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Cuando el omega salió del baño, se encontró con su cama ya hecha y un bote de pomada para aliviar su dolor, entonces se la echó y luego bajó a desayunar.

Nuevamente este se topó con un solo servicio en la mesa pues al parecer, el alfa tampoco estaría en la mañana para acompañarlo en el desayuno.

-¿Y el señor Pruk?- preguntó a la doncella que le servía.

-El señor desayunó temprano y luego se ha ido a la empresa, señor Saint.

El omega suspiró entristecido.

-¿Ha dejado dicho algo para mí?, ¿Algún recado o petición?.

La doncella negó con la cabeza.

-No nada, señor.

Tras irse esta, el omega bebió un sorbo de café y pegó un bocado a una de las dos deliciosas tostadas de su plato, sin entender cómo era que Zee no podía tener todo aquello y no disfrutar de nada.

-Este alfa tan solo sabe trabajar y llegar en la madrugada y luego vuelve a irse tan pronto amanece, es de locos.

Finalmente y tras terminarse su desayuno, Saint decidió pasear por los jardines de la casona, la verdad no sabía en que iba a invertir el tiempo pues a parte de esperar al alfa, este no tenía nada que hacer.

Ya en la tarde, mientras ese disfrutaba de otro libro de la biblioteca tumbado en un diván, este escuchó que la ama de llaves lo llamaba.

-¿Señor Saint!?, ¿Señor Saint donde está?.

-Estoy aquí... aquí mismo-dijo este haciéndole señas.

Tras acercarse la omega este volvió a hablarle.

-Por favor llámame solo Saint, me siento extraño escuchar lo de señor.

-Pero el señor Pruk dij...

-Tranquila, yo se lo diré.- sentenció sonriente el castaño-...será un secreto entre nosotros.

La omega asintió y acto seguido le dio un sobre, el cual lo había traído un mensajero junto con un paquete que al parecer ya estaba en su habitación.

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Pontelo para mí y ven a verme, Z.

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El omega entonces hizo una mueca.

-Pero...¿Qué le pasa a este alfa?, ¿Acaso no sabe lo que es el teléfono?.

Cuando este llegó a su habitación, se encontró una caja sobre su cama, entonces la abrió y se quedó boquiabierto pues en ella había un ridículo disfraz de conejo.

Rápidamente cogió las orejas de este y frente el espejo se las probó.

-¡Oh joder!, ¡este alfa es un auténtico pervertido!-chilló mientras no paraba de reírse

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-¡Oh joder!, ¡este alfa es un auténtico pervertido!-chilló mientras no paraba de reírse.

Unos minutos después, el chofer del empresario alfa estaba en la puerta principal esperando para llevarse al omega a la empresa, donde este lo esperaba impaciente.

Saint se puso un abrigo por encima y se guardó las orejas en el bolsillo, luego bajó las escaleras y aún riéndose se subió al lujoso coche.

Durante todo el trayecto el omega, fue pensando en todo lo que le estaba pasando y a pesar de que le resultaba gracioso, sentía que Zee tenía muchas luces y sombras en su vida.

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Hola a tod@s quisiera saber si os está gustando la historia.

Muchas gracias por vuestros votos y comentarios.

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8. «Luces y sombras» - Zaintsee -Omegaverse -TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora