infinity in always

uno

"La memoria es todo lo que somos. Los momentos y sentimientos, capturados en el ámbar, ensartadas en los filamentos de la razón. Tome los recuerdos de un hombre y tomarás todo de él. Socavarás una memoria a la vez y lo destruirás con tanta seguridad como si martillaras un clavo a través de su cráneo."

-Mark Lawrence, King of Thorns

* * *

Un extraño saluda a Louis cada vez que se mira en un espejo - un extraño con los ojos hundidos, pómulos afilados y mejillas hundidas, cuyos mechones de cabello plumoso se enredan en nudos intrincados; enroscados en algo parecido a un halo roto.

El hombre le devuelve la mirada con recelo, terror, y tal vez, fatiga - porque esto le sucede a él todos los días, durante todo el tiempo que él puede recordar, y está cansado de todo esto, de verdad. Cansado de no poder reconocer su reflejo.

Cada mañana él recita, no habla con nadie sino a sí mismo para poder tratar de recordar que, "Este soy yo. Así es como me veo." El sencillo acto se realiza con tanta frecuencia que se ha vuelto más como un ritual que una rutina; e incluso entonces es sólo una parte de lo que debe hacer cuando la segunda luz de la luna muere y el día respira de nuevo.

Junto con el renacimiento de la luz del día, a pesar de que su mente aún no está conectada a sus labios secos y sus palabras todavía se alojan en su garganta, sus manos se sacuden ciegamente en la habitación todavía oscura para encontrar el cuaderno encuadernado en cuero que siempre descansa sobre su mesa de noche. A pesar de su vejez, y aunque algunas de las páginas amarillentas están ausentes, todavía dentro de ella están cosas pequeñas, aparentemente insignificantes notas incomprensibles para nadie más que sí mismo. Detalles minuciosos que personas dan por sentado, como: 'Tori, mujer, vecina, 32 años de edad, cabello rubio, sonrisa torcida; Jake, varón, fontanero regular, 45 años de edad, cabello castaño oscuro, un lunar en la nariz.'

Louis tiene que hacer esto; es una necesidad - por el simple placer de tallar la imagen de una persona en su mente que nunca estuvo, para empezar.

Hay una tormenta sin fin dentro de él, creando estragos y destrozando todo su ser, una peligrosa mezcla de ira, desesperación y tristeza. Es una tempestad sin fin, que lo mató hace años cuando escuchó llorar a su madre por el hecho de que su bebé no volvería a recordarla. Si bien es cierto sólo en parte, porque a pesar de que su rostro es una imagen borrosa en la mente estropeada de Louis, él todavía puede recordar cómo suena su risa aireada, cómo ella ahoga otros ruidos en la habitación con su carisma, y cuán dulce, su perfume de lirio perfumado huele, pero no era suficiente. Nunca va a ser suficiente.

Y aunque Louis tiene veintidós años, él todavía no es capaz de disipar la soledad cubriendo su ser, asfixiándolo lentamente a su muerte, pero él supone que esto es lo que hay que hacer. Si tuviera que quedarse con su madre, luego a medida que pasara cada día, él sólo le rompería el corazón aún más, o lo que queda de todos modos.

Así que él traga su tristeza y se baña en el falso éxtasis de la soledad, y se enfrenta a otro día, porque es la única cosa que puede hacer para mantenerse a sí mismo intacto, para que no se rompa bajo el peso omnipotente del aislamiento.

* * *

Louis no tiene destino en mente, él nunca lo tiene.

Él deja que sus pies lo guíen a donde sea, porque cree que su cuerpo sabe donde su corazón quiere ir; donde su mente no lo dejará ir.

Una sensación agobiante, lo que puede ser una combinación de curiosidad y ansiedad, agarra su corazón, apretando su pecho hasta que se queda sin aliento. Y lo peor es, que no sabe por qué. La respuesta que siempre anhela, el acompañante a la pregunta, '¿Por qué estoy aquí?' siempre evita su alcance, se escapa de entre sus dedos. La cosa es que él sabe, sin embargo, el hecho es oscuro en su banco de memoria brumosa, dónde él va. Él va a esa panadería, al final de la calle, una al otro lado de la playa, con vistas al infinito azul y el horizonte sin fin. Pero él no sabe por qué. Seguramente él no siempre necesita una barra de pan para el desayuno, y ciertamente recuerda de otra panadería que vende muffins con mejor sabor que a la que él piensa se está dirigiendo, por lo menos.