"Necesidad."

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«Puede que sea un poco pronto empezar a escribirte pero no siempre puedo evitarlo. Dicen que has venido a cambiar mi vida, a cambiar mi propia muerte lenta por culpa de alguien, cosa que, seguramente, ni te imagines. Dicen que has venido a salvar a la chica que se ríe a carcajadas, dicen que has venido a hacer el desastre de la chica que le gusta Harry Potter y que está un poco loca, un poco mejor. Es verdad que yo también lo pienso, que también espero con ansías que llenes mi vacío. Me da igual si consciente o inconscientemente. Gracias por hacerme sonreír, gracias por salvarme de un nuevo naufragio por culpa de mí misma (no voy a echar la culpa solamente al mismo de siempre aunque también la tenga.) Necesito a alguien que me diga lo guapa que voy aunque vaya con una coleta y con una sudadera en los días de lluvia más intensa. Necesito a alguien que me abrace al llegar a clase cuando eso es lo único que necesito. A alguien que me bese cuando peor me vea a mí misma y cuando, simplemente, estoy de bajón. Necesito a alguien que vea en mi sonrisa el mejor de sus placeres y que vea en mis brazos el mejor lugar para quedarse a vivir. Que vea en mí a la chica que le hace el más feliz del mundo, que vea que mi culo es el que quiere ver pasear por su pasillo. Que me mire con cara de orgullo en mis mejores días y con cara de vergüenza y, a la vez, riéndose cuando me dejo la voz cantando mi canción favorita o cuando me entrego completamente a mi locura. Alguien que me quiera, alguien que me cambie la vida, alguien que piense que mi risa es la mejor de las melodías. Alguien que se enamore de mi sonrisa y que vea en mi cuerpo con miles de complejos el mejor de sus paraísos. Y que ojalá seas tú, ojalá seas capaz incluso de cambiar mi destino. Porque estoy cansada de tanto bache, de tanta muerte. Hazme sentir viva, llena mi vacío y te aseguro que no querrás otra vida que no sea con mi risa descontrolada. Haz que me enamore de ti, de cuando te pones rojo de la vergüenza. Haz que mis demonios se enamoren de ti, que se sientan derrotados ante tu cariño, que nunca serán capaces de agradecer. Ayúdame a ganar la guerra contra ellos o, por lo menos, a apaciguarlos. Aprende por favor a convivir con ellos, a convivir en definitiva conmigo misma. Haz que no me arrepiente en ninguno de mis días de haberte conocido y que sienta que me dé igual que se apague el sol, que contigo tengo suficiente. Haz que vuelva a enamorarme de una sonrisa y de unos simples ojos marrones y que me pase las noches pensando en tu pelo. Haz que se graben a fuego nuestros momentos y que tenga los cojones de apostarlo todo a ti, darte todo sin tener nada, quererte como una sola vez fui capaz y decírtelo, decirlo cada día del resto de mi vida. Haz que olvide su olvido, que olvide sus momentos. Ayúdame, sé que eres capaz. Quiero volver a sentir lo que sentí con aquel capullo, poder decirle en algún momento que tuve que pasar mil noches para olvidarle pero que lo conseguí, que no pudo conmigo. Que fuimos efímeros pero eternos. Y que le quise, claro que le quise pero que te quise cien veces o las que haga falta más a ti. Porque tú sí que me salvaste de cada caída, de cada abismo, de cada naufragio. Y, aunque no fuera suficiente, me pasaría la vida agradeciéndotelo, en vez de desperdiciarla en recordar a quien se olvidó de mi risa floja en días, a quien convirtió mi vida en muerte.»

"Entre subidas y bajadas."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora