Veintitrés

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Habían muchas maneras en las que esto podría resultar en un desastre, el riesgo de que algo termina mal y ocasionarán un problema mayor incluso del que ya tenían era amenazante, pero quedarse y no hacer nada no era un opción, así que el día anterior había ido a pedirle prestado el prodigio de Cat Noir al maestro y había quedado con encontrarse con Félix esa mañana a las nueve.

Pero las dudas seguían allí, zumbando en los profundo de sus mentes como una mosca molesta ¿Era esto realmente lo correcto? Quizá por eso lo aplazaron un par de horas y se entretuvieron conversando abrazados en el sillón del cuarto de Marinette ¿Y si sus suposiciones estaban mal y aun estando juntos al momento de pedir el deseo, uno de ellos no recordaba al otro cuando regresaran?

Aunque por lo que sabían debería funcionar, esa tarde tenía para ellos un sabor a despedida, una despedida que ambos temían pero que bien podría ser sólo una vana preocupación.

- Toma - murmuró Félix dejando un momento de jugar con su cabello para sacarse uno de los anillos gemelos y ofrecérselo, Marinette le miró con los ojos desorbitados de sorpresa.

- Dijiste que nunca te separarías de esos anillos - dijo ella.

- Sí, pero eso significa que no debería separarme de ti si llevas uno ¿Verdad? - Marinette se ruborizó y dejo que Félix le pusiera el anillo en su dedo -. Tengo miedo de que no funcione... ya sabes, que te olvide.

- Yo también... pero si eso pasa ¿No regresarán los anillos a ti o a Hawk Moth? Los recuperaste mucho después de que el tiempo se detuviera.

- Quizá, pero estos anillos tienen varias historias alrededor de ellos... hay una un poco más romántica de la que te conté la última vez, me imagino que por eso mi tía Emilie quiso los anillos para su boda.

- ¿Cual?

- La que dice ambas mitades deben estar siempre juntan, y si... se desea que volvamos a encontrarnos una vez más, y se lo pide a los anillos ellos permitirán que nos encontremos.

- Tienes razón, es una idea muy romántica - murmuró Marinette y Félix se sentó frente a ella y cambió de lugar su anillo para que se rozaran cuando juntaron las manos.

- Aún si no recuerdo lo que ha sucedido en este mundo extraño, prometo que volveré a ti.

- Si no recuerdas lo que hemos vivido todos estos años, te buscare y te esperare hasta que lo hagas, lo prometo.

Félix sonrió, realmente no creía que esos anillos tuvieran algún poder real, las historias que se contaban sobre ellos eran solo historias, pero quería imaginar que si algo salía mal, los anillos jugarían su papel y los volverían a reunir.

Continuaron echados uno junto al otro hasta que ya no pudieron aplazar más lo que habían venido a hacer y Marinette se colocó el miraculous del gato y la mariquita, al fusionarlos su traje se volvió púrpura, ambos se tomaron de las manos, se dieron una última mirada hasta que ella pronunció el deseo.

- Deseo que todo vuelva a ser como antes de que la ciudad quedara aislada, si fue otro deseo de cambiar la realidad, quiero que se borre y todo regrese a su cauce normal.

Y cuando Marinette termino de decir estas palabras la ciudad entera crujió como si hubiera comenzado a resquebrajarse y los recuerdos de aquella tarde olvidada volvieron a su mente.

Se encontró con Cat Noir cuando escucharon resonar la voz del akumatizado en toda la ciudad, corrieron hasta allí, pero se confiaron demasiado, aparte de una mirada perdida en las personas afectadas no había nada que delatara que uno de los poderes del akuma era conseguir que los ciudadanos de París lo ayudaran, se habían escondido en uno de los techos cercanos pero una de las vecinas de enfrente alertó de su presencia, la ciudad entera parecía haberse vuelto en su contra, alguien saltó del tercer piso de un departamento cuando intentó atrapar a alguno de ellos y Ladybug no pudo evitar atraparlo para salvarle de tal peligrosa caída, lo hizo con el yo-yo porque sabía que acercarse demasiado era peligrosos, pero la distracción sirvió para que los separaran, Ladybug no vio en qué momento logró lanzar el akumatizado a Cat Noir uno de sus pin, pero cuando volvieron a reunirse, Cat Noir la atrapó y la mantuvo muy bien agarrada mientras el akumatizado le sacaba los aretes, luego a una orden del akumatizado entregó su anillo, Marinette que no estaba bajo el trance de los pin, se quedó de piedra al ver a su compañero superhéroe convertirse en el chico que tanto le gustaba, Adrien, pero tuvo que salir pronto de su asombro cuando vio al akumatizado discutiendo casi a gritos con una voz que ella no escuchaba.

Aquello inherente a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora