EXTRA🐰

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—¿Sabes? Te he estado escondiendo algo.

Su expresión cambió a una confusa de pronto, pero no me soltó, sino que sus ojos brillaron con duda en ellos, y esbozó una pequeña curva en sus labios, que no era una sonrisa como tal, pero era una reacción.

—Señor Min, no debería hacer
eso —dijo suavizando un poco la
tensión creada.

—¿El qué?

—Preocuparme y luego callarse.

—Si no me dice de qué se trata, le daré un buen castigo, eh -se burló, besando mi mejilla con una sonrisa.

Reí un poco nervioso.

—Bien, lo siento.

Respiré profundamente, haciendo
crecer la preocupación en cuando decidí acercarme a él en busca de más caricias, que, por supuesto, recibí sin titubeos ni dudas. Escondí mi rostro
debajo de su barbilla, justo en ese
sector donde yacían marcas de lo hecho recientemente. Uno de sus brazos cubrió mi espalda baja manteniendo una presión para permanecer clavado a su cuerpo, mientras que el otro brazo pasaba por sobre el primero para hacer
una presión mayor. Él besó una
esquina de mi frente, luego besó el centro de esta y finalmente acabó por besar la última esquina.

Alce mi cabeza para observarlo con una sonrisa, mientras él me observaba con una expresión similar a la que yo llevaba en el rostro.

—Porque no sabías que podíamos
casarnos, YoonGi,me burlé de él.

Aunque debía admitir que tuve algo que ver en eso. Yo no le comenté nada de lo que un matrimonio era hasta que
cumplimos seis años de relación,
una semana posterior a mi
cumpleaños. Él de inmediato
pareció gustarle la idea pero debió
captar que yo no estaba seguro
por la expresión de incorfomidad
en mi rostro.

Yo no tenía dudas sobre el amor que nos llenaba a ambos. Yo lo amaba y sabía que me amaba. Pero era una inseguridad superior a la mía. Se trataba de él. YoonGi  solía actuar como un pequeño niño con respecto a las
cosas que desconocía y no estaba
seguro si podría llevar esto del
matrimonio. Tenía miedo de que
pudiese no gustarle y se aburriese
en algún momento de mí. Tenerlo
lejos me sería tan difícil. No sabría
como seguir.

Dos años más tarde, la inseguridad se evaporó y se lo estuve demostrando sutilmente durante el último año antes de contraer matrimonio con cosas
sencillas como charlas sobre lo
que requería el lazo matrimonial
y las consecuencias de esto. Él
estuvo de acuerdo en cada cosa y me dijo muchas cosas dulces de paso. Lloré todo ese día en su pecho por haber dudado de él.

Cuando me pidió matrimonio, cinco meses más tarde, lloré aún más al saber que pretendía hacerlo ese día donde lloré en su pecho, pero no lo había hecho por miedo a creer que yo me arrepentiría.

ᴄᴏɴᴇᴊɪᴛᴏ_ ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora