El regreso de la bestia

El ataque

En la aldea, todo lo que recibía eran miradas, yo lo sabía, mi padre lo sabía, pero no podía hacer nada al respecto, ellos nunca me aceptarían si no les doy una razón para que lo hagan. Poco a poco me he fortalecido con mi padre, pasé de pelear con palos de madera, a espadas reales, y ya puedo darle a la diana, aunque sea de cerca, pero con Altina... Luna todavía es rebelde y no me deja usar el mango de su silla, al menos ya me logró atrapar sin que ambas cayéramos al mar.

—Vamos, Luna, debemos de hacer esto bien, quiero poder ser aceptada por la aldea y necesito tu ayuda.

Ella estaba acostada.

—Altina llegará pronto, pero ¿no te gusta la vista?

Ella se quejó y se volteó, yo miré al pasto, jugando con algunas hojas, Altina ya debía de estar aquí, pero miré enfrente y un barco se acercaba al acantilado, una vela negra y un símbolo que mi padre me había enseñado, cazadores de dragones, jaulas verdes y hombres abordo, de muy mal aspecto.

—Luna, Luna, mira.

Ella se alarmó al ver aquellos barcos.

—Debemos esconderte, vamos.

Pero ella no se movió, me gruñó, y apuntaba con su cabeza al barco.

—No podemos, hay que avisarle a la aldea.

Luna rugió.

—De acuerdo, no se que te atrae.

Me subí en ella y fui hacia mi primera misión, volamos en las alturas para que no nos vieran.

—De acuerdo, podemos bajar en picada y destruir la vela.

Eso hicimos, me pegué a Luna lo más posible par año salir volado a la velocidad que bajaba, junto sus alas y ellos gritaron "¡Dragón!" Ella disparó dio vueltas y subió.

—¡Bien!

Comenzaron a lanzarnos flechas y arpones muy grandes.

—Espero que Altina llegue pronto, debemos quitar esos arpones primero.

Ella disparó desde su altura, pero no hizo el daño suficiente...

—Hay que esperar... ¡Espera, Detente!

Ella se lanzó en picada hacia un arpón y lo destruyó en segundos y después, el que estaba a lado.

—¿Cómo haces eso?

Escuchamos un rugido y volteamos a ver, varios jinetes venían en camino, mi padre los lideraba.