II

6 2 0
                                    

El día había comenzado como cualquier otro.
Se había levantado temprano, cansada por haberse quedado viendo hasta tarde Netflix la noche anterior, y prácticamente se había arrastrado hasta el colegio. Las clases habían sido tan aburridas como de costumbre, y cuando terminaron lo último que quería era meterse en una micro llena de gente, por lo que había optado por caminar a casa, algo que casi nunca hacía.
Ahora sabía que eso había sido más que una coincidencia, había sido el destino.
Estaba a mitad de camino cuando algo había llamado su atención.
Se trataba de la hoja de un árbol, que en lugar de verde o amarilla era de un color azul brillante. Sara se agachó para recogerla, pero la hoja se elevó y se alejó flotando, como impulsada por un viento que ella no podía sentir. Sara siguió la hoja hacia un parque, cada vez que la tenía a su alcance, esta se le escurría entre las manos, como si estuviera encantada.
Finalmente, la hoja azul se posó en el suelo, en el centro de un grupo de árboles muy juntos que creaban una cueva entre sus ramas. Sara la recogió, pero cuando salió de entre los árboles, ya no se encontraba en el parque.
De hecho, ya no se encontraba en la tierra.
A su alrededor, se extendía un magnifico jardín con caminos de mármol y arcos cubiertos de enredaderas. Comenzó a caminar, confundida y sin saber muy bien que hacer, hasta que se encontró con Aiden.
Al principio, él se había mostrado tan confuso como ella, pero aun así la había invitado a su casa y la había ayudado. Le había presentado a Nia, y después de que Sara les contara a ambos la historia de como había llegado a ese lugar, ellos habían concluido que solo había una explicación: Sara era una maga.
Y también la única que podía ayudarlos a derrotar al tirano que estaba luchando por conquistar el mundo en ese momento.
Al comienzo, a Sara todo esto le había parecido absurdo, parte de un sueño o de una de las novelas que leía cuando era niña, pero ellos le habían probado que decían la verdad enseñándole como hacer magia y mostrándole los horrores de la guerra, hasta que ella estuvo convencida de que derrotar a ese tirano era, no solo lo correcto, sino su única opción.
Con la ayuda de unos viejos tomos de magia, le habían ayudado a perfeccionar un hechizo que podría inmovilizar al tirano y bloquear su magia oscura el tiempo suficiente para que Nia pudiera dar el golpe de gracia.

La elegidaWhere stories live. Discover now