Flame (Sokka x tú)

🍃Bato🍃

Como ya lo tenia escrito me he dicho: ¿para que esperar al jueves?😂 Disfrútenlo.❤️

Nos encontrábamos caminando por el bosque tranquilamente, hasta que Aang encontró una espada de diente de ballena.

- Déjame ver. – dice Sokka cogiéndola – Esta arma es de la tribu del agua, miremos haber si encontramos más cosas.

- A sus ordenes capitán. – contesto para luego ponerme a buscar con ellos –

- ¿Habéis perdido algo? – pregunta Katara –

- No, buscamos. – contesta Aang –

Sokka encuentra una flecha quemada y deduce que gente de la tribu del agua del sur estuvo allí, que se enfrento a maestros del fuego y que cayeron colina abajo. Lo seguimos hasta la playa y encontramos un barco de lo suyos. Muchas veces logra sorprenderme con lo inteligente que es.

- ¿Este es el barco de papa? – pregunta Katara –

- No, es de su flota. – responde su hermano – Papa estuvo aquí.

Cae la noche y mientras los demás duermen veo a Sokka pensativo mirando al fuego. Decido acercarme para hablar con él.

- ¿Estas bien? – pregunto sentándome a su lado –

- Sí, solo echo de menos a mi padre.

- Tranquilo, lo encontraremos, porque por ahora vamos por buen camino ¿no? – digo señalando al barco con la mirada –

- Tienes razón, puede que lo encontremos.

Aun no noto un poco desanimado, por eso juego mi siguiente baza para para animarlo.

- Se lo que necesitas para sentirte mejor. – anuncio –

- ¿Ah sí?

- Sí, ¡un abrazo! – extiendo mis brazos hacia él –

Sokka se ríe y se acurruca entre mis brazos, parece cansado, pensativo y un poco triste, me alegra ver que puedo ayudarlo de alguna manera. Entonces escuchamos un ruido, nos separamos y sacamos nuestras armas. Un hombre se aparece entre las sombras.

- ¿Sokka? – pregunta el desconocido –

- ¿Bato?

- ¿Lo conoces?

El resto despierta y los hermanos corren hacia aquel hombre misterioso para mi y lo abrazan.

- Cuanto habéis crecido. – comenta –

- Hola yo soy Aang y ella ________.

- Encantada.

Ellos le preguntan si su padre esta con él, pero por desgracia se fue al reino de la tierra. Aquel que se hace llamar Bato nos lleva a una abadía, donde las hermanas han cuidado de él todo este tiempo.

- Hermana superiora, estos son los hijos de Hakoda, viajan con el avatar y una amiga.

- Es un honor tenerte aquí joven avatar.

Nos lleva a una cabaña llena de pieles y con un fuego encendido que mantiene caliente una hoya.

- ¡Vaya! Es como en casa. – dice feliz Katara –

- Sí, incluso las pieles. – concuerda Sokka tocando estas –

- Si... no hay nada más hogareño que pieles de animales muertos. – dice con ironía Aang –

Mientras yo me siento un poco fuera de lugar, los hermanos parecen tan emocionados que no se que decir o si debería. Bato, Katara y Sokka comienzan a hablar sobre las historias de su padre y nos dejan a Aang y a mi de lado, no les culpo, pero empieza a ser un poco aburrido. Él y yo nos vamos a un rincón y empezamos a inventarnos juegos imaginarios.