CAPITULO 55.

115 10 1
                                    

CONTENIDO MADURO. Aunque la escena no es muy explícita, para muchos no será de agrado. Recalco por las emociones que puede hacerte sentir. (LEER BAJO SU RESPONSABILIDAD Y CRITERIO).

A medida que voy acercándome a la mesa, me siento más poderosa. No dejaré que ningún hombre vuelta a tomarme el pelo. Nunca más. No sé que le diré a Benjamín pero todo mi esfuerzo no saldrá en vano. El boxing, el shooting, todo ha sido por él. Una forma de defenderme así no pueda verlo.

Al llegar a mi destino, Benjamín alza la vista, mirándome preocupado. Tomo asiento a su lado. Patrick mira mi pecho descubierto y se muerde el labio.

—Estaba a punto de salir a buscarte. ¿Puedes decirme qué pasa?—pregunta con irritación.

Sonrío para hacerle entender que no hay de qué preocuparse. 

—Lo siento, Benjamín. Me sentí mal de repente y estaba tratando de comportarme, ya sabes que no me gusta hace escándalos delante de las personas—confieso con timidez.

Benjamín frunce el ceño. Mira mis brazos y pecho descubiertos. Suelta un suspiro y asiente. ¡Buena táctica añadir lo último!

—Podías decirme, ¿vale? Me preocupas, Ava—replica, negando con la cabeza.

Hago un puchero. Me acerco a él. Beso su mejilla. Si las personas nos están viendo, no me importa. Necesito mantener calmado a mi caballero.

—Lo sé. No te preocupes por nada—digo con una sonrisa.

Mi caballero toma mi mano, y cómo al principio, besa mis nudillos. Odio mentirle. Suelta mi mano con delicadeza, colocándola en su muslo. Con disimulo empiezo a buscar por todas partes a Marcus. Estoy a punto de rendirme cuando siento la parte baja de mi nuca, erizarse. Volteo hacia atrás. Efectivamente, lo encuentro. Está en el fondo, con un trago en la mano.

Vuelvo mi vista hacia mi caballero. Está mirándome con curiosidad. Se ha dado cuenta que estoy buscando a alguien.

—Ya regreso, ¿vale? Tú padre me presentó a alguien y quiero preguntarle algo—miento.
—¿Necesitas que te acompañe?—pregunta, haciendo edén de levantarse.

Niego con la cabeza y pongo una mano en su hombro, invitándolo a sentarse de nuevo.

—Será rápido, Benjamín—prometo mientras me levanto.

Me escudriña por un largo minuto. Asiente. Me inclino un poco, para darle un beso en la mejilla. Rodeo la silla y me encamino hacia mi objetivo. Sé que Benjamín está observándome pero no tengo tiempo de pensar. Mi vista está fija en el hombre que no ha dejado de mirarme. Lo odio. Mis pies se acercan cada vez con más rapidez. El sabe a lo que voy así que cruza la habitación, yéndose por un pasillo. Lo sigo. No sabe a qué atenerse conmigo y prefiere privacidad. Por fin entiende que no soy aquella niña.

Lo consigo al final de un camino, al lado de una estatua, al aire libre. Me encamino hacia allá. No me importa el frío. Cuando lo tengo a mi frente, sonrío.

—Es un gusto volver a verte, Marcus—escupo con falsa modestia.

Lo menos que siento es gusto de verlo. Me sorprende mi calma, ya que hace unos momentos sentí el mundo caer sobre mí. Me aplaudo por eso.

—Cuándo me enteré que Ava White era la persona que estaba al mando de una de las mayores empresas de Londres, no podía creerlo—dice con una sonrisa que no llega a sus ojos, y sin mirarme.

¡Hijo de puta! Lo único que pasa por mi mente, es cómo se sentiría abofetearlo. No me importa que escuchó. Sigue siendo el ser más despreciable del mundo entero.

Once y Media (11:30) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora