capitulo 30

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Allie no se despierta cuando cae al suelo y por eso, encuentro que estoy agradecido.  Me da la oportunidad de abrazarla una vez más.

Silenciosamente camino hacia el lado de la cama y la levanto como lo hice las veces anteriores.

Ella continúa gimiendo como lo hacía antes, y cuando la acuesto, trato de consolarla como lo hice antes. 

–Estás bien, bebé–, le susurro suavemente mientras duerme.  –Estoy aquí, nunca me fui–

Allie gime a pesar de su inconsciencia y extiende los brazos con un movimiento extraño. 

–Kaden, no te vayas–, gimotea suavemente.  Puedo sentir la angustia saliendo de ella en fuertes olas.  Parece que vuelven a romperme el corazón.

–Oye, estoy aquí, no te dejaré–, murmuro en su cabello.  Beso su cabeza varias veces hasta que deja de patalear y gemir.

–Kaden ...–susurra una vez más.  –Te amo–

creo que si tuviera más lágrimas para llorar, lo haría.  Pero parece que estoy deshidratado por la carrera de encontrar a Allie, y solo por llorar en general, así que todo lo que puedo hacer es sollozar sin lágrimas.

Acerco a Allie a mí tan cerca como me atrevo sin despertarla, y beso ambos párpados suavemente. 

–Yo también te amo, bebé–, le susurro.  –Desearía que aún supieras eso–

~

Allie se duerme poco después de eso en mis brazos y cuando estoy seguro de que no empezará a patear de nuevo, me levanto de la cama.

La arropo como la noche anterior y beso su cabello suavemente antes de caminar de regreso a la temida silla.

Pero ni siquiera me siento en él esta vez, la última vez que que me senté terminé llorando.

Así que antes de descansar, busco en la habitación en silencio, buscando botellas de agua de repuesto.  Sé que el hospital tiene algunos en alguna parte, solo espero que no estén fuera de esta habitación.

No quiero dejar a Allie sola, pero lo haré si es necesario.  Necesita agua si va a mejorar, tengo que buscarla.

Miro todos los estantes y cajas hasta que solo queda un juego de gabinetes.  Me acerco y abro el primero y para mi asombro encuentro lo que estaba buscando.

Tres cajas de agua embotellada. 

Suspirando, agarro algunos de ellos y los coloco en el mostrador junto a mi silla.  Abro el primero para mí y me siento en el suelo frente a la horrible silla y bebo.

~

No sé cuánto tiempo me quedo allí sentado, pero después de que mientras Allie se mueve, la escucho comenzar a gemir.

Ni siquiera es de mañana todavía, pienso para mí.  Y no estaba hablando en voz alta.  ¿Por qué está despierta?

–Oye–, susurra Allie en la oscuridad.  –¿Sigues aquí?–

–¿Me estás hablando?– Murmuro, levantándome y despertando más cerca de ella.

Ella asiente y veo como un ligero temblor recorre su cuerpo.  Ella se agarra sus brazos  y comienza a temblar levemente.

–¿Tienes frío?–  Pregunto.

Ella asiente, sus dientes comienzan a castañetear.

Estúpidas mantas delgadas de hospital.

–¿Hay mantas de repuesto en alguna parte?–  pregunta en voz baja, alejándose un poco de mí.

–No lo creo–, respondo.  –Solo miré a través de todos los gabinetes y no vi ninguno–.

Allie asiente, luego vuelve a mirar hacia la cama y luego a mí.  –¿Donde duermes?–  ella pregunta.

Hago un gesto hacia la silla maldita.  –Por ahí–

–¿No tienes frío? ¿O te sientes incómodo?–

Me encojo de hombros. –Supongo,– Si tan solo supiera ... Nunca volveré a dormir en una silla en mi vida.  Prefiero acampar en un charco de barro.

Allie vuelve a mirar hacia la cama, luego me mira de nuevo a través de sus largas y espesas pestañas.  –Tengo frío– afirma.  –Y tienes que dormir en una silla. Entonces, para resolver los dos problemas, ¿podrías dormir conmigo?–

Me doy cuenta de que, aunque su voz no vacila, la idea de estar tan cerca de mí la asusta.  Pero si quiere que duerma cerca de ella, lo acepto.  Es con mi mate y es mejor que la silla.

–Si quieres,– respondo, tratando de mantener mi voz tranquila y gentil.

Allie asiente.  –Simplemente no ... me toques, ¿de acuerdo?–

Asiento y comienzo a acostarme en la cama.  –No lo haré. Me quedaré de mi lado, lo prometo–.

–Gracias–, susurra. 

Asiento y me acomodo en la cama pequeña antes de darme cuenta de la manta que me han arrojado.

–Allie– digo, odiando la forma en que no puedo llamarla bebé y tengo que usar su nombre real.

Pero no hay respuesta. Supongo que ella ya esté dormida, así que suspiro y tomo la manta, cubriéndola con ella como lo he hecho varias veces.

Allie ni siquiera se estremece. 

–Buenas noches, cariño– le susurro, aunque dudo que pueda oírme.  –Espero que pronto te des cuenta de cuánto te amo–

Cuando todavía no hay señales de movimiento de ella, suspiro y me doy la vuelta para mirarla de espaldas, apoyando mi cabeza en una almohada de repuesto que ella no está usando.  Cierro los ojos suavemente y trato de obligarme a dormir.

Pero justo antes de que lo haga, hay un suave susurro en el lado de la cama de Allie.  Y lo siguiente que supe, es que sus dos brazos están envueltos alrededor de mi cintura, su cabeza descansando en mi pecho.

***

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La Bebé Del Alpha |✓Where stories live. Discover now