Solo soy la hija del jefe, nada importante

42 5 0
                                    


Había acordado que empezaría a practicar lucha con mi padre en la mañana así que al primer rayo de luz, me cambié y fui hacia un claro, donde tenía dos palos de madera en forma de espadas en su mano.


—Temprano, bastante bien, estos son para prepararte para una espada real.


Me lanzó uno.


—Esta es la posición, siempre lista, siempre atenta ¿de acuerdo?


Copié su posición, intentando no caerme, mi padre me enseñó a esquivar y bloquear los ataques primero, mis errores hicieron que me golpeara varias veces en los dedos, no entendía porqué necesitaría aprender a luchar, si Berk está oculta ¿Contra quien luchan? ¿Quien se atrevería a luchar contra dragones?


No le cuestione eso a mi padre, ya que me encontraba muy concentrada aprendiendo a esquivar ataques antes de provocarlos.


Golpeando palos pasaron horas y tomamos un descanso, ahí aproveché para preguntarle.


—Padre.


—¿Que ocurre?


—¿Para que entrenamos para luchar? ¿Quien intentaría luchar contra dragones?


—Los cazadores de dragones, tribus que tomaron técnicas y métodos de sus ancestros, los mismos que luchaban contra nuestros ancestros, ellos buscan terminar con nuestra paz, recibimos ataques de vez en cuando.


—¿Por que no solo le dice a los señores de tierras firme sobre esto?


—No les conviene, temen que ellos decidan aprovecharse de eso y traicionarlos


—Ah, los mismos de las leyendas.


—Exacto y ahora toca tu segunda rama de pelea, arquería.


—¿Arquería?


—Ven.


Tenía un arco con cinco flechas, pero no había ninguna diana.


—¿Y la diana? —pregunté.


—Los árboles, mira, así.


Él me mostró un perfecto ejemplo y cuando me dio el arco, la primera flecha se cayó del arco antes de que saliera disparada.


—No hay problema —se estaba conteniendo la risa—. El primer intento siempre es así.


La segunda flecha, fue un metro más lejos que la primera y así la tercera y la cuarta.


El regreso de la bestiaWhere stories live. Discover now