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¿A que le tienes miedo?

Si a él le preguntaran a que le tenía miedo pues sería una pregunta fácil y vergonzosa de responder.

¿le tenía miedo a morir en una misión como Zenitsu? No. ¿le tenía miedo a las agujas e inyecciones? Ya no. ¿le tendría miedo a enemigos sobre naturales y poderosos como lo fueron los demonios? No y si ese no era el caso ¿entonces, a que le tenía miedo? Simple él le tenía miedo a su enfurecida esposa Aoi Hashibira.

Más estando esta enojada.

Si eso era a lo que él más miedo le tenía, su mujer, su esposa, su compañera para toda su vida enojada y por más de un motivo.

Quizás antes no le tendría miedo cuando eran más jóvenes y aprendices de cazadores pero ahora que tenían veinticinco estaba seguro que ella era el ser con el que no querría meterse si estaba molesta.

Los únicos que sabían de su penoso secreto eran Tanjiro y Zenitsu quienes a menudo lo ayudaban a salir de los problemas que él mismo se ocacionaba por ser descuidado y más si se trataba de serlo con su hijo de siete años Hideki.

Cuando empezó a tenerle miedo a aquella mujer fue cuando se entero que la había embarazado y como se comporto cuando estaba en sus meses de embarazo, hacerla enojar era lo que menos quería pues ella siempre ganaba una pelea con él y ahora que tenían a su pequeño hijo sabiendo lo sobreprotectora que era su mujer ahora más que nunca tenía que tenerle miedo a aquella pelinegra de ojos azules mar con pupilas blancas como nubes lo ultimo que quería era tener que recibir un castigo como ocurrió la ultima vez.

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-¡Papá, papá¡ ¡Mira lo logre!- el pequeño de cabellos negros y ojos azules tenía las espadas de su padre sosteniendolas con sus dos brazitos- ¡Ahora soy tan fuerte como tú!- intento hacer una pose con ambas espadas pero termino cayéndose al suelo pues aun no tenía la fuerza para sostenerlas  correctamente-

- No las estas sosteniendo bien- dijo Inosuke- tienes que hacerlo así-

Paro a su hijo y primero hizo que el pequeño sosteniece una de sus espadas con ambas manos y guío sus brazos para moverla de arriba y abajo a modo de corte manejandolo a la perfección incluso llegando a hacer algunos giros obviamente cayéndose luego al suelo pero con risitas. El pequeño Hideki le rogó a su padre que le dejara intentar con ambas espadas a lo cual el acepto haciendo que el niño repitiera los mismos movimientos teniendo ahora más equilibrio con las dos espadas repitiendo incluso los giros mientras Inosuke se cruzaba de brazos orgulloso de que su pequeño fuera tan fuerte como él a su edad pero Hideki dio vueltas de más lanzando una de las espadas que fue a clavarse en una de las paredes de su casa mientras que la otra atravesó la tela de una de las puertas estilo japonesas que tenían.

-¡¿Que esta pasando aquí?!- la voz demandante de su mujer le congeló la sangre a ambos- ¿¡Quien te dio permiso para jugar con las espadas?!- dijo con sus manos en su cadera cual patrona-

-¡Papá lo hizo!- señalo rápidamente a su padre quien intentaba escabullirse por la puerta de atrás-

-¡Inosuke!- dijo ella-

Él se congeló mientras tanto él como su hijo eran arrastrados dentro de la casa y sentados en el suelo aunque Hideki recostado en el regazo de su madre mientras ella le proporcionaba unos golpes en el trasero repetidamente mientras el pequeño le pedía que parara e Inosuke estaba sentado a unos metros temblando sabiendo que él no sería la excepción de un castigo similar.

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Claro que estaba recordando todo eso mientras caminaba de regreso a casa sabiendo que al abrir la puerta su mujer estaría ahí parada con los brazos cruzados y el ceño fruncido lista para reclamarle obviamente molesta.