Epílogo 2/2

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–Él está aquí –Habló el alfa.

Aquel lobo de pelaje negro y ojos zafiros sacó sus dientes y gruñó en reproche –¡Quiero a mi Omega de vuelta!

–Él no está aquí –Contestó Soobin el cual se encontraba siendo atrapada entre unas cadenas, en su propia alma –El ya se fue, Alfa. Yo pensé que lo querías a él...

–No hay nada que nos até, entiende. Aparte, si rompes tu lazo completamente con Hueningkai ya no podrás recuperarlo.

Soobin negó y rio un poco –Ya no quiero a Kai. No lo quiero como un Omega y me niego a hacerlo como tú quieres. Despertar hasta que entiendas, no quiero que mueras y yo tampoco, somos un equipo ¿No es asi, perro pulgaso?.

Él lobo se sentó sobre aquel lugar y en su mente vinieron aquellas escenas de cuando Soobin era aún pequeño y le llamaba de esa manera. Desde que eran niños siempre habían formando una conexión de respeto. Soobin actuaba si el alfa le brindaba apoyo.

–¿Qué tiene ese Omega que pueda querer yo? –Habló de nuevo el alfa.

Y, como si fuera por arte de magia, un sonido llegó al lugar. Un bebé lloraba desconsoladamente pidiendo los brazos de su padre, pidiendo calor. Soobin miró al suelo y una lagrima rodó por sus ojos, su hijo estaba llorando, estaba ahí y le carcomia no poder verlo.

Mordió su labio y enfrentó a su alfa con la mirada entre su entrecejo fruncido –¿Lo oíste? E-el es nuestro bebé, nuestro cachorro...

Aquellos lloriqueos era como una música para los oídos del alfa. Aunque con aquel Omega que estaba a unos metros no sentía conexión alguna, con el pequeño cachorro sentía ganas de protegerle y amarlo sobre todas las cosas. Se levantó en sus cuatro patas y camino hacia Soobin quitando las cadenas de su cuerpo, fue ahí, donde Soobin después de tanto tiempo pudo despertar de su largo sueño.

Sus ojos poco a poco se abrieron recibiendo la luz tenue de la luna. Unas lágrimas saladas rodeaban por sus mejillas y el aire frío calaba un poco su piel. Se levantó sintiendo su espalda dura y sus brazos un poco a doloridos ¿Cuanto tiempo estaría en ese lugar?.

No pensó mucho para darse cuenta de que estaba conectado a una máquina y en lo que suponía ser un hospital. Su vista se posó al frente mirando al Omega rubio con sus brazos flexionados en el armazón.

Aquel se encontraba un poco despeinado y temblaba levemente, sabía por qué, hacía mucho frío en el lugar. A su lado, de nuevo un sonido se hizo presente como pequeños maullidos. Se levantó con sus pies delcaxos quitándose el oxígeno y aquel suero de sus muñecas. Cuando piso el suelo chillo por lo frío que era, se aproximó poco a poco, y ahí lo miró.

Un bebé regordete, mejillas como las de un pequeño conejito color cereza. Sus manitas en unos guantes moviéndose sobre el aire y una en sus labios, sus piecitos enrosscados en la cobibijita, un gorro azul pastel igual a su mameluco.

El bebé era una copia exacta de él. Era hermoso. Aproximó sus manos hacia el pequeño cuerpecito y lo tomó poco a poco sin lastimarlo. Lo puso entre sus brazos y fue ahí que por primera vez sintió aquella sensación de sostener a un bebé, a su hijo. Más lágrimas saladas aparecieron en sus 0jos. Su mano se dirigió a los guantecitos y tomó su manito viendo la pequeñez que era con la suya. Le acercó y prego su frente a la del niño.

–Te amo tanto... –Suspiro y cerró sus ojos para abrirlos de nuevo y darse cuenta que aún estaba ahí y que toda la oscuridad en la que estaba se había ido.

Él bebé por su parte en cuanto fue tomado dejó de llorar y acurrucó su cuerpo entre los brazos del alfa, el olor que desprendía era de lo más reconfortante, tanto que a los minutos sin necesidad de ser mecido durmió plácidamente sobre ellos.

Soobin se dirigió hacia la camilla y se sentó ahí admirando a su bebé y de ahí a Yeonjun. El Omega se veía, un poco más delgado que antes y sobre sus ojos llevaba unas ojeras grandes y sabía por qué haciendo que su corazón que achicara.

Pasaron las horas y la mañana llegó. Soobin aún estaba despierto mirando por sobre la ventana. Anoche había puesto su cobija a Yeonjun y arropo aún más a su bebé.

Yeonjun por otra parte se dio cuenta de que era día por los rayos del sol pegar a su cara. Parpadeo un poco y bostezo elevando sus brazos y estirandose. Estaba decidido a irse a "su cama" y fue ahí que su mente conecto todo acordándose de su bebé y levantándose rápidamente. Su bebé no se encontraba a su lado y su corazón empezó a palpitar asustado.

Cuando iba a salir por fin para pedir ayuda, sus pies pararon mirando hacia la camilla y encontrándose a su alfa con su cachorro. Ambos ahí, mientras Soobin solo le miraba con cierta estrañeza.

Parpadeo de nuevo y llevo sus manos a su cara para tallarla, pero todo seguía siendo igual. Sus manos formaron un pequeño puño y lágrimas empezaron a caer de sus ojos–S-Soobin...

–Él mismo –Contestó y solo fue eso para que Yeonjun corriera hacia sus brazos y le abraza y besara como nunca.

–Anoche llovió –Sostuvo sus mejillas y beso de nuevo la boca de su alfa –Y estuve esperando tu sombrilla...

Y aquí estas .

Umbrella - Yeonbin [omegaverse] ©𝗺𝗶𝗻𝘆𝗼𝗼𝗻𝗽𝗮𝗿𝗸𝗺𝗶𝗻𝗻𝗶𝗲Where stories live. Discover now