mi hermosa Flor blanca

cambio y engaño

Caminando por las calles, se metió a una tienda de pelucas, y encontró una similar a la de su hermana menor, saliendo de ahí, se dirigió a un baño publico, entrando a un baño, se puso la peluca, y tuvo que cortar unos cuantos mechones de cabello para que se pareciera al flequillo de aome, saliendo del baño se vio en el espejo y noto lo mucho que se parecía, la única diferencia era los ojos y la altura.

- *pero no lo notara* - pensó viéndose bien al espejo, y la única manera de comprobarlo es poner a prueba a una persona - *y esa persona sera naraku* - saliendo del baño, camino y se dirigió a la casa de naraku, quería tener a su hermana a su lado - *y are lo que sea para eso* - corriendo, no le importo, no quería pensar en nada.

Llegando al lugar, kikyo entro como si fuera su casa, bueno... si quería engañar a naraku, tenia que actuar como su hermana, pero tenia un problema. Ella había estado encerrada por mucho tiempo en una flor por un sello, y no sabia como actuaba aome, ya que también se había separado de ella, cuando aome apenas era una niña, el único carácter era casi rebelde.

- *pero puede haber cambiado con los años* - pensó, eso seria un problema.

- aome - kikyo dio un respingo del susto, asustada se dio la vuelta y vio kagura - naraku te esta esperando en la oficina - Kikyo solo asintió la cabeza y siguió con su camino, pero la voz de kagura hizo que parara en su lugar - la oficina de él esta por el lado contrario.

Kikyo no dijo nada y se dio la vuelta, sin siquiera mirar a kagura siguió su camino. Pensó que la oficina de naraku estaba en el mismo lugar, debía de tener cuidado para que no la descubran, ser cautelosa con sus palabras y acciones. Llegando golpeo tres veces la puerta y entro cuando escucho un 'adelante'.

- ¿trajiste la flor? - pregunto naraku sin quitar la mirada de unos papeles que tenia en frente de él. Kikyo no contesto y solo puso la flor en frente de él - bien... con esto podre traerla de nuevo y poder controlarla a mi voluntad - susurro con una siniestra sonrisa.

- *a mi nadie me controla* - quiso decir, pero mejores se quedo callada, no quería que descubriera quien era realmente.

- bien, puedes irte, necesitas enamorar al hijo menor de los taisho, cumplir con la misión con la que tu patética hermana mayor no pudo cumplir - sus ojos carmesí alzo al frente los abrió un poco al notar la diferencia de "aome" - te pareces a ella - comento.

Kikyo tuvo que contener sus ganas de golpearle en el rostro al escuchar la palabra 'patética' salir de sus labios, pero lo único que hizo fue apretar sus manos en puños.

- *maldito* - maldijo en su mente, sin decir nada e ignorar el comentario de naraku, se fue de ahí sin mirar atrás - *debo hacer algo, primero.- cambiar mi olor, ambos tienen el olfato sensible y podrán detectarme de inmediato. Segundo.- aparentar ser aome y fingir seguir ordenes. Tercero.- matar al desgraciado por lo que nos hizo pasar * - pensó apretando aun más sus manos.