Muerte y Resurrección

231 38 0
                                    

Godrik, el señor de la ciudad, estaba asustado como jamás lo había estado, su adversario era mucho más poderoso que todos las personas que habían venido con él y eso que eran de las más fuertes y grandes que estaban a sus órdenes, pero dos días no daba tiempo a buscar a más gente, miró a su alrededor y vió que apenas quedaban una docena de guerreros a su lado entre aventureros y soldados.

De repente, la enorme mandíbula de la serpiente Apofis de cuyos colmillos goteaba veneno, se abalanzó sobre uno de los pocos aventureros enanos que quedaban, pero antes de pudiera tragarselo entero, el orco le dió un fuerte empujón quitándolo de su camino y fue su brazo el que fue seccionado de un mordisco seco y mientras el orco gritaba de dolor y se desangraba, el enano le dio un hachazo que partió en dos uno de sus colmillos haciendo qué el demonios se apartara de ellos con un movimiento rápido de su cola barriendo a todos los que estaba luchando contra ella.

Godrik estaba convencidos de que iba a morir allí y lo sentía por su país y por su mundo, había hecho todo lo posible y todo lo impenzable para derrotar a su enemigo, pero este, simplemente, era demasiado poderoso para que alguien con su poder, creia que podría enfrentarse a cualquier cosa que los portales quisieran enviarle pero había quedado claro que incluso él que tenía nivel cincuenta no podía enfrentarse a una criatura tan poderosa como Apofis.

La cosa había comenzado bien, cuando después de derrotar a los hombres-serpiente, ordenó a los magos lanzar una hechizo de luz que iluminó toda la pirámide como si fuera de día, debilitando aún más a la serpiente, pero aún así era demasiado poderosa.

Esbozó una sonrisa triste cuando vio al enano que había estado a punto de ser devorado por la serpiente ayudar al orco a levantarse mientras le daba una poción que hizo que dejará de desangrara y que recuperara parte de su salud, jamás hubiera pensado que dos razas enemigas pudieran ser compañeros de batalla estaba entristecido al pensar que nadie iba a ver esa camaradería porque estaba convencido que iba a morir allí, pero al menos dejaría lo más malherida posible a la serpiente para darles un día más a los que estaban en Elerianna esperando una victoria que no se iba ha hacer real, pero en cuanto la serpiente recuperara toda su fuerza no habría nadie en su mundo que la pudiera detener.

En teoría su mundo tenían un guardian, un poderoso ser que se ocupaba de que las más poderosas amenazas no pudieran destruirlo, las leyendas hablaban de un ser con un poder inimaginable, pero dudaba que incluso contra está enorme criatura, ese guardián, si es que existía, tuviera la más mínima oportunidad de vencerla ya que seguramente además de ir ella también irrumpirian, a través del portal, sus criaturas tanto los hombres chacal como los hombres poco digo como los hombres serpiente contra los que se habían enfrentado antes de llegar hasta ella.

Después de que los magos convirtieran la noche en día, los guerreros comenzaron a atacarla cuerpo a cuerpo, haciendo aún más grandes las heridas que el Baculo de Ra le había hecho, pero de repente la serpiente había rugido y había engullido a uno de los soldados, cerrando algunas heridas en el proceso y entonces el caos había hecho acto de presencia, los primeros en caer habían sido los magos y después de eso, el resto aguantaban como podía.

El señor de Silverstone cayó de rodillas, estaba agotado y no podía más, rezó durante unos segundos a unos dioses en los que no creía, rogando que Andrew tuviera éxito en su misión, pero habían pasado horas y no había noticias del muchacho, así que supuso que tampoco había conseguido su misión y apretando el puño alrededor de la empuñadura de su espada, se levantó con una mirada de acero en sus ojos, iba a morir, si, pero nadie diría que había muerto de rodillas o escondiéndose.

Miró a la serpiente que se había retirado a un rincón, preparándose para el final y sacó de su zurrón varias pociones de salud y de magia que repartió entre los guerreros y el sacerdote, el cual lanzó hechizos de curación y de bendición a la docena de combatientes que quedaban.

Godrik miró a su alrededor y sonrió con orgullo.

