Epílogo

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Una cosa era bastante clara, y era el hecho de que ______ no se había salvado de los trabajos que Senku le había asignado, tal vez no eran pesados, pero si algo extensos, sin embargo no tanto como lo era antes de que la tierra cubriera a los humanos en rocas.

Todos al ver a la muchacha salir de la casita de Chrome se quedaron asombrados y curiosos, ya que simplemente eran estatuas inertes o cadáveres faltantes de su cuerpo. Nunca habían visto a un humano ser despetrificado en su vida, o al menos, que alguien haya traído uno y automáticamente fuera humano, dando que su primera impresión fuera la sorpresa y curiosidad. Un pequeño beso en la mejilla femenina frente a todos hizo que el corazón de la muchacha latiera a mil por hora, su sangre subió a sus mejillas comenzando a jugar con sus manos.

Le encantaba, le gustaba demasiado.

Y a Senku le gustaba más poder decirle a todos sus amigos "aquí está mi novia"

Sus horas de descanso estaban sincronizadas, los momentos juntos eran simplemente agradables, se sentían en el cielo con cada caricia o roce que se daban, las muestras de cariño también eran presentes en la zona, adorando cada momento que se mantenían unidos. Senku había vuelto a respirar tranquilo sin ninguna espina en su corazón que le evitara derrumbarse poco a poco, su corazón finalmente podía ser feliz nuevamente, y su alma estaba perdonada de cualquier pensamiento idiota que hubiera tenido.

—El almuerzo está listo.

Los habitantes de la aldea se dirigieron hacia la fémina que anunciaba la hora de comer, un guiso con carne los esperaba ansiosos, junto a la sonrisa más dulce y sincera que pudieron tener en muchísimo tiempo.

Los aldeanos iban con platos hacia la fémina, quien servía la comida, aún siendo ella la reina del imperio científico.

—¿No comerás Senku?–Preguntó la muchacha viendo como el nombrado seguia recostado en su muslo sin querer moverse.

Este solo dejó salir un "mmm..." cómo respuesta, abrió un poco sus ojos mirando como servía aquel guiso preparado por nada más que sus dos manos. La verdad no estaba hambriento, pero su comida quedaba realmente bien para decir que no.

—Si no comes ahora, se va a acabar.–Mencionó ella revolviendo el guiso en la olla mirando lo rápido que se a estado acabando.

Simples palabras para que el cabello de cebollino se pusiera de pie y acercara un plato a la gran olla. _______ movió su cabeza negando con una sonrisa, acercó el cucharón hacia el plato de su pareja dejando que la comida caliente llenara el cubierto en sus manos.

—¡Está genial ______!–Comentó Chrome quien comía poco a poco disfrutando de la comida recién echa por la única fémina despetrificada del lugar. La nombrada sonrió cálidamente hacia el castaño agradecida por el comentario.

Kohaku y los demás presentes igualmente alagaron el gran trabajo de la muchacha, no solo por el hecho de no haber probado comida tan buena como la que digustaban, si no simplemente ______ tiene tan buena mano para las habilidades culinarias, al final encontró un gran hobbit en la cafetería.

Su espalda chocó con la de su novio quien se había acomodado del sentido contrario comiendo su almuerzo, la muchacha no evitó sonreír por el acto del científico, tal posición la aprovechó para apoyar su cabeza en el hombro masculino relajándose casi de inmediato en su amado...3700 años sin el...¿quien puede aguantar tanto sin alguien sin dolerle? Su inconsciencia no la dejó pensar, sin embargo Senku estuvo contando desde el minuto cero cuando el rayo transformó la humanidad en piedras sin vida, era tanto que era doloroso, estar encerrado en un cascarón de piedra por tantos años, no era algo que hubiera podido soportar.

Los Escritos de Senku|| Ishigami Senku X lectora||Dr.Stone||Where stories live. Discover now