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1
Me desperté con toda la actitud. Es sábado, pero no cualquier sábado, es el sábado en que Louis regresa de vacaciones, aunque más bien, el vuelo salió desde ayer, por lo que debió de haber llegado a su casa por la noche. Él, mi hermano y yo quedamos de vernos hoy a las cuatro en Mundo Gamer, de allí iremos a la Casa de Louis a ver una película.
Mi hermano y yo desayunamos, hicimos la limpieza y entonces nos alistamos para salir. Toño tardó un tanto más que yo, por lo que tuve que esperarlo sentada en la sala mientras veía un maratón de The Big Bang Theory. Cuando por fin salió de su habitación quedé muy perpleja ante la manera en que lucía.
— ¿Te ha lambiado una vaca? — no pude evitar decir, después de ver su cabello empapado de gel, parecía haberle copiado el peinado a Drácula.
Mi hermano hizo una mueca, dejando al descubierto su frustración.
—Tengo una cita con Jade y no sé que ponerme. ¡Ayuda, por favor! — chilló.
Mi hermano estaba en problemas, pues yo no era, para nada, la indicada para hacerlo lucir bien. Yo era feliz con mi fodonguez. Bueno, a veces lo era, cuando no había una chica linda junto a mí que me recordaba lo poco atractiva que soy.
— ¿Quién es Jade? ¿Y cómo pretendes que te ayude? No sé ni si quiera como hacer que yo me vea decente.
—Vamos, Danielle. Solo haz que me vea normal y que no parezca que una vaca ha pasado su lengua por mi cabeza. — volvió a chillar.
—Bueno, pero tranquilízate. No está bien que crees una máscara cuando conoces a las personas, pues ésta, tarde o temprano se caerá. Eres una persona maravillosa y si esa tal Jade no se da cuenta de lo increíble que eres, entonces la tonta es ella.
Y pareció más bien que lo decía para mí misma. Mi seguridad y confianza habían desaparecido por completo, lo peor de todo es que nunca me di cuenta en qué momento sucedió, por ende, no pude hacer algo para salvarme.
2
Hice que mi hermano se quitara todo el gel que se había embadurnado en el cabello, que usara sus vaqueros negros favoritos, junto con sus VANS del mismo color, y también lo obligué a ponerse la camiseta que tanto amaba al tener el estampado de su serie favorita: Star Wars. Si alguien iba a enamorarse de mi hermano, debía saber que tendría que acompañarlo a ver todas esas películas aburridas.
El día estaba bastante agradable, por lo que decidimos caminar hasta el punto de reunión. Mi hermano, Toño, era un cúmulo de nervios y estrés andante.
— ¿Estás segura de esto, Danielle? Aún no estamos tan lejos de casa, podría regresar corriendo y cambiar mi atuendo.
Reí. Su estado me daba ternura y nostalgia al darme cuenta de que ya no era un bebé. Mi hermano pequeño era, incluso, más alto que yo. Vaya ironía.
