❝As I'm laying on your chest
I'll be out here thinkin' 'bout it, boys just to guess
Some of them keep telling me I'm better than the rest
And I ain't tryna rush you, but goddamn, I'm a mess, mess, mess❞
«UN HOGAR NO ES UN EDIFICIO, NI UNA CALLE, NI...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
❝Ekaterina se termina de arreglar su corto cabello frente al espejo mientras mira por el, como Ben le mira embobado. Ambos bajan las escaleras topándose con sus otros seis hermanos. Su madre había tocado la campanita hace unos segundos indicando que el almuerzo está listo. Cada uno se posó detrás de su silla correspondiente esperando la orden de Reginald para sentarse.
Kate come en silencio. Klaus frente a Ekaterina armaba un cigarro, Ben al lado de éste leía un libro tranquilamente y Diego junto a ella, talla algo sobre la mesa.
—Número Cinco —reclama el mayor cuando el nombrado clava un cuchillo encima de la mesa.
—Tengo una pregunta —Ekaterina gira su cabeza rápidamente hacía donde estaba él mirándole con una ceja encarnada.
—El conocimiento es un objetivo admirable, pero conoces las reglas —el ojiazul sonríe cínico—. No hablen durante la comida, interrumpen a Herr Carlson.
—Quiero viajar en el tiempo —La pelinegra empieza toser mientras Diego le daba palmadas en su espalda. Ella entró en la mente de Cinco y trató de controlarlo para que no hiciera una estupidez pero de alguna manera él la bloqueaba.
—No —fue lo único que dijo el mayor.
—Pero estoy listo —Se levanta. Kate intenta detenerlo pero la ignora—. He practicado mis saltos espaciales como dijiste —Se teletransporta a su lado—. ¿Ves?
—Un salto en el espacio es trivial comparado con lo desconocido del viaje del tiempo —El hombre sujeta su copa—. Uno es como deslizarse sobre el hielo, el otro es como descender ciegamente a las profundidades de aguas congeladas y reaparecer como una bellota.
Ekaterina sonrío ya que había entendido lo que su padre habría querido decir.
—No entiendo.
—Por eso no estás listo.
—No tengo miedo —dice luego de mirar a sus hermanos. Kate le miraba entre enojada y confundida ¿Por qué Cinco no le había comentado acerca de eso?
—Ese no es el problema —sigue comiendo sin mirar al chico—. Los efectos que podrían tener en tu cuerpo, incluso en tu mente, son impredecibles —Suelta abruptamente los cubiertos—. Te prohíbo seguir hablando de eso.
En un momento de descuido del Número Cinco, Kate aprovechó y entró a su cabeza. Viendo como la única que sabía lo que iba a hacer era...
Vanya.
De manera instintiva los ojos de la Número Cero brillaron de color escarlata. Diego empezó a acariciar su espalda tratando de que se tranquilice pero para ella era imposible.
