Final

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16 de diciembre de 2022

Kara

Me encontraba sentada en la dura silla del hospital, aguardando a que el médico me dijera si mi novio se pondría bien o no. Movía mi pierna derecha de arriba abajo en un vaivén rítmico, presa de los nervios. Sin embargo, yo sabía que lo que le estaban haciendo a Carter, no era ni de lejos lo mismo que lo que le estaban haciendo a Tess. Desde donde me encontraba podía escuchar sus lamentos y sus gritos. Varias veces estuve a punto de correr hacia el quirófano y ordenarles que se detuvieran, pero no tenía la autoridad para interrumpir el procedimiento, por más de que fuera mi mejor amiga.

Lo único que me quedaba era la espera, que parecía hacerse eterna.

Solté un quejido cuando mi herida se abrió. Un H. A. V. había intentado apuñalarme, pero había sido más rápida y había logrado evitar lo peor. Maldecía no sanar igual que mi amiga; aquello me recordaba que era una simple humana que podía morir ante cualquier descuido.

Al final del pasillo, encontré a Alex con el pecho subiendo y bajando ferozmente. Lucía preocupado y extremadamente triste. Al verme, se acercó de inmediato a mí.

―¿Qué sucede?

―Es Tess ―dijo con la voz entrecortada. Mi corazón se estrujó y lo peor llegó a mí como un camión a toda marcha. Casi podía sentir el impacto ―. Está muerta, Kara.

¿Qué? No. No, no, no...

―¿Cómo fue que pasó?

―En realidad, los doctores me dijeron que las posibilidades de que sobreviviera eran muy bajas... ―comenzó a decir.

Abrí los ojos desmesuradamente. ¿Qué diablos estaba sucediendo? ¿Estaba muerta o no?

―Dime de una maldita vez lo que está pasando, Alexander, o lo que te dolerá será el culo por la patada que te daré.

Rio con ironía y tomó asiento a mi lado. Su cabeza cayó entre sus hombros y me dio la impresión de que intentaba no darle tantas vueltas al asunto y estaba fallando miserablemente. Reconocí la expresión de su rostro: culpa.

―Tess descubrió la forma de crear una cura para revertir a los experimentos de su padre ―murmuró por fin.

―Eso es bueno, ¿o no?

―¿Lo es cuando ella es la única apta para desarrollarla y está sufriendo allí dentro? Se sacrificó por un bien mayor, pero no puedo aceptar la idea de perderla.

Sin pretenderlo, mis manos apretaron mi camiseta. No sabía cómo reaccionar. Es decir, mi mejor amiga siempre había sido impulsiva y prepotente, pero jamás una idiota sin cerebro. Si estaba haciendo aquello, era porque conocía perfectamente el procedimiento; el cual no me había revelado. Alex dijo lo que pensaban hacer, y, aunque me doliera admitirlo, era un excelente plan.

―Tenemos que tener fe. Mientras tanto, es nuestro deber como soldados seguir sus reglas.

―¿Y Carter?

―Me quedaré aquí hasta tener noticias. No podré hacer nada hasta que sepa que está fuera de peligro.

Oí algo así como: «ojalá pudiera decir lo mismo», pero no supe qué responder. No estaba en nuestro poder entrar en ese laboratorio y exigir que nos dijeran en qué estado se encontraba Tess. Solo ella sabía si podría controlarlo por su cuenta. Si la cura resultaba efectiva, sería un milagro y un dolor de huevos para Elton cuando descubriese que había vuelto a ser un simple ser humano. Si lo pensaba por un momento, aquello quizás podría romper el vínculo de los chips. Tal vez no solo nos facilitaría el hecho de matarlo, sino que también nos ayudaría a atrapar a los demás para devolverlos también a su estado natural.

1. La extraña ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora