Pilares Mangakas [GiyuuTan]

Capítulo 8: El cuaderno del héroe

- ¡Waaaa! ¡Fuera! ¡Dejadme! 

Un niño pelirrojo se encontraba en una calle llorando, un grupo de perros le había rodeado y querían morderle. 

- ¡Yushiro! ¡Yushiro! - El niño se hizo bolita y llamó entre lágrimas a su amigo - ¡Sensei! Quien sea... ¡ayúdame! 

Cuando uno de los perros iba a morder al niño, un trozo de un bocadillo aterrizo en su cabeza. 

- ¿Eh? - El niño vio como el perro se comía aquel trozo de bocadillo volador.

- ¡¿Queréis más?! ¡Ahí lo tenéis! - Un chico que llevaba el uniforme de secundaria alzo en su mano el resto del bocadillo y lo lanzó lejos, los perros fueron detrás de la comida - ¿Estás bien? - El salvador del niño se acerco a él.

- Yo... - El niño abrió bien sus ojitos para ver a su salvador pero la lágrimas le impedían tener una imagen clara de el chico. Lo único que podría decir es que era un chico más alto que él, su pelo azabache era corto, su piel era pálida y sus ojos parecían azules, sin embargo las lagrimas no le dejaban ver bien su rostro - Usted... ¡usted me ha salvado! ¡Es mi héroe! - El niño se lanzó a abrazar al chico azabache - ¡Le quiero mucho, mi héroe!

- ¡¿Q-qué?! - El azabache se revolvió incómodo y separó al niño - ¿Qué dices? Yo no soy ningún héroe.

- ¡Lo es, lo es! Me ha salvado a mí.

- Tonto - El chico frunció el ceño - Los héroes son queridos por todos, les admiran y quieren ser como ellos, no creo que nadie quiera ser como yo.

- ¡Yo sí! ¡Yo le quiero! - El niño se limpió las lágrimas de los ojos - Me has salvado ¡por eso te quiero mucho! - El niño puso la mejor de sus sonrisas.

El chico de pelo azabache suspiró.

- Eres un crío, no sabes lo que dices, bueno, vuelve a tu casa o lo que sea - El azabache se dio la vuelta y empezó a andar.

- ¡Espere! ¡Quiero ir con usted! - El niño pelirrojo empezó a correr, agarró con fuerza el gorrito que cubría su pelo y fue detrás del chico. 

El niño se tropezó, vio desde el suelo como su héroe azabache se daba la vuelta y volvía hacia él. Fue entonces cuando pudo ver un cuaderno azul con una pegatina de una máscara de zorro en su mano derecha. 

- ¿Estás bien? - El azabache se arrodilló y empezó a decir más cosas pero el niño ya no podía oírlas.

El escenario se estaba difuminando y el rostro del azabache nunca se vio con claridad, lo único que podía ver era el cuaderno. 

Cuando Tanjiro abrió los ojos pudo ver el techo de su habitación.

- ¿Qué ha sido eso? - Tanjiro se toco la cicatriz de su frente - Ese niño... ¿era yo? No me acuerdo de haber estado en una situación así y tampoco tenía la cicatriz - La mirada de Tanjiro se perdió en el techo de la habitación - ¿Quién era ese chico de pelo azabache? Se parecía a... no... eso es imposible.