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Donde estabas idiota?!?- pregunta molesta está al ver al joven que se había marchado hace un par de minutos-podria estar dando a luz ahora mismo y tu no te habrías dado cuenta.

El asiente nervioso, por la sorpresa dada hace un tiempo y suspira para centrarse en ser aquel apoyo que necesitaba Astrid. Al poderío de las contracciones, nada agradables para la rubia.

Ella hace una mueca, algo fastidiada por la nueva contracción y busca la mano del castaño, quien se entrega por si mismo. Limitándose a acariciar la espalda de la rubia, quien mantenía el peso en la mesa y exhalaba en intentos de controlar aquellas punzadas. -Esto se está volviendo molesto- suelta ella bastante cabreada con las contracciones.

Hiccup también se mantenía tenso, el ver sufrir a Astrid lo ponía malo, más cuando se trataba del nacimiento de su hija. Al deseo de ser un buen padre y demostrar que sabía hacer aquello.

El es capaz de escuchar suspiros de alivio de parte de Astrid quien estaba mejor, con una leve sonrisa por el momento de tranquilidad agradeciendo a los dioses por haber regalado unos minutos sin sufrimiento. -Tranquilo, son molestos pero son soportables- dice ella a la expresión preocupada de Hiccup.

Cubre su cara con el brazo, respirando agitadamente y produciendo pequeños sonido doloridos. Antes de serle posible de inhalar y exhalar como le habían enseñado. -Ahi, ahi...- protesta está ya cansada, por la sensación de ser rajada por un arma en su pelvis.

Hiccup masajea la espalda baja, en su escaso intento de ser de ayuda sin mencionar palabra alguna, solo porque no sabía el que decir.

NACIMIENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora