Capítulo 14: Vibrador

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Alerta contenido +18, lean bajo su propio riesgo.

— Tengo hambre— digo, el hombre enfrente de mi se quita el traje. No me había hablado en todo el camino y cuando llegamos se encerró en su ¿despacho?

Estaba enojado, esas vibras se podían sentir hasta fuera de la casa. Ahora, la verdadera pregunta era  el por que estaba enojado.

— ¿Estás celoso?— tomo toda mi valentía y coraje para hablarle pero con su mirada simplemente me siento un globo que se infló mucho y explotó.

Entra al baño y aparece con otro pantalón, me encojo en la cama cuando viene directo a mi. Me quita las esposas que me puso hace media hora, mientras el estuvo en su tonto despachó yo estaba esposada.

Me hace caminar hasta el cuarto de "juegos" cuando entramos me hace quitarme la ropa, sonríe arrogante cuando ve mi pecho. Hago una mueca, me quité el piercing.

Voy hasta donde me ordenó siendo esposada de nuevo, se arrodilla dejándome nerviosa. Me abre las piernas poniendo un líquido, luego mete otra cosa que provoque me mueva incómoda.

— Dijiste que Zack era más divertido, entonces... me voy a divertir contigo.— me enseña un control rosa, lo odio.

FLASHBACK:

— Esto es secuestro— hablo viendo como aprieta el volante con fuerza, me cruzo de brazos en mi asiento cuando no me responde.

Zack es más divertido.— justo cuando lo digo puedo sentir su mirada asesinarme varias veces.

FIN DEL FLASHBACK:

— Te haré unas preguntas, si me gusta como respondes te premió. Si no, te castigo. ¿Entiendes?— asiento viendo como va a una mesa de bebidas, estoy segura que eso no estaba antes. Igual que el sillón de cuero negro enfrente de las esposas y del tubo. Cuando se sirve va a su asiento, me mira mientras yo me pierdo en su cuerpo trabajado.

—¿ Te gusta Zack?— niego, una fuerte corriente empieza a sentirse en mi intimidad. Suelto un gemido que provoca el se ponga más cómodo.

A eso se refería con "te premió."

— ¿Te tocó inapropiadamente?— me detengo por un segundo, el recuerdo de Zack jalando y rompiendo mi traje de baño llega a mi mente. Muevo mi cabeza de lado a lado, el toca un botón con fuerza. Escondo mi rostro con mi cabello, cuando el dolor pasa subo mi mirada el toma  de su trago relajado.

— No lo hizo.— asiente mientras me mira directamente a los ojos, empezaba a ignorar las reglas y creo que el no es consiente de eso.

— ¿Te gusta como te hago sentir?— ay dios... el rojo en mis mejillas empieza a crecer. Asiento, otra vez empiezo a sentir las corrientes en mi intimidad. Puedo sentir mi piel ponerse pegajosa cada vez más, cierro mis ojos dejando caer mi cabeza. El vibrador se detiene alertandome de otra pregunta.

—¿ Como perdiste tu virginidad?— lo miro confusa, el espera paciente la respuesta.

— Como dije, tenía 16 así que me escapé de casa y fui a una fiesta.  Era mi primera fiesta, creo era de universitarios. El punto es que un chico me salvó de una grande, bailamos toda la noche y me entregué a el. Me enamoré a primera vista y fue lo más estúpido que pude hacer.— como la otra vez, la corriente vuelve.

Lo miro viendo como su mirada está perdida, cuando suelto un gemido pequeño vuelve a mirarme. Lo apaga viéndome, nuestras miradas chocan pero algo me hace dudar... su mirada siempre está cargada de deseo pero esta vez, es de arrepentimiento y tristeza.

— ¿Sientes algo por mi? Sentimental o Intimo?— sonrió, el parece dudar con mi sonrisa.

— Ambas— cuando digo eso su teléfono suena, hace una mueca mirándome a mi y al teléfono. Sale de la habitación, aún lejos puedo sentir como juega con el control.

