«Capitulo 18»

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"Pasado"

Un pequeño pueblo, apartado de todas aquellas ruidosas y enormes cuidades, tan pequeño que todos los que allí vivían se conocían desde que eran unos intrépidos e inocentes jóvenes, con metas y aspiraciones en la vida, diferentes en cada uno de los casos. Confiaban ciegamente los unos en los otros, se trataban con amabilidad y respeto, compartían las pocas cosas que tenían y no dejaban solo a nadie si esa persona tenía algún problema. No importaba lo que fuera todos estaban allí para apoyarse como una gran familia que eran. Todos allí sabían que su pequeño y querido pueblo no era para nada perfecto, que estéticamente hablando dejaba mucho que desear, que tal vez algunas casas estuvieran viejas y empolvadas, que las paredes de las calles carecían totalmente de colores vivos y armoniosos, siendo sus colores tonos grises oscuros poco llamativos, también tal vez el hecho de que la escuela requería nuevos escritorios o que algunas rejas de algunos jardines necesitaban con urgencia un cambio de aceite por el estridente y desagradable sonido que hacían cuando se abrían o cerraban.

Habían muchas cosas malas que podías decir del aspecto de aquel lugar, pero son cosas que pasaban totalmente inadvertidas al momento que conocías a alguna de las las personas que allí habitaban.

Personalidades distitas, gustos distintos y vidas distintas. Lo único que todos tenían en común era el gran amor hacia su pueblo y hacía su gente.

Definitivamente no había mejor lugar donde vivir.

Un día soleado, igual que siempre, unos cuantos niños corrían alegremente por las calles de aquel lugar, riendo y saltando a cada segundo, cantando en coro una alegre canción, la cuál, les había enseñado su maestra, su dulce y encantadora maestra, "La mejor maestra de todas las maestras en el mundo mundial" como frecuentemente solían decir los pequeños, y también la única maestra que enseñaba en aquel recóndito lugar.

Saltando, entre risas y bromas entre ellos, llegaron hacía su adorada escuela, la cual constaba apenas con tres salones diferentes y un pequeño comedor. Llegaron hasta el salón el cual tenía el dibujo de una estrella pegada en la puerta, se pusieron rápidamente en fila y uno de ellos, el primero de la fila, tocó la puerta para regresar rápidamente a su lugar.

La maestra, Lilith salió por la puerta les sonrió dulcemente a todos y se puso en posición para saludar a sus alumnos.

-Bu-buenos días maestra Lilith- Hablaba con algo de vergüenza uno de los pequeños el cual era como siempre el primero en la fila para saludar a su maestra antes de entrar al salón de clases

La maestra le sonrió ligeramente antes de hablar -Hola Brendan, puntual como siempre mi niño hermoso.

Las mejillas del pequeño niño se encendieron rápidamente en un tono rosa haciendo resaltar su pálida y lechosa piel, avergonzado por las dulces palabras de su maestra, se cubrió el rostro con sus manitas y corrió rápidamente al salón.

Lilith sonrió mientras miraba al pequeño correr ágilmente, y luego dirigió su vista hacía el próximo niño en la fila, en este caso niña.

-¡Hola maestra! Hoy traje esta flor para usted- La niña la cual vestía un lindo vestido azul le estiraba con ánimo la flor hacía la mano de su mestra.

-Gracias Mónica, la pondré en agua junto a las otras para para que no se marchite.

La pequeña le sonrió y camino hacia el salón con una gran sonrisa en su rostro

Asi era la rutina de la mestra del pueblo, despertaba, se vestía, desayunaba, se despedía de su tan adorado esposo y pequeña hija, la cual apenas tenía un año de nacida y salía muy temprano por la mañana a impartir clases a sus pequeños y adorables niños.

La ahora profesora Lilith había llegado al pueblo hace unos cuantos años. Y había llegado allí como por obra del destino.

Contando a todos cuando llegó, que antes de encontrar el pueblo se encontraba de viaje con su ahora ex-pareja y que este la había dejado en medio de la carretera durante la noche anterior luego de una fuerte discusión que ambos tuvieron.

La gente del pueblo la acogió cálidamente y le brindó asilo hasta que ella fuera capaz de regresar a su hogar por su cuenta

Pero el destino tenía otros planes para ella, el joven alcalde el cuál había tomado el puesto recientemente luego de la trágica muerte de su padre, quedó flechado de ella en el momento en el que la vió, cortejándola durante varios meses enseñándole cosas maravillos del pueblo y sus habitantes, consiguió entonces que una joven y hermosa Lilith quedará también totalmente enamorada de aquel encantador hombre.

La gente del pueblo amaba a su nuevo alcalde, asi como también amaba a la persona que había elegido para compartir su vida. Toda la gente del pueblo celebró durante días enteros y con gran emoción la boda de su querido alcalde con la amable y hermosa Lilith la cual había llegado sólo para traer más alegrías al pueblo.

Meses después de esta gran celebración, llegó a sus vidas el complemento que necesitaban para hacer sus vidas enteramente dichosas, la noticia del embarazo de Lilith.

La cuál, en sus tiempos libres se había convertido en la maestra de el pueblo al percatarse que no había ninguna, cumpliendo asi con otro de sus sueños que era convertirse en maestra.

Todo era perfecto, su pequeña y hermosa Charlie había nacido sana y hermosa , los niños amaban a su nueva maestra, ella su nuevo trabajo y tanto el alcalde como su gente estaba feliz.

Nada podía arruinar su felicidad

¿O si?


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Es el primer capitulo el cual no es narrado por Alastor.

Pero era necesario, ya lo verán en un futuro, no muy lejano tal vez

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Espero que les haya gustado el capítulo como siempre y nos vemos en el próximo

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Por cierto ya estoy mejor, muchas gracias por sus mensajes de apoyo.

"Nuestro pasado"- RadioDust EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora