Yandere Fantasma x Lectora

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Siempre te ha gustado la historia, razón por la cual te has convertido en una historiadora, aunque te has especializado en lo que es historia contemporánea. Tenías una biblioteca personal dedicada a libros se historia que iban desde inicios del siglo XIX hasta el 2010, aproximadamente. El tema que más te gustaba y del que más material tenías era sobre la Segunda Guerra Mundial.

Habías planeado un viaje hasta Rusia, el país más importante dentro de la Unión Soviética. Más específicamente, ibas a uno de los famosos Gulag, lo cual parecía más una pesadilla, pero para ti era una oportunidad de investigación y descubrimiento. Querías ir y saber más sobre la vida allí en la historia que contaban sus paredes y sus suelos.

Las semanas pasaron lentas para ti hasta que finalmente pudiste llegar a tu destino. Según habías escuchado, varios Nazis prisioneros de guerra habían quedado allí encerrados como burla para los ganadores.

— Dicen que por aquí habita el fantasma vengativo de un joven soldado alemán. Dicen que ese joven era el más sanguinario de su tropa pese a que era de los más jóvenes. Venía en una de las tropas que formarían parte de la Batalla de Sstalingrado y lo encerraron aquí antes de tomar su vida de manera tortuosa— Te dijo uno de tus compañeros de trabajo, quien había sido el encargado de ayudarte con la planeación del viaje.

— Roderich Schmidt — dijiste.

No era un nombre conocido en lo absoluto, pero tu compañero te había dicho el nombre que se perdió en los registros históricos hace muchos años atrás. Habían concentrado su mayor atención a los grandes líderes y personas de influencia por parte del eje que nadie se acodaría de un joven soldado entre el montón, pese a su sangriento historial en la guerra.

— Yo diría que es más una clase poltergeist que un fantasma si los rumores de la actividad es cierta— dijiste con calma mientras ibas caminando por los terrenos de aquel Gulag.

— No crees en eso ¿O sí, [Nombre]?

— ¿Yo? Nah — dijiste encogiéndote de hombros, antes de entrar a una de las oscuras casuchas que ahí habitaban.

Mientras caminabas por el pobremente iluminado "edificio", oíste gotas caer al suelo, el aroma era un poco desagradable dada la humedad y lo descuidado del lugar. Realmente era muy oscuro pese a la claridad de allí afuera. En ese lugar sólo había una ventana en cada esquina del lugar al lado de una puerta. Si acaso podías ver algunas cosas escritas en lo que parecía ser ucraniano y algunas cosas en alemán. Había machas en las paredes también, secas por el pasar de los años.

— Antonio, pásame la cámara— dijiste en la penumbra.

Al voltear, no viste a tu compañero. Pero habías jurado que lo sentiste caminando contigo y observando también en lugar. Fue extraño, pero no le prestaste mucha atención. Tomaste tu celular, que estaba en tu bolsillo y decidiste tomar una foto con flash. Claro que no sería lo mismo que con la cámara, pero no ibas a salir solamente para buscar a Antonio. Podrías mejorar la calidad en casa.

Al tomar la foto sentiste un aire muy frío que te hizo enchinar la piel e Hizo que los vellos de tu tiempo se erizaran. No sólo fue esa sensación de frío, sino también como si hubiesen besado la parte posterior de tu cuello, el cual estaba descubierto debido a que llevabas un chongo.

Esa sensación hizo que la presión bajará y comenzara a ser difícil respirar para ti. Sentiste tu corazón latir muy lentamente hasta que de repente se aceleró. Volteaste por inercia rápidamente, pero no había nadie detrás de ti.

Querías decir que Antonio te estaba haciendo una broma, pero era demasiado rebuscado tratar de encontrar una explicación lógica. Estabas sola y no había lugar para esconderse. De pronto las puertas y ventanas se cerraron en un azote. El miedo fue lo suficiente para hacerte desmayar por el miedo.

Abriste los ojos poco a poco. Las ventanas estaban abiertas ahora y dejaban entrar una luz plateada, la luz de la luna ¿Era de noche? ¿Acaso tu compañero te había abandonado?

