Capítulo 21: Invasores

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En una lejana habitación dentro del palacio de Nigthmare Kindom, se escuchaba un gran alboroto, pasos apresurados de un lado a otro se escuchaban en los pasillos del Castillo. Mujeres corrían hacia la habitación principal, llevando recipientes con agua tibia, trozos de tela y algunas infusiones para la Konigin, quien estaba en labores de parto, estaba agotada pero no lo suficiente como para rendirse.

-Vamos Alteza, ya falta poco, sólo un poco más. -La partera animaba a la bella mujer de cabellos negros, esta pujaba en cada contracción, poco a poco pudo sentir como su pequeño se abría paso hasta que finalmente, el bebé pudo salir de su interior. Rápidamente procedieron a cubrirlo con una manta, una mujer más joven fue la encargada de tomarlo en brazos mientras revisaban el estado de la Konigin.

Ajenos a la mirada que esta le dedicaba al recién nacido. Un pequeño peli negro de ojos dorados, con disimulo, lo descubrió un poco, y para su sopresa, tenía aquellos tatuajes que distinguían a quien había estado esperando que regresara.

-Bienvenido de vuelta. -Susurro al pequeño antes de pasárselo a su madre. Como si el pequeño presintiera lo que se avecinaba, soltó un estrepitoso llanto, haciendo que su madre lo acunara entre sus brazos con cariño.

-Mi pequeño, bienvenido. –Decía su madre con lágrimas de felicidad, en pocos minutos, el Koning se hizo presente en la habitación un hombre robusto de cabellos negros y ojos dorados.

-Cariño, acércate. –Pidió al ver que su esposo entraba en el lugar, este se acercó a paso firme para admirar a su pequeño.

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Después de terminar sus labores de selirvienta en el castillo, se dirigió a toda prisa a su habitación, la sonrisa no desapareció en todo el día, finalmente había llegado el momento de movilizarse, llevaría a cabo la primera fase de su plan.

Rápidamente se hizo un cambio de ropa y salió del castillo, caminó hasta llegar al pueblo, con tranquilidad, se dirigió a una taberna algo tétrica, pocas personas entraban ahí, a pesar de ser Damons, evitaban meterse en problemas con aquellos que frecuentaba ese lugar, esos Damons eran demasiado primitivos y caóticos.

La sirvienta, sin miedo alguno, entró al lugar, inmediatamente, una mujer de cabellos rosas y un parche en el ojo izquierdo, la saludo.

-Oh, que te trae por aquí princesita. –Fue el saludo que lanzó.

-No arruinen mi buen humor por favor cariño, no querrás perder otro ojo. –Se burló de la mujer y esta sintió un escalofrío, ella era más que capaz de hacerlo. –Convoca a todos, la hora ha llegado.

-Estupendo. -Unos minutos más tarde, un grupo de Damons ingresó al lugar.

-Bueno, mis queridos amigos, el momento ha llegado, aquel que hemos estado esperando finalmente ha llegado, finalmente podremos recuperar aquello que por derecho nos pertenece. –Comenzó su discurso. –Por millones y millones de Jahre hemos estado atrapados en esta estúpida dimensión, sufriendo de escasez, hambre y encierro, es momento de liberar a nuestra dimensión, nuestros antepasados sirvieron a los inútiles Semperianos y Krieger, ¿Y cómo nos pagaron? ¡Confinándonos en este maldito espacio en la nada! Mientras que ellos disfrutan de todas las riquezas del mundo exterior, viajando entre planetas y sistemas sin restricción alguna. Todos aquí son unos cobardes, no luchan por lo que nos pertenece, pero nosotros somos diferentes a ellos, somos superiores ¿No es así? –Todos cuchichearon dándole la razón. –Es por ello, que ha llegado la hora de movilizarnos, es hora de llevar a cabo la primera fase del plan.

Extra-terrenal (BillDipp)Where stories live. Discover now