𝖈𝖚𝖆𝖙𝖗𝖔

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~𝔍𝔲𝔫𝔤𝔨𝔬𝔬𝔨~

Cuando desperté, Taehyung ya no estaba, como era de costumbre.
El se levantaba demasiado temprano para mi gusto y salía a trabajar a las diez de la mañana. Por otro lado, yo me levantaba al rededor del mediodía.

Fui al baño, bajé a desayunar/almorzar y fui a mi estudio por simple inercia, cuando recordé el cuadro de Taehyung.

Lo bajé de la pared y lo llevé al estudio para prepararlo para mañana, lo más probable era que se vaya con sus padres hoy mismo al regresar del trabajo, así que esta noche podría adelantar algo de trabajo.

Lo acomodé en el estudio y no pude evitar llevar mi vista al armario donde había guardado el de Yoongi.

Quité todas las puertas deslizables para poder ver el cuadro del rubio sin que nada se interponga en mi camino y sonreí sin poder controlarlo.

Se veía tan pequeño y adorable que mi corazón se calentó y latió con fuerza.

Devolví mi vista al cuadro de Taehyung y mi pecho se encogió al notar que realmente estaba muy descuidado en comparación al de Yoongi.

Imtenté restarle importancia teniendo en cuenta que ese cuadro ya tenía unos años y además del tiempo, que le sienta mal a todo, yo había mejorado mucho en ese tiempo.

Volví a poner las puertas y guardé de paso el cuadro de Taehyung para que no se maltrate y acabé sentado en la cama con el libro de Yoongi en mi mano.

La historia no me llamaba mucho la atención, pero su manera de escribir era jodidamente adictiva, embriagadora y lujuriosa, como él.

No supe cuando, había llegado a la mitad del libro con una notoria erección en mis pantalones y la respiración algo pesada, cuando mi móvil sonó.

-¿Jungkook?- Preguntó la voz del otro lado de la linea.

-¿Yoongi?-

~𝔜𝔬𝔬𝔫𝔤𝔦~

Golpeé mi cabeza contra el escritorio.

Ví de reojo la computadora encendida y las palabras escritas en esta, me volteé y vi las notas pegadas en la pared soltando un profundo suspiro de frustración cuando Hoseok entró en mi cuarto con un plato de galletas de limón.

-¿Que ocurre, gatito?- Me preguntó dejando el plato sobre la mesa al lado del escritorio, donde tenía mi taza de café vacía y un vaso con jugo a medio tomar.

-Nada, Hobi, gracias- Dije sonriendole cansado.

-No me mientras- Espetó comenzando a darle masajes a mis hombros.

-Estoy bloqueado- Suspiré dejando que me mime. -Llevo una hora con la misma página, no puedo más-

Oí como Hoseok soplaba aire sintiendo mi frustración y se sentó a mi lado, en la cama deshecha.

-¿Que tal si haces otra cosa?- Preguntó con sus codos en sus rodillas. -Sal de paseo, mira una película, pajeate- Dijo tranquilo. -Lleva tu mente a otro lado y luego recuperas el tiempo cuando tengas inspiración-

Bajé la mirada y lo consideré un tiempo. Me había autoimpueso cincuenta páginas por día, pero supongo que si hoy solo escribía veinte, otro día podría escribir ochenta.

-Llama al papi de la galería- Soltó haciendo que alcé la mirada para verlo.

-Supongo que podría- Susurré pasando mi vista por toda la habitación.

Lover |KookGi|Where stories live. Discover now