Entonces notaste algo más. Frente a ti había unas botas negras perfectamente pulidas, trataste fuerte mientras subías la mirada hasta encontrarte cara a cara con lo que estaba frente a ti. Tenía la apariencia de un hombre joven, no más allá de los 30 años. Estaba parado erguido con las manos en la espalda. Usaba un uniforme militar color verde con varias medallas en su pecho. Su rostro estaba serio, muy serio. Él era muy pálido y tenía el cabello color cenizo, pero lo más destacable eran sus ojos, los cuales eran de un azul profundo, pero parecían tener un brillo rojizo algo macabro.

Querías gritar hasta romper tus cuerdas vocales y quedarte sin aire en los pulmones, pero no podías. El miedo te tenía congelada y su acaso podías estar respirando por la mera naturaleza de hacerlo. Tu cuerpo tembló y ti corazón se aceleró del miedo.

Él sabía que tú estabas viva, podía oír tu corazón latir, podía ver el suave movimiento de tu pecho al respirar. Tu piel tenía color e irradiaba calor. Una vez el fue así, él fue como tú y ahora su cuerpo estaba seguramente podrido bajo la tierra y solamente quedaba su helado espíritu sanguinario.

Tú sabías quién era él dado a su vestimenta y rasgos caucásicos germánicos. Él era Roderich Schmidt. 

Él mantuvo ese incómodo silencio en todo momento hasta que su mano tomó tu cuello y te levantó violentamente con una fuerza que no era humana y sabías que era un espíritu fuerte como para ser capaz de tocar a un humano. Se te hizo difícil respirar mientras le mirabas con pánicos.

Pese a su rostro serio, había un brillo burlón y malicioso en esos ojos azules de brillo carmesí. Estaba jugando contigo y le estaba gustando tu miedo.

De pronto te soltó, pero para azotarte contra la pared, haciendo que tú mejilla chocará contra el duro material. Te quedaste del dolor, hasta que sentiste nuevamente besos en tu nuca, como habías sentido antes. Sus manos heladas e fantasmales pasaron por tus brazos. Esos besos casi imperceptibles se extendieron sobre tus hombros y omóplatos.

De pronto, su mano atravesó tu pecho y sentiste algo extraño... Muy extraño. Era como si trataran de sacar algo de tu interior, era raro, como si te estuvieran obligando a salir, pero sin moverte. ¿Qué estaba haciendo? Te sentiste débil de pronto, como si sintieras que te absorbieran la vida. Fue cuando comenzaste a escuchar.

— Un poco más y serás mía— Era una voz masculina suave, pero llena de malicia — ¡Vamos, suéltate ya!

Tu cuerpo cayó al suelo. Tu viste tu cuerpo caer al suelo. Sentiste unos brazos rodearte por detrás en un abrazo de forma posesiva y escuchaste una pequeña risa masculina. Al voltear, pudiste ver a Roderich sonriendo de forma malévola mientras te miraba.

Miraste al suelo donde estaba tu cuerpo y lo entendiste, entendiste que él había estado jalando tu alma hasta que abandonara tu cuerpo y estuvieras en el mismo plano que él. Aquello te hizo querer llorar y gritar de agonía y eso hiciste mientras tratas de soltarte de sus brazos y queriendo volver a tu cuerpo.

— ¡Devuélvemelo! ¡Quiero mi cuerpo, quiero volver a estar viva!

— No— Su voz era autoritaria —. Me perteneces. Te quedarás conmigo para la eternidad, mi hermosa [Nombre]

¿Cómo te conocía? ¿Por qué quería saber que estuvieras con él hasta el punto de separarte de tu cuerpo? Estabas confundida, muy confundida. Sentiste sus brazos apretarse más a tu alrededor y acercándote más.

— Nos conocimos una vez en un sueño.

Una frase que alguna vez estuvo relacionada con la inocencia, cambió para ti y ahora era la frase más macabra que escucharías.

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⏰ Last updated: Aug 16, 2020 ⏰

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Supernatural [One-Shot Yanderes x Lectora]Where stories live. Discover now