Niñeros

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Darth Vader nunca ocurrió y el Consejo permitió el apego tras la caída del Canciller Palpatine.

Anakin estaba estresado, debía asistir a una reunión del Consejo y no tenía con quien dejar a sus hijos. Padme estaba muy ocupada en el Senado y él le había prometido cuidarlos.

La primera opción que se le había ocurrido era Ahsoka, ella siempre estaba dispuesta a pasar tiempo con aquellos pequeños, pero hoy estaba fuera y no podía hacerse cargo.

El Jedi maldijo a sus adentros, no podía arriesgarse a maldecir frente a sus hijos de casi dos años, estaba seguro de que lo repetirían, como ya había ocurrido con anterioridad, Padme había estado muy enfadada.

Obi-Wan también había sido una opción, pero rápidamente recordó que él también estaría en aquella reunión.

Anakin, quien seguía caminando por los pasillos del templo desesperado, paró de golpe.

Tenía una idea.

Con algo de prisa corrió a los cuarteles de los soldados, los que estaban a dos minutos del templo.

Entró al edificio y buscó al capitán de su escuadrón.

-Vamos a jugar a un juego niños-Habló él moreno cogiendo una manta de una de las estanterías que había encontrado-Yo os taparé con la manta y vosotros os mantendreis quietos, así le daréis una sorpresa a Rex-Dijo tapando a los dos.

Si Rex le veía ir con los niños estaba seguro de que huiría de él. El soldado había cuidado de ellos una vez anterior y  le había jurado que sería la última vez que aceptaba algo como aquello, el pobre de Rex había acabado lleno de comida, ya que los niños se la lanzaron cuando él les intentó dar de comer y para añadir más a la lista, el pequeño Luke había vomitado encima suyo.

Anakin caminó con los niños escondidos hasta que encontró a quien buscaba.

-Rex-Llamó acercándose a él.

El capitán de la 501 entrecerró los ojos mirando al jedi, algo en aquella situación no le daba buena espina.

-General-Saludó formal.

-Necesito que lleves esto al comedor-Dijo pasándole el bulto que tenía en brazos.

-Claro señor-Respondió firme.

Pero algo entre la manta hizo que Rex juntara las cejas, algo se había movido.

No podía ser posible...

Luke quitó la manta de un tirón y Leia lo miraba molesto, no se suponía que debía hacer aquello.

-¡General!-Llamó en pánico, otra vez no.

A sus espaldas uno de sus hermanos se acercó.

-¿El general trajo aperitivos?-Preguntó con ansias, Cincos había escuchado como Anakin mencionaba el comedor.

Rex tapó nuevamente a los niños rápidamente antes de que el soldado pudiera verlos.

-Si-Mintió-Llévalos al comedor, yo debo ir a una reunión-Rex pasó a los niños tapados a Cincos, quien lo cogió rápidamente.

Antes de que pudiera decir nada, el capitán huyó de allí.

Cincos caminó al comedor y a mitad de camino sonrió con malicia, cogería ahora varias bolsas para esconderlo en su armario, pero al levantar la manta se llevó una gran sorpresa.

-Niños-Dijo sorprendido- ¿Dónde están mis aperitivos?-Preguntó indignado.

-Cincos-Llamaron a su espalda Echo y Hardcase. Cincos sonrió mientras volvía a taparlos.

Los niños, a todo esto, permanecían curiosos, por lo que no se movían de allí.

-Chicos, tengo aperitivos-Dijo de forma animada.

-¿Y te han dejado a ti al cargo?-Preguntó Hardcase extrañado.

-Si-Respondió Cincos sonriente.

-Mejor lo llevaremos nosotros-Habló Echo, ¿A quien se le ocurría dejar comida a solas con Cincos? Un novato seguro.

-¿Estás seguro?-Preguntó Cincos

-Seguro, ahora dánoslo-Exigió dando un paso adelante.

-Como quieras-Respondió cincos sonriendo ladeadamente y pasándole la manta.

Cincos se alejó por los pasillos y en cuando no lo veían comenzó a correr, no debían poder encontrarle.

-Habrá que hablar seriamente con los novatos-Dijo Echo a Hardcase, quien veía con una ceja alzada la manta.

-Se está moviendo-Señaló el más hiperactivo.

Echo miró entre sus brazos comprobando la veracidad de las palabras de su hermano. Con prisa quitó la manta y observaron a los dos niños, los cuales ya se habían aburrido de estar quietos, ellos querían jugar.

-Veo que hemos caído en su trampa-Dijo Hardcase mirando a los niños revolverse en los brazos de Echo, por lo que él cogió a la pequeña Leia.

-¡¿Quién le encargaría dos niños a Cincos?!-Preguntó indignado ahora.

-Creo que el mismo que huye de él-Contestó el que cogía a Leia señalando al frente.

Rex había pasado corriendo por ahí, al parecer estuvo a punto de cruzarse con Cincos.

Ambos clones negaron con la cabeza mientras mecían a los pequeños, los cuales querían hacer algo divertido.

-Creo que tengo una idea-Dijo Hardcase viendo como los niños estaban inquietos. Echo por una vez le siguió el juego a su hermano.

Rex y Cincos habían sido citados a una sala por la comandante Tano, Echo y Hardcase le habían pedido ese favor, por lo que ella les mintió diciendo que había regresado y que tenía que hablar con ellos.

El clon rubio y el de un tatuaje en la sien con el número cinco, entraron a la oscura sala y encendieron la luz, justo para ser recibidos por varios disparos de una sustancia viscosa y asquerosa, ninguno quería saber que era.

Echo y Hardcase permanecían con los niños, los cuales tenían unas pistolas que usaban contra ellos.

Los soldados mojados quisieron salir, pero para su sorpresa la puerta estaba cerrada.

-Otra vez no-Dijo el rubio derrotado-Te dije que te hicieras cargo-Reprendió a su hermano al lado de él.

-Me dijiste que eran aperitivos-Defendió el moreno indignado.

Ambos comenzaron a pelear mientras los niños seguían disparando. Echo y Hardcase los observaban con una sonrisa triunfal, al final de todo cuidar de los pequeños Skywalker había sido divertido, por lo menos para ellos dos.

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