-¡¡Hermanos, si, hermanos, por qué hoy aquellos que derramen su sangre aquí y ahora son mis hermanos y no importa si soy nobles o si sois plebleyos, pues la sangre derramada nos hace a todos iguales y pensad que no importa si morimos o si vivimos, lo que importa es Elerianna, si perdemos nuestro mundo está perdido, nuestros amigos, nuestra familia depende de nosotros!!. ¿Nos rendimos o luchamos hasta la muerte por ellos?

Un rugido atronador surgió de los hombres y mujeres bajo el mando de Godrik, todos sabían que sus posibilidades de victoria, pero no iban a rendirse por ello y cargaron contra el Dios-Demonio con todas sus fuerzas.

Se lanzaron contra la serpiente, la cual se abalanzo sobre ellos con la mandíbula abierta dispuesta a engullirlos a todos de un bocado.

De repente se escuchó una enorme explosión y una enorme cobra de doce metros de largo con alas de águila, la cual era completamente negra, entró a través del agujero, su nombre era Uadyet, diosa protectora de Egipto, una serpiente que actuaba como protección de dioses y faraones.

Pero no entró sola, la acompañaban un centenar de hombres-lobo vestidos de negro empuñando un par de kopesh inmolados en fuego, además de un Ammut del tamaño de un elefante.

Además, a través del boquete de la pirámide también entraron un par de barcos voladores, en los cuales habían varias personas con tunicas negras empuñando báculos las cuales tenían caras de diferentes animales, como un halcón, un chacal, una Ibis y un tigre.

Siguiendo al Ammut había un centenar de fantasmas que corrieron hacia la serpiente que, de repente, se vió sobrepasada al enfrentarse a tantos enemigos a la vez.

Godrik sonrió, el muchacho lo había conseguido y lanzó un mandoblazo contra la serpiente, la cual se encogió ante tantos enemigos y en pocos minutos se convirtió en un halo de luz oscura y desapareció ante los gritos de alegría de los supervivientes.

El enano le dió una palmada suave al orco, el cual hizo un gesto de dolor.

-Gracias, hermano, no olvidaré lo que has hecho por mi, se que jamás podré pagarte lo que has hecho por mí, así que cuando salgamos de aquí, te doy mi palabra que encontraré la manera de compensarte lo que has perdido.

Godrik cayó de nuevo de rodillas y lloró como un niño cuando remolinos de luz se formaron en el suelo de la pirámide y todos los que habían caído  luchando contra la serpiente volvieron a la vida e incluso los que habían ido a la Duat y aquellos que habían sido engullidos por la arena estaban a su lado con una sonrisa de oreja a oreja, incluso los orcos habían vuelto a la vida, pero al ver a su líder lisiado y al lado de un enano, uno de sus mas acérrimos enemigos se alejaron de él y se fueron al otro lado de la pirámide, dejando un gusto agridulce en la garganta de Crockta.

Godrik miró a su alrededor, no habían regresado todos, Andrew no estaba, lo cual no era algo normal, pero no había nadie a quien preguntarle, ya que después de destruir a la serpiente se habían ido sin decir nada, solo se había quedado con ellos uno de los hombres con cabeza de animal, pero su cabeza era extraña, no se sabía si era de perro, de chacal o incluso de oso hormiguero.

-Gracias por vuestra ayuda -la voz del dios era grave y sobrecogedora y todos los corazones de la gente tembló en el momento que lo oyeron-, gracias a vuestro empeño ambos mundos se han salvado y después de esto volvereis a vuestro mundo con nuestra bendición y nuestro agradecimiento.

-¿Y Andrew? -preguntó Crockta el orco, indeciso, mirando a Seth con aprension.

El dios sonrió con benevolencia y movió una mano lentamente.

Todos sintieron como su cansancio desaparecía y su nivel aumentaba, pero no todos subieron lo mismo ya que el dios recompensó a la gente en compensacion a su esfuerzo y sacrificio.

Todos subieron varios niveles, pero los que más subieron fueron Crockta y Godrik, el orco había subido a nivel 18 y, para la sorpresa del Señor había subido a nivel 55, lo cual era una sorpresa para él, ya que la cantidad de experiencia necesaria para ello era una cantidad auténticamente obscena, ante lo cual solo pudo sonreír.

Pero mientras el dios agitaba la mano y los teletransportaba al lugar donde estaba la entrada al portal, ninguno puedo evitar pensar que era lo que había sucedido con Andrew, pero estaba claro que no se irían sin él pasara lo que pasara.

ELERIANNAWhere stories live. Discover now