Parte 45

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No llevas mucho tiempo avanzando cuando notas que la cantidad de rocas en tu camino disminuye, no ves nada, no estás seguro si sería bueno levantarte, esa cueva (por que tiene que ser una maldita cueva) puede ser no muy alta y corres el riesgo de lastimarte, pero eso no lo sabrás si no te arriesgas.

Poco a poco te levantas y no sientes nada sobre ti, así que asumes que la cueva tiene un techo alto, extiendes las manos y caminas con pasos vacilantes en la oscuridad, quieres sacar de nuevo el encendedor para ver que hay ahí, pero el miedo de que toda la cueva este llena de pólvora te contiene.

Es en ese momento en que agitas las manos en busca de una pared o algo que te indique por donde vas, en que sientes tu mano chocar contra una roca, ignorando el dolor colocas ambas manos sobre ella emocionado por haber encontrado una pared, pero frunces el ceño confundido cuando notas que la roca no está única a nada.

"Pero eso no puede ser posible, no puede simplemente flotar"

Rodeas la roca con tus manos y te avientas atrás cuando tus manos se encuentran detrás de la roca.

"¡Mierda! ¡La roca está flotando!"

El descubrimiento es tan inaudito que te olvidas momentáneamente de tu miedo a morir por la pólvora y sacas el encendedor.

Se te corta la respiración.

Sostienes fuerte el encendedor.

Pellizcas con la izquierda la mano que sostiene al encendedor.

No es un sueño.

Justo frente a ti, pegado a la pared, hay un hombre sentado con la cabeza inclinada, es un hombre mayor con cabellos canos y viste ropa rara, muy ceremoniosa, es azul y morado. No muy lejos de él esta lo realmente impresionante, hay un chico, se ve joven, su cabello es rubio y su ropa también es ceremoniosa, con esos tonos azul y morados iguales a los del otro hombre, pero su particularidad es que tiene los brazos extendidos arriba.

Y todo está parado a su alrededor.

Hay rocas suspendidas en el aire.

Inhalas con brusquedad.

Titubeas en dar un paso, pero en cuanto pones un pie al frente, tu cuerpo ya no se detiene, la picazón molesta que tanto te ha aquejado en las manos y muñecas vuelve inesperadamente, pero ni eso te detiene. Caminas y caminas, hasta que recorres el espacio que los separan a ti y al chico, te paras frente a él y tiene que mirar hacia arriba para ver su rostro.

Tiene una mueca desesperada, toda su postura esta tensa, más allá de que este congelado como si fuera un muñeco.

¿Sera eso?

¿Estará todo montado para simular algo tan inimaginable?

La incertidumbre te corroe. Tienes que saber si es real o no. Alzas la mano, esta tiembla más y más con forme la acercas al cuerpo frente a ti, y lo haces.

Colocas tu palma en su pecho.

Frente a su corazón.

Esperas.

Y esperas.

Lo sientes.

Nuevamente se te corta la respiración.

"Está latiendo"

El Rey y la Reina. Hetaliaحيث تعيش القصص. اكتشف الآن