𝖙𝖗𝖊𝖘

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~𝔜𝔬𝔬𝔫𝔤𝔦~

Caminé por el gran pasillo con un café negro en una mano y el guión de la película en la otra para llegar a una gran sala donde, además de los ejecutivos de traje y corbata, estaban los actores de las primeras escenas y el director.

-Señor Min- Me dijo el encargado de coordinar el proyecto. -Le presento a los protagonistas, Kim Taehyung y Park Jimin-

Sonrío sin mucho entusiasmo y me siento en mi lugar asignado para abrir el guión y esperar a que comiencen con la lectura.

-Si hay algo que quiera cambiar o aportar, señor Min, siéntase cómodo en interrumpir la lectura- Dijo el director y yo asentí desganado.

La primer lectura de guión podría haberse considerado exitosa. Interrumpí tres veces, una para arreglar un dialogo, otra para corregir la gramática de una oración y una tercera para agregar una escena que me parecía indispensable.

Park Jimin tenía algunas, por no decir muchas, dudas sobre su personaje, así que habíamos quedado en vernos esta tarde para que pudiera meterlo en la piel de Lee Taemin, el protagonista de la historia.

Park me agradó, era educado pero no tenía miedo de expresar sus opiniones y hablar libremente, pero me sentí un tanto incómodo cuando se trataba de Kim.

Kim Taehyung parecía demasiado serio y antipático, como si no quisiera estar allí. Me dijeron que estaba en sus treinta y Jimin en sus veinte así que le adjudicaba mis pensamientos a mi diferencia de edad.

Sin embargo, Jungkook también rondaba esa edad y me había caído de maravilla desde e primer momento.

Aunque bueno, Jungkook era un caso especial.

Suspiré como idiota mientras entraba al departamento recordando que en unos días lo vería, cuando el olor a tarta recién horneada me invadió las fosas nasales.

-¿Ahora que quieres?- Le pregunté a Hoseok con el ceño fruncido al verlo sonriendo incómodo con una tarta de chocolate y un delantal rosa.

-¿Me llevas al centro?-

~𝔍𝔲𝔫𝔤𝔨𝔬𝔬𝔨~

Estaba acostado en el suelo de mi estudio mirando al techo cuando no pude resistir más aquél impulso que hacía a mi mano temblar.

Me puse de pie y tomé un oleo para comenzar a dibujar en él lo más rápido que mis manos daban para no arrepentirme de lo que estaba haciendo.

Horas después, tenía un cuadro considerablemente grande de Min Yoongi.

Tomé como guía de su estructura facial, la fotografía de la contratapa del libro que me dió Taehyung; pero la escena, la iluminación y su expresión, eran tomadas de nuestra tarde juntos.

Las luces del ventanal lo hacían lucir aún más pequeño y niveo. Tenía unas enormes ganas de acariciar esas mejillas sonrojadas y de volver a besar esos labios cerezas.

Me senté en el suelo, con mis tablones debajo mio y mis manos sobre mis muslos, viendo desde abajo el rostro perfecto del adorable chico.

Suspiré cautivado y no pude evitar pensar que, aunque había sido el mejor cuadro que había pintado, no le hacía justicia a su belleza.

Bajé la mirada al suelo cuando recordé el cuadro de mi esposo colgado en la sala.

Se me contrajo el corazón por notar que nunca había mirado a Taehyung de la misma manera que miraba a Yoongi.

Lover |KookGi|Where stories live. Discover now