Kanera//Infiltrados

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Kanan anudó la pajarita en su cuello, pero le era imposible conseguir que quedara con la forma deseada, por mas que apretaba, esta se deshacía entre sus manos

Un bufido se oyó en la habitación, él era capaz de pelear, pilotar y cientos de cosas más, pero atar una pajarita no estaba entre ellas. En el templo hacía años nunca les habían enseñado a hacer aquello, no era algo necesario para un jedi, pero al parecer si para un guerrero, sobre todo para alguien que se iba a infiltrar.

-¿Te ayudo?-Preguntó una voz femenina a sus espaldas, la cual reconoció perfectamente.

-Hubiese sido más sencillo coger una falsa-Dijo el girándose a su dirección, aun así su mirada seguía fija en la tela negra que estaba entre sus manos.

Cuando Kanan elevó la vista tuvo que hacer uso de la fuerza para no abrir la boca impresionado, Hera se veía realmente bien en aquel vestido.

La chica se acercó a el con una sonrisa burlesca mientras le anudaba la pajarita.

-Ya está-Dijo al terminar-Debemos ir en camino.

Kanan asintió observándola marcharse, él la siguió inmediatamente.

-Hera, te ves espectacular-Dijo Sabine impresionada, no acostumbraba a ver a sus compañeros así de elegantes-Tú también Kanan, pero Hera te gana por mucho.

-Gracias Sabine-Respondió el Jedi con cierto tono de reclamo

-Sabine tiene razón-Dijo Ezra, quien acababa de entrar a la sala-Se ve genial.

-Gracias chicos-Agradeció la Twi'lek mientras cogía sus pertenencias,  entre ellas un blaster, para meterlas en su bolso.

Kanan observó la hora, faltaban pocos minutos para que la fiesta comenzara y no debían ir atrasados, sobre todo si querían pasar de inadvertidos.

-Tan solo no exploteis la nave-Rogó el Jedi con la mirada centrada en su Padawan.

-¿Por qué me miras a mi? -Preguntó ofendido, Sabine a su lado rió mientras golpeaba juguetonamente su hombro.

-Solo habla por experiencia-Dijo la chica retirándose del lugar, a pintar seguramente.

-Tenemos que irnos ya-Dijo Kanan poniendo su chaqueta-¿Donde está Zeb? -Preguntó al notar su ausencia, la cual no solía significar nada bueno.

Pronto unos gritos se oyeron por toda la nave, era Zeb maldiciendo a Chopper, seguramente le había hecho una broma.

Hera tomó del brazo al Jedi y lo guió hacia la salida, era mejor dejarlo así, si no no llegarían nunca.

Después de caminar durante varios minutos llegaron a un lujoso local en el cual se reunirían varios traficantes.

El motivo de la presencia de la pareja en aquel lugar era por el señor Calrissian, el cual les había contado que un conocido suyo había conseguido códigos de acceso para entrar a lugares imperiales, algo muy útil para la rebelión.

Lando había dicho que su amigo era desconfiado, por lo que no se arriesgaría a quedar a solas con ellos en un sitio a escondidas, por eso había decidido que el mejor modo de obtener aquella información era infiltrarse en una de las fiestas que organizaban, nadie lo esperaría.

Kanan suspiró al ver la entrada de aquel edificio alto y lujoso, nadie pensaría que en el interior se haría una reunión de traficantes.

-¿Listo? -Preguntó Hera en un susurro tomando el brazo del chico.

El Jedi asintió mientras se acercaban al portero.

-Acreditación-Exigió el hombre con voz grave.

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