Muevo mi cabeza de lado a lado sintiendo mi cuerpo llegar a su límite, intento controlar mis gemidos para que no se escuchen por donde sea que este. Mis piernas tiemblan tanto que solo estoy de pie por las esposas en las manos, justo cuando siento que estoy al límite un fuerte dolor me hace gritar.

La puerta se abre con fuerza dejando ver a Aarón con un rostro con culpa, camina rápido hasta mi apagando el vibrador.

— Lo siento... se me cayó y se puso en castigo.— me quita las esposas de ambos lados dejándome caer a su pecho.

— Te odio.— digo cuando siento algo bajar por mis muslos, siento como mi cuerpo pierde sus fuerzas y mi cabeza queda en un limbo.

▪︎ ▪︎ ▪︎

— Ya está caliente.— me levanta de la tapa del inodoro adentrandome en su tina, me mira detenidamente. Mojó mi piel con cansancio, realmente no tenía fuerzas para nada.

— Yo... lo lamento, nunca me había pasado.— juraría que lo estoy viendo nervioso, me encojo.

— No importa, no es la gran cosa.— me estiró un poco aburrida, miro como mira a otra parte. Sonrió.

— Daddy— lo llamó, su mirada viaja a mi curioso. Juego con el agua un poco — ¿Puedes entrar conmigo? — pido, lo duda por un momento pero lo hace. Veo como se quita los pantalones dejándome una vista de su trasero redondo pero trabajado, puedo sentir un poco de envidia.

Entra a la tina quedando atrás de mi, sin preguntarle dejo caer mi cabeza en su pecho. Sus manos van a mi cintura haciendo pequeños trazos, mientras que yo juego con la espuma.

— Quiero que me acompañes a un lugar mañana, te quedarás conmigo mientras.— asiento lentamente, realmente las palabras bastaban. Me sentía cómoda, tranquila...

Otra vez me sentía completa.

Me volteó para verlo quedando pegada a su pecho, mis pechos rozan con el suyo pero no parece molestarle. Me mira en silencio, su rostro se acerca al mío mientras que el mío se acerca al suyo. Cuando nuestros labios se unen gran parte de mi explota en placer y otra se queda en mi estómago. Pongo mis manos en su rostro mientras que el me pone sobre su regazo, su entrepierna roza con la mía.

— Diana...— lo miro, sus ojos destellan placer puro. — Montame.— mis mejillas arden cuando pide eso.

Subo un poco acomodandome en su regazo, mi cabello tapa mi rostro por lo cual estoy agradecida. Por debajo del agua tomo su miembro y lo colocó en mi entrada, cuando veo que se tensa lo alejo de mi. Me mira con sus cejas juntas, con su miembro en mano empiezo a mover mi mano de arriba a bajo. El gruñe por lo bajó, cuando todo su cuerpo se tensa dejó de tocarlo.

— Diana...— gruñe mi nombre, sonrió inocente. Tomo su miembro duro y grueso para dejarlo entrar en mi, suelto un gemido cuando me toma de la cintura. Subo y bajo mientras me aprieto contra su pecho, el me empieza a guiar cuando pierdo la fuerza. Ambos gritamos nuestros nombres, puedo sentir mi cuerpo arder cuando sus labios sueltan un gemido con mi nombre. Mis manos se aferran con tanta fuerza en su espalda que no me sorprende si aparece con marcas, en el último toque ambos llegamos al límite. Una sensación cálida se esparce por todo mi interior.

— Carajo, me corrí adentro.— me levanto de la ducha dejando mi cuerpo fuera del agua, salgo de la ducha tapando mi cuerpo con la toalla.

— No te preocupes, me pongo la inyección.— el me mira dudoso, me encojo de hombros. Salgo del baño quedando aliviada, toco mi pecho asustada.


¿Por qué mierdas eso se sintió tan bien?

Yes, Daddy Where stories live. Discover now