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JungKook se encontraba nuevamente sobre su sedosa cama, chillando y pataleando de tristeza y enojo. Odiaba a ese señor que no los dejó entrar a la academia, a pesar de saber que éste no tenía la culpa pues sólo estaba cumpliendo con su trabajo.

Los dos alfas que estaban frente a él le miraban entre confundidos y curiosos por el comportamiento del peli-negro, puesto que no era para nada común el que un alfa hiciera un nido. Pero viniendo de JungKook, ya nada les sorprendía.

Por otro lado, estaba JongHo quien miraba con burla a su hermano mayor, aunque en el fondo estuviera preocupado por él.

—¿Me vas a explicar por qué estás haciendo un berrinche, Jeon JungKook? —Interrogó el alfa mayor, sentándose sobre la cama.

Mi omega… —Susurró con un nudo en la garganta.

Jimin tragó saliva. Su padre pediría muchas explicaciones después de las palabras de su hermano y él no estaba listo para recibir un castigo cuando tenía planes de ir a buscar a su bonito Yoonie.

JongHo le pegó un codazo al peli-rosa, dedicándole una sonrisa ladina y burlesca cuando éste lo volteó a ver.

—¿Tu omega? —Preguntó curioso.

YongHwa estaba confundido con todo lo que estaba pasando. Estaba tranquilamente jugando video juegos con JongHo cuando de repente su hijo mayor había entrado a la casa soltando feromonas llenas de furia y tristeza mientras gritaba que “era una injusticia el que no le dejaran ver a su castañito”. Eso estaba bien, pero lo que no pudo entender, fue cuando lo siguió hasta su habitación sólo para encontrarse con un nido sobre la cama de éste.

—Sí, él no quiere saber nada de mí —chilló, hundiendo su nariz en la almohada.

—¿Tu omega es el hermoso chico castaño que estaba debajo de tu cama cuando lo conocí por primera vez?

—Sí.

—¿Y por qué no quiere saber nada de ti? ¿qué hiciste, JungKook? —torció sus labios para luego voltear a sus dos hijos restantes—. Salgan un momento. Quiero hablar con su hermano —ordenó.

JongHo y Jimin salieron corriendo de la habitación, empujándose entre sí para así poder evitar la mirada dura que su padre les había dedicado.

—Estos adolescentes —bufó—. Habla, JungKook —mandó ahora viendo la espalda de su hijo.

—No. —Se negó.

Gracias al tono de voz de YongHwa, JungKook presentía de que no era un buen momento para exponer el tonto plan que había ideado anteriormente.

El alfa mayor suspiró rendido. No era muy bueno cuando se trataba de hacer sentir mejor a los demás, pero JungKook era su hijo, el cual, estaba triste y llorando amargamente, algo que le dolía y apretujaba su pecho mientras su lobo se removía angustiado por ver a su cachorro en ese estado.

—Cachorrito… —Le llamó, haciendo su mejor esfuerzo para que su voz sonara dulce.

JungKook chilló gustoso y avergonzado por ser llamado de esa forma.

—No soy un cachorro. Soy un alfa a punto de entrar a su etapa de adultez —refunfuñó, dándose la vuelta y sentándose en pose de indio, ya que después de escuchar la voz calmada de su padre se sintió con un poco más de valor para enfrentarlo.

—Oh, es cierto —soltó con un tono de burla, abriendo sus ojos exageradamente—. Me acabas de decir que ya te gusta un omega. Eso ya te hace todo un hombre hecho y derecho.

El silencio se hizo presente en la habitación, siendo opacado unos segundos después por la risa de ambos alfas. YongHwa sonrió orgulloso de sí mismo al haber logrado que su hijo dejara de llorar.

un omega de mentira | kooktaeWhere stories live. Discover now