La prueba final

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Tomo la varita como ya había hecho, varias veces la observó y miro por el rabillo del ojo si venía su peor enemigo.
El gigante a su lado temblaba y la chica observaba sin expresión alguna sus manos ensangrentadas y la penumbra del bosque.
Voldemort se tomo un tiempo para aspirar el aroma de la victoria. Un aroma que le había costado conseguir.
A él no le importaba el sufrimiento de la comunidad mágica.
Bellatrix Lestrange se acercó a pasos tambaleantes.
–Mi señor–dijo–. ¿Cree que el niño vendrá?
–Espero que no.
–¡Cállate mugrosa chiquilla!–le gritó Bellatrix a la chica soltando una maldición–. Disfrutare matarte.

Harry camino por el bosque sin saber con exactitud por donde tenía que ir.
Sintió un enorme deseo de gritar. De correr. Pero no podía hacerlo. A parte de que se sentía horrible.
Sacó la pelotita que llevaba en el bolsillo. La miro y una sonrisa se asomó al verla. Fría al tacto. Dorada. Así era la snitch dorada.

Me abro al cierre

Harry la observó y se la llevó a los labios, una pequeña puerta se abrió y de ella salió una piedra negra.
La piedra de la resurrección.
La tomó entre sus manos y la sostuvo fuertemente, deseando ver a sus padres de nuevo.
–Harry–dijo la voz de su padrino.
–No se que hacer–dijo Harry–. Tengo miedo.
Sirius le sonrió.
–Eres muy valiente mi niño–dijo su madre, Lily–. Siempre supe que lo eras y harás lo que sea correcto.
–¿Es doloroso? ¿Morir?
–Es como quedarte dormido–dijo Sirius.
Harry observó a su padre, que le sonrió.
–Llegó la hora hijo, enfrentaras a aquel demonio y estoy seguro que vencerás.
–¿Estarán conmigo?
–Siempre lo hemos estado–respondió Lily.
Harry dejó caer la piedra y cerró los ojos sintiendo el apoyo de sus seres queridos.
Sus pies se movieron solos y comenzó a caminar para enfrentarse a la muerte y a su destino.

–Mi señor–dijo Bellatrix señalando el lugar por donde venía Harry Potter.
–¡Harry!–gritó Megan con lágrimas en los ojos.
Hagrid tembló.
–¿Harry? No no, no deberías estar aquí–dijo Hagrid molesto.
Lagrimas recorrían sus mejillas.
Harry sintió un leve retortijón en el estómago. Ahí estaba Megan y Hagrid, dos personas muy importantes para él.
–Vaya vaya, Harry Potter–dijo Voldemort–. El niño que vivió, viene a morir.
Megan se retorció y Bellatrix le jaló el cabello con fuerza.
–Ya estoy aquí–dijo Harry.
–Eso es lo que veo. Tal vez no eres un cobarde sentimental–dijo Voldemort–. Y dime Harry ¿que tal te pareció Hogwarts destruido?
–No me gusto en absoluto.
Voldemort sonrió.
–Manchado de sangre mágica desperdiciada todo por protegerte a ti–dijo Voldemort.
Caminó hacía Megan y la obligó a mirarlo.
–¿Quisieras ver como la vida se escapa de los ojos de tu linda amiga?
–No, a ella déjala en paz. Esto es entre tu y yo–dijo Harry apretando los puños.
–Quiero un poco de diversión Harry–dijo Voldemort.
Bellatrix levantó a Megan y la empujó hacia un árbol, le dió una cachetada y la tumbó al suelo.
–¡Cruccio!
–¡No!–gritó Harry.
Megan se retorció en el suelo lleno de tierra y soltaba gritos de dolor.
Harry sintió los ojos llenos de lágrimas. Hagrid rogaba que la dejaran tranquila y que se lo hicieran a él.
–¡Déjala tranquila!–gritó Harry.
–Quiero que suplique morir Potter, al igual que sus tontos padres–dijo Voldemort.
–¡Basta ya!–exclamó Hagrid.
Bellatrix se carcajeaba contenta de ver el sufrimiento de la chica.
Cuando Voldemort terminó de torturarla la levantó y la puso de rodillas nuevamente.
Estaba pálida y tenía machas de sangre en el rostro.
–Vete–murmuro.
Harry negó y ella soltó lágrimas.
–Es bueno ver sufrimiento de jóvenes que se quieren–se ríe Voldemort fríamente–. Tu amiguita hizo una rabieta y terminó de esa forma–explicó–. Dijo que la matara a ella en vez de a ti ¿que tonto verdad? Ahora los matare a ambos pero...a ti primero.
–No...–murmuró Hagrid antes de ser golpeado por otro mortifago.
–Como dije antes–Voldemort habló con una voz llena de frialdad–. ¡El niño que vivió, viene a morir!
Todos los mortifagos soltaron una carcajada. Harry sintió que su estomago estaba por sacar el poco alimento que había comido. Le dio escalofríos.
Voldemort observó su varita con mucha atención.
Harry cerró los ojos esperando el momento en el que su corazón dejara de latir. Pensó en todos sus recuerdos de Hogwarts, sus amigos, su familia. Tal vez no eran familia por medio de la sangre, pero era familia; estaba rota pero aún así ellos siempre lo apoyaban.
–¡Avada Kedavra!
Fue lo único que escuchó de Voldemort después de haber muerto.
Su corazón se detuvo por unos instantes y salió volando golpeándose su espalda.

Héroe SlytherinKde žijí příběhy. Začni objevovat