En El Monte Del Espíritu (parte 1)

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Había pasado todo el domingo en cama. Solo había salido para ir al hospital a que le hicieran las curaciones en su pierna, acompañada por Genma, y luego había vuelto a su encierro pese a la insistencia del ninja en disfrutar el bello día. Se había sentido muy contrariada al enterarse en el hospital, que Tsunade había olvidado decirle que ya no necesitaba el yeso y las muletas; toda la noche anterior la había pasado sentada y cuidando de no apoyar el pie. De regreso, Genma compró helado, jugos, snacks y todo lo necesario para superar la resaca de la noche del sábado. El resto del día lo pasaron comiendo y descansando recostados en el sofá de su casa.

A la noche no podía dormir, la ansiedad le estaba jugando una mala pasada, así que decidió salir a caminar para calmarse. Eran cerca de las cuatro de la mañana y la aldea dormía. Aprovechó para recorrer algunos lugares de su pasado. Le sorprendió como todo seguía casi exactamente igual a como lo recordaba pero, los pequeños cambios le llamaban la atención en demasía; algún edificio nuevo, negocios que ya no existían, fachadas que estaban pintadas de un color diferente y otras que tenían la pintura muy desgastada. Lo que más le hirió, fue ver las grietas en el rostro de piedra del Tercer Hokage. Se odió por no haber estado cuando la aldea fue atacada. Su presencia tal vez no hubiese hecho alguna diferencia, pero  podría haber sido útil por una vez en su vida. Cayó de rodillas, invadida por el remordimiento. Ese era su hogar. Hizo una reverencia ante los Hokages muertos y pronunció un juramento silencioso que se transformó en plegaria. Rogó por perdón y pidió al cielo que todo saliera bien en su audiencia ese día. Luego, besó el suelo de su tierra. Al ponerse de pie, notó dos figuras en una banca del parque que la observaban. Se sintió algo estúpida por no darse cuenta antes de hacer el ridículo. Reconoció la melena plateada de Kakashi, era inconfundible; el otro hombre era moreno y corpulento, tenía barba y estaba fumando, recordó haberlo visto antes, su nombre era Azuma o algo así. Titubeó un momento pero decidió acercarse a saludar.

—Hola —dijo Kakashi entrecerrando su ojo— ¿Pasó algo?

—No, solo no podía dormir —respondió la chica—. Asuma ¿verdad? — El otro asintió— Natsuki Himitsu —se presentó.

—Lo sé. Bienvenida de vuelta — La muchacha le agradeció la bienvenida y luego se sentó en suelo frente a la banca. Le pidió un cigarrillo a Asuma y fumó en silencio mientras observaba el cielo estrellado de Konoha.

—¿Ustedes tampoco podían dormir o son unos psicópatas que se levantan a estas horas? —preguntó. Asuma soltó una carcajada. Respondió que volvía de una misión y se encontró con Kakashi sentado en el parque. El ninja sonrió y dijo que él tampoco podía dormir esa noche.

—Creo que es la segunda opción —susurró Asuma haciendo un ademán como si estuviese contando un secreto.

—¡Oye! —protestó Kakashi.

Hablaron por un rato más. Asuma quería saber sobre los años de estudiante de Natsuki y cómo había sido ser alumna de Kakashi. La chica respondía con evasivas, sentía que había desperdiciado la oportunidad de aprender y mejorar por estar enamorada de su sensei, además de que sentía vergüenza por todas las miraditas de enamorada y todos los gestos cursis que había hecho durante esa época; prefirió no decir eso y optó por hablar de cosas triviales. Notó que se había ruborizado. Kakashi la miraba en silencio. Cuando Asuma se fue a descansar, su ex sensei se ofreció a acompañarla hasta la casa de Genma. Caminaron por la aldea sin hablar, ya estaba amaneciendo y empezaba a haber movimiento. Se cruzaron con varios ninja que saludaban a Kakashi y a ella la miraban como si fuese un bicho raro.

En la puerta de la casa de Genma se encontraron con una nota:

"Perdón, Tsuki-chan. Tuve que salir a una misión ¡Cuando vuelva salimos a festejar tu regreso!
Pd: la llave está donde el sol se pone sangriento en otoño."

Relámpago Rojo Crónicas De KonohaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora