"Polos opuestos."

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«Espero que esta sea la última carta que te escriba aunque nunca te la entregue. Que sea el último texto que hable de todo lo que siento sin que sepas que yo sí que te quise siempre. Porque nunca tuve la suerte de olvidar en mil noches, nunca tuve la capacidad de hacer como si nada cuando te veo sonreír con otra, nunca tuve el don de pasar de alguien que me ha marcado más que ningún otro. Me calaste demasiado hondo y nunca sabré resolver la ecuación que era equivalente a por qué sucedió todo esto. Volvería a equivocarme cien veces, aunque volviera a caer mil. Siempre habrá sido un placer que me hayas roto a mí misma, un placer haberte perdido pero nunca comparado con el mayor de mis placeres, el mayor de mis vicios, la mayor de mis adicciones que fue, es y seguirá siendo tu sonrisa. Llenaste mi vida de dudas, de complejos pero también de risas, de ganas de intentarlo, de sentirme viva. Puede que ese fuera mi error, que tenía demasiadas ganas de equivocarme, de caer al abismo de tus ojos, de perder la cabeza por cada centímetro de tu cuerpo. Definitivamente, de intentar cien veces calarte hondo, llenar tus vacíos mientras tú hacías lo propio con los míos. Podría mentir, decir que nunca te quise más que al respirar, que no eché de menos hasta los días en los que tú estabas borde. Podría hacerlo pero no quiero, sería decepcionarme a mí y decepcionar a mis principios. Te querré siempre, lo tengo ya asumido y quizás nunca te supere. Tal vez sea un problema que una parte de mí no quiere hacerlo porque esa misma parte aún no ha asimilado que no tiene por qué seguir luchando por ti, no ha asimilado que cada una de las otras partes ya se han rendido en esta historia porque ya no tiene sentido seguir con ella. Puede que sean porque están cansadas, puede que sea porque no puedan más. Esas partes están ya muertas ante ese amor kamikaze que, durante mucho tiempo, estuvo en sus trece de no dejar de quererte. Tú no te preocupes por mí, podré con todo esto, he estado muerta antes. Preocúpate por no volver a hacer a nadie tanto daño, preocúpate por encontrar a la persona que te quiera una mínima parte de lo que te he querido yo, a alguien que esté dispuesta a aguantar hasta a tus peores ratos, que esté dispuesta a hacerte el chico más feliz del mundo. Yo ya he encontrado a alguien con el que ojalá sienta algo de todo lo que sentí contigo. Pero, descuida, nada igual que aquello, nada que apague del todo aquella obsesión que me hizo vivir pero también morir a la vez, aquella adicción con amor y odio a partes iguales. No volveré a ser con nadie polos tan opuestos que, por momentos, se atraen como nadie pero que, por la misma razón, se repelían en otros como ningunos. Porque nos quisimos tanto a ratos, que dolía todo el tiempo.»

"Entre subidas y bajadas."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora