Un pueblo silencioso 1-3

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Cuando llevas décadas trabajando como policía para después mudarte y simplemente descansar de tu vida, uno espera estar en un sofá sintonizando la radio mientras escuchas el ruido de un agradable vecindario por la ventana. Era lo que yo creía hasta que en pleno invierno el pueblo tranquilo que imaginaba se tornó en una pesadilla.

Llevaba un par de noches desde que me instalé y recién conocía a los vecinos. Amigables y atentos a todo momento solo que algo callados de vez en cuando, nada fuera de lo normal.

En mi primera noche en mi nuevo hogar notaba algo inquietante. Conforme la noche llegaba veías un vecindario sin ruido, puertas y ventanas cerradas, ninguna casa dejaba ver un poco de luz por si alguien seguía despierto, solamente los viejos postes de luz alumbraban lo más mínimo las calles. Por lo que cerré la puerta y tomando la última copa de vino me fui a dormir  (si es que pude ya que me intrigaba saber qué estaba pasando).

A primera hora del día ví a un joven repartidor de periódicos caminando sigilosamente, viendo casa por casa a lo lejos mientras dejaba el periódico en mi puerta. Obviamente le pregunté qué sucedía por las noches, aunque su mirada mostraba verse más desilusionado que sorprendido.

- Son las galletas señor, las malditas galletas.

- ¿Qué cosa?, pensé que el chico se jugaba una broma hasta que su rostro se tornó muy serio.

- Hace tiempo empezando el invierno, al matrimonio Sandoval les apareció una caja de madera con galletas adentro, con una etiqueta de bienvenida puesto que recién habían llegado al pueblo. Sin embargo el matrimonio falleció esa misma noche, según el doctor ellos fueron envenenados por ese paquete que les llegó repentinamente. Después de que el Sr. Jonathan, el sepulturero del pueblo se llevó a la pareja para enterrarlos en un pequeño cementerio que está al norte del pueblo, desapareció sin dejar rastro.

Conforme el chico seguía hablando noté como empezó a temblar del miedo y tartamudeando al decirme todo esto, todo lo positivo que veía en este pueblo se estuvo tornando en un lugar al parecer, lleno de miseria.

- Aún no se ha podido encontrar a Jonathan (dejaba de hablarle de usted), semanas después de que otra familia se instaló en la residencia de los Sandoval, quienes fueron las primeras víctimas, días después murieron por un paquete de galletas con veneno que les llegó de la nada una noche, fue muy inoportuno y ninguno de los vecinos pudimos decirles que no las consumieran por tener nuestras casas cerradas completamente en plena noche.

Cuando el chico se levantó y se ajustó su gorra para repartir los demás periódicos me miró muy fijamente diciéndome que me fuera de una vez, que aquí no había futuro para mí. De la nada me imaginé a mí yo de hace años, el hombre que no llegaba a casa hasta poner en una celda a los ladrones y asesinos que deambulaban por las calles o que vivían incluso a lado de mi antigua casa.

- ¿Y no han aparecido más paquetes de bienvenida en otras casas?

No desde que la policía encontró restos de galletas en la casa de Jonathan, también jeringas con líquidos que según el doctor, era lo que usaba para envenenar a la gente, la casa se sigue inspeccionando de vez en cuando por si hay rastros de ese maldito sepulturero.

Antes de que el chico se fuera y yo entrará a mi casa ya que no notaba que mis brazos y piernas se estaban congelando del frio le pregunté por último:

- ¿Y por qué la gente cierra sus casas y ventanas en la noche?

- No sé señor, mis padres dicen que es para prevenir que a nosotros no nos toqué el próximo paquete o que el sepulturero nos tenga en la mira.

El chico se despidió con una sonrisa que más que amigable, era triste y forzada. Apenas se fue me puse a hablar en voz alta.

- Una familia que recién llega a este pueblo es envenenada por un asesino, y el sepulturero desaparece sin dejar huella.

Ya tenia una idea de lo que pasaba aquí al igual que todos, pero la pregunta que me hice al cerrar la puerta lo resumió todo.

- ¿Te irás de aquí o te adentrarás en la boca del lobo?

Así fue como empecé a vestirme para buscar información del presunto asesino.

Relatos cortos de terrorWhere stories live. Discover now