Capítulo 41.

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Jack Conway.

Mi mirada solo se fijaba en cómo Segismundo estaba en el suelo sin responder, seguramente se había desmayado. Abril estaba en su puesto ausente, las lágrimas caían por sus mejillas y estaba seguro de que ella ni se percataba de ello. A este paso su hermano moriría desangrado si nadie intervenía ya.

¿Que hacían los policías?

Quería saber que cojones había hecho Segismundo para que nos encontráramos en esto. Sabía que traficaba, que se metía en mierdas así, ¿pero esto...?

Scarlett se encontraba en la esquina, sin querer mirarnos. Ella hizo que Abril viniese aquí totalmente cegada, no debió confiarse tanto. En el fondo entendía el por qué lo había hecho la niña, pues la habían amenazado y era algo comprensible dentro de lo que cabía. Por el contrario, su hermana estaba que no podía más. Desde que entró por la puerta llevaba sin estar quieta, sobretodo cuando comenzaron a herir a Abril.

A mi me atraparon nada mas salir de comisaría, eran muy astutos pues nadie se dio cuenta. Me noquearon en cuestión de un segundo y llegamos aquí, donde Segismundo ya estaba tumbado en el suelo con varias heridas. Poco después se unieron las dos hermanas ya que al parecer pasaron por el lado y escucharon los gritos de Segismundo.

—Siento que esto vaya ser duro... —levanté mi cabeza con rapidez. Calavera jugaba con el bate en su mano de forma lenta—. Pero tenemos que acabar con esto ya.

Me encogí en mi puesto al escucharle, de verdad lo iban hacer. Iban a matar a Segismundo delante de nosotros, delante de Abril.

Y yo no podía hacer nada, era inútil.

—Tranquila Abril, ya no tendrás que verlo más —susurró él mientras se acercabas a su hermano—. ¿No era eso lo que querías?

Primer golpe.

—No te preocupes.

Segundo golpe.

—Esta vez si que no volverá.

Tercer golpe.

Abril lloraba desconsoladamente mientras gritaba al ver el charco de sangre que comenzaba a hacerse debajo de la cabeza de su hermano. Mi corazón se encogió al ver como Segismundo abría sus ojos de forma cansada y dolorida. Me fijé como las manos de la rubia comenzaban a sangran por la presión que hacía esta en intentar liberarse.

—¡Mátame a mí, ¡mátame a mí, por favor! —gritó ella casi ininteligible mientras cerraba los ojos con presión—. No le toques...

Ladeé mi cabeza anonadado hacia Abril, quien tenía los ojos cerrados y seguía intentando liberarse. Comencé a darle pequeños toques con el hombro para que se callara, que no dijera nada más. Scarlett levantó su cabeza para mirarla con sorpresa.

"¡Mátame a mí, ¡mátame a mí, por favor"

Nada más decir eso Calavera paró de golpear a Segismundo. Comencé a moverme desesperadamente en mi puesto al percatarme de lo que tenía pensado hacer. No era real lo que había escuchado, Abril no había dicho eso. Calavera miró de reojo a alguien que se ocultaba en las sombras. Esto tan solo era una pesadilla.

Una figura se hizo presente entre nosotros, una figura que conocía muy bien. Mi corazón comenzó a latir con tremenda rapidez al reconocerla, era ella.

No te hagas, Conway. {Superintendente}Where stories live. Discover now