8: ¿Asesinato?

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Podría llamar a Víctor pero está con el viejo ese.

No puedo quedarme aquí sentada en medio del pasillo, sería extraño y me podría conseguir Jeff acá.

Caminé hacia el Lobby aprovechando que el viejo bastardo está en el bufete y comencé a pensar que hacer, pero, no tenía ni la más mínima idea.

En el gran Lobby vi en una pared un lujoso mapa que te mostraba las instalaciones del barco y su ubicación, y para mí suerte había un spa para mujeres y otro para hombres.

Allí Jeff no iba a entrar, es decir, es para mujeres.
Además, me cae muy bien ya que necesito relajarme.

Sin pensarlo mas fui en busca del spa, subí las escaleras que me llevaban al segundo piso y caminé el pasillo hasta encontrarlo, en la puerta decía: "Woman spa." Y por suerte, estaba abierto.

Entré y vi una especie de recepción súper lujosa, con asientos, un mostrador y una cascada artificial que te hacía relajar a penas la veías, sin contar la música instrumental relajante que estaba sonando.

Solo había otra persona allí aparte de mi, la chica que había visto en la tienda de máscaras que fue en ayuda de la otra inepta, la novia del tal Imbécil, la Bestia.

Sabía que era ella por lo mismo, porque la había visto en la tienda y el nombre por el cual la llamó la que me quería quitar la máscara coincidía con el nombre con el que su novio me la había presentado, lo único es que ya no recuerdo su nombre.

—Buenos días, Bestia.

La mirada que me dedicó fue implacable.

Tenía unos ojos muy lindos detrás de esas pestañas, tez blanca, su abundante cabello negro como la noche, labios gruesos, en si ella era muy linda.

—¿Cómo que Bestia? Así solo me dice mi novio, ¿Tu quien eres?

—Tú consciencia.—Me senté junto a ella.

—Déjate de estupideces, ¿Como sabes que mi novio me dice así?

—Reí.—Relájate, tú novio nos presentó en la fiesta de máscaras.

Se quedó pensando unos segundos y finalmente asintió recordando.

—¿Y como sabes que soy yo? Llevábamos máscaras.—Dijo con obviedad.

—Pues porque cuando estaba en la tienda eligiendo mi máscara te vi.

—¿Y como sabes que soy yo?

—Porque en la tienda te llamaron por el mismo nombre que en la fiesta.

—¿Y por qué no me llamas por mi nombre entonces?

Bien bueno pues, está es policía o qué.

—Porque ya no me acuerdo cuál es.

—Skyler.—Extendió su mano hacia mi presentándose.

—Alessa.—Correspondí su saludo.

—¿Por qué estás aquí tan temprano?—Cuestionó curiosa.

—No podía dormir.—Mentí encogiéndome de hombros.—¿Y tu?

—Lo mismo, estaba pensando en mi hija, la extraño.

Mi ceño se hundió de inmediato y la recorrí con la mirada.

¿Su hija? Pero si se veía muy joven, y además, no parece en lo absoluto haber dado a luz, está muy bien.

—Si, mi razón de vivir, no la pudimos traer porque está muy pequeña aún.

—Entiendo.—Asentí comprendiendo.

Solo mi mente.Onde histórias criam vida. Descubra agora