Picnic parte 1

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—Déjame llevarla—. Le pide Seulgi a Irene, quien carga un mantel, al bajar del autobús.

—Está bien—. Le responde.

Están en un día de campo. Fue idea de Irene y la verdad le encantó la idea a la dibujante. Solas en un verde prado. A la luz del sol, con la fresca brisa y sin nadie que las moleste. Unas cuantas personas bajan después de ellas y el autobús se marcha. Seulgi nota que su acompañante intenta tomarse de su brazo, pero al ver lo que lleva la dibujante, la otra chica desecha la idea. Lo cierto es que le pesa un poco, y eso que Irene ya lleva otra bolsa pequeña para que su novia no cargue todo.

El prado lleno de flores resplandece con el sol, los altos pinos alrededor del lugar dan una sensación de seguridad, las montañas a lo lejos le proporcionan encanto a la imagen y el lago termina de adornar todo como si de un espejo se tratase. Incluso hay un árbol con un columpio, dando un toque juguetón a todo. Seulgi recuerda entonces el pequeño detalle que le compró a Irene: En el bolsillo del suéter de Seulgi hay una pequeña cajita que contiene unos bellos pendientes. La dibujante tuvo que privarse de ciertos gustos por un tiempo para tener el dinero.

—¡Es un lugar muy bonito! — Exclama Seulgi.

—Me alegra que te guste. Hace años vine con mi familia, pero es muy diferente venir con tu novia—. Sonríe la dibujante. —Busquemos un lugar para poner todo.

Caminan un poco hasta que encuentran un lugar que les agrada. Subiendo una colina mediana. Ponen el mantel sobre el suelo, luego los recipientes con comida y se sientan una al lado de la otra—. Dime qué preparaste. ¡Me muero por ver tus platillos!

—¿Qué te parece si mejor los pruebas?

Seulgi toma uno de los recipientes, al abrirlo deja al descubierto unas brochetas de frutas.

—¡Qué lindas!

Irene toma una y se lleva la primera fruta a la boca, una fresa.

—Son brochetas arcoíris—. Dice Seulgi, haciendo entender el porqué de su nombre. El aperitivo se conforma de fresas, naranjas, piñas, kiwis y uvas entre otras frutas que forman los colores del arcoíris. Irene sonríe ante el dulce sabor que invade su boca—. Esto...— La dibujante agarra otro recipiente y lo abre—. Se llama Spicy Jalapeño philly cheese steak sklyder.

La castaña traga la fruta que masticaba.

—¿Qué? — Exclama.

Ríe por lo bajo Seulgi.

—No me dieron ganas de traducirlo, suena bien así. Además, bien que le entiendes.

—Sólo déjame probarlo—. La chica deja de lado su brocheta para sostener el pequeño emparedado de queso, cebolla, chile, salsa BBQ y costillas. Al probar el primer bocado abre los ojos de par en par—. ¡Wow! ¡Delicioso!

—No vayas a comerte todos, yo también quiero.

—No prometo nada. ¿Y de tomar qué trajiste? — La dibujante saca un contenedor de la canasta. Lo abre y sirve el líquido en un bonito vaso que se llena del color rosa de la limonada—. ¿Agua de fresa?

—Limonada de fresa.

—¿Cómo es eso? — Pregunta Irene sonriendo.

—Limonada con un ligero sabor a fresa.

—¡Oh! Debiste haberme dejado ayudar. Hiciste tantas cosas.

—Yo quería hacerlo para impresionarte—. Confiesa Seulgi.

—Lo estás haciendo muy bien. ¿Tú no piensas probar las delicias que hiciste?

—Pues sí, yo también tengo hambre—. Seulgi extiende su mano a una de las brochetas, mas no la consigue, pues Irene se la arrebata rápidamente.

—¡Ah! — La castaña acerca la fruta a la boca de su novia, abriendo la suya para que la imite la dibujante.

—¿De verdad? — Dice divertida Seulgi, queriendo sonar cool.

—¿O prefieres que me la coma yo? — Cuestiona la chica apartando el palo de comida.

La dibujante abre la boca emocionada y deja que la muchacha la alimente. Luego le dedica una sonrisa cómplice mientras mastica.

—¡Mi turno! — Seulgi toma uno de los panquecitos picantes y se lo ofrece a su novia. Ella se aleja unos centímetros, con cara de negación. Quizás piensa que comer ese platillo no es muy femenino. Comprende la dibujante, es hacerla abrir mucho la boca y eso no se ve muy lindo, pero no le importa. La joven no lo piensa más y muerde la comida.

—¿Sabes? Va a sonar cursi, pero, ese último bocado me supo mejor que los anteriores.

La relación con Irene ha avanzado y mejorado desde que comenzaron a salir. Cada vez hay más confianza y Seulgi siente que con ella puede ser ella misma, eso le da seguridad y es capaz de sacar lados de sí que no sacaba antes. Alimentarse una a la otra es divertido. Da la sensación de que se protegen entre sí, que la dibujante se encarga de ella y ella de Seulgi.

Un poco de BBQ mancha la mejilla de Irene, cerca de sus labios.

—Tienes...— La dibujante señala en su rostro el punto en el que la castaña tiene la salsa.

La chica espera a que Seulgi continúe, pero en vez de eso la dibujante se acerca para limpiar su cara. Seulgi retira la mancha con sus dedos, suavemente. Termina, pero no se aparta. Observa sus labios...¿cómo será un beso sabor BBQ? La dibujante toma valor y empieza a acortar la distancia entre ambas, la castaña cierra los ojos.

Seulgi se inclina más y, accidentalmente, con su mano derrama el vaso de limonada de su novia. El líquido termina ensuciando su vestido.

—¡Ay! — Exclama la muchacha.

—¡Perdón!

La dibujante garra una servilleta y trata de remediar lo que ha hecho.

—Tú y tu gusto por empaparme.

Seulgi se avergüenza al recordar el incidente en el que la joven terminó mojada por una fuga del baño en su apartamento. Aunque aquel comentario no fue incriminatorio.

—¡Lo siento!

—Está bien—. Con preocupación la dibujante sigue tratando de remediar el accidente—. Déjalo—. Irene sostiene su muñeca—. Y si... ¿volvemos a lo que estábamos?

Irene se aproxima de nuevo a su novia, a la par que va cerrando los ojos. Seulgi hace lo mismo.

Anormal (SeulRene ver.) {Terminado}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora