco más. —¿Estas libre esta noche?- Cuestiona recargándose en el marco de la puerta.

—Creo que si.- Responde algo dudoso.

—Te interesa ir a una exposición de arte en el centro de Seoul, dicen que las obras son exquisitas y muy hermosas, tal vez te identifies.- Dice el otro son perder l sonrisa y el ánimo en su voz.

—Me encantaría pero no recuerdo si estoy libre.- Responde Donghae haciendo un puchero con sus labios y que Siwon miro con interés. Nunca había ido a una exposición de arte debía ser muy bonito pensó el más joven algo emocionado por el evento.

—Revisa tu agenda y me avisas, aquí estaré de acuerdo...

—Donghae.- Dice el rubio sonriente.

—De acuerdo Donghae, nos vemos.

Ambos se despiden y el más joven regresa a la oficina de su novio con mejor ánimo que cuando salió de ahí. Claro que nos e percato de los ojos oscuros que lo miraban posesivos, si no fuese incorrecto salir con un pasante Hyukjae dejaría su monte y marca por todo el cuerpo de su novio.

Mandíbula apretada, ojos entrecerrados, y un gesto de pocos amigos es lo que Choi Siwon no vio que le dirigía su colega por coquetear descaradamente con su pareja ¿Pero alguien podía culpar a Siwon?

El chico rubioWhere stories live. Discover now