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— ¡Bleh! —el pequeño Senku de no más de siete años arqueaba.— Nunca tendré pareja, ¡solo necesito a la ciencia y a la luna en mi vida! ella nunca me deja solo, y la ciencia tampoco lo hará. Iré a visitarla y le diré todo lo que pienso.

— Jajajaja. —Byakuya acarició su cabeza.— Puede que tengas razón, hijo. Pero, ¿sabes?, la luna suele juntarse con el sol algunas veces para formar un eclipse. ¿No te da envidia, o celos?

— ¿Eh? 

— ¡Hacen una hermosa combinación! se juntan para deslumbrar a aquel que esté preparado para verlos. ¿No crees que deberías ser igual de genial, y buscar aquel sol que te complemente? No importa si es una chica o un chico, o no sea aceptado por el demás cosmos. 

— ...

— Mientras tengas aquella mitad, aunque tarden meses, o años en encontrarse, ¡siempre van a ser brillantes juntos! ¿para qué ser genial individualmente, sí puedes estar acompañado? y sí a los demás no les gusta, simplemente deberían de no esforzarse en ver. —Usó de ejemplo, aquel entrañable sujeto, para poder incentivar al pequeño a llegar al amor.— Imagínate una relación así, que se sumen, y al mismo tiempo nunca dejen de brillar por su cuenta. Aunque no estén juntos, su trabajo no cesa, y al congeniar, son más increíbles todavía. 

— ¡Jajajaja! ¡eres muy cursi, padre! ¡nunca pensé que podrías hacer una historia de amor acerca de un fenómeno atmosférico de dos seres que se alinean en un evento astronómico!

— Es porque...—Con voz seria.— Estás hablando con el futuro-astronauta más cool que verás en tu vida. Además, no uses palabras tan complicadas...

— Claro, claro, sí vas antes que yo, déjame saber que opina la luna al respecto. Entonces te creeré.

— Creo que puedes hacerlo tú mismo cuando llegue el momento, y estará justo enfrente de tus narices— un pequeño bop en la mencionada del menor.—tómate el tiempo de encontrar esa respuesta por tu propia cuenta. 

—¿Alguien que me encante tanto como la luna?—dijo volteando su mirada a la ventana.— ¿Sabré entonces como se siente una unión tan asombrosa? ¿cuando la encuentre?

— Eso espero de ti, Senku. ¡Asegúrate de presentármela! ¡no importa sí te toma un par de constelaciones enteras descubrirla! lo importante del recorrido, será lo que aprendas y su final. 

— Jajajajaja... Lo pensaré. Pero para que sepas, ese ejemplo fue muy forzado.

— ¿¿Ehh??

////

"Estúpido padre, piensas demasiado esas cosas, al igual que este tonto, intento de filosófico."

O quizás...

— Senku.

Puede qué...

— ¡Senku!

Tendría que tomarlo en cuenta...

¡Pum! Algo lo golpeó sacándolo de sus pensamientos. Más bien, alguien.

— ¡Ay! ¿qué te pasa? —se agarró la cabeza

— ¿Qué me pasa? ¡¡¿¿qué te pasa a ti??!! ¡llevas mirando a la nada durante cinco minutos sin prestarme atención, por lo menos dame un misero segundo de una velada romántica de aniversario! maldición. —dijo cruzando los brazos.— Eres tan frío.

"¿Cómo habrá sabido ese estúpido mago acerca de esta fecha? ni yo la tenía en cuenta, es tan insignificante..." 

Ahora, estaba particularmente molesto con la rubia, tras descubrir que lo había estado engañando con lo de Gen. Le dolió pensar que ella solo mintió para poder mantener una buena imagen y denigrar a Asagiri. Probablemente él estuvo así de mal tanto tiempo solo por aquella mentira...

Eso, sería una buena excusa para terminar con ella. Pero, había algo que todavía no le cuadraba. "No le quites las plumas y te las pegues a ti mismo"... ¿Qué debería hacer?

— Kohaku. ¿Por qué me mentiste? 

La mencionada abrió los ojos en asombro. Su corazón empezó a latir rápido, ¿cómo fue que se enteró? imposible, ahora de seguro la odiará, todo culpa de Asagiri...

— ¿D-de qué hablas? —dijo instintivamente, aunque sabía que no podría librarse.

— Lo de Gen. Dijiste que se confesó e insistió. —¿Por qué justo ahora era cuando se daba cuenta de la inconsistencia de esa acusación?  era tan armada...

— ... ¿Lo tienes que decir ahora? —casi susurró con melancolía.— estoy aquí desde que volvimos, estaba ilusionada por este día que parece no significar nada para ti, ¿y eliges este día para echarme en cara eso?

Se levantó de su lugar, y firmemente exclamó: 

— ¡Si! ¡lo hice! te mentí, él nunca me dijo eso. ¡Nunca me prestas atención! eres tan frío, e indiferente, ¡¿cómo puede ser que el mentalista acaparé lo que no me das a mi?! y esto es de bastante antes de que todo comience... ¿¡No entiendes lo desesperada que estaba por no perderte?! —empezó a sollozar pero de manera bruta se limpió.— ¡No, no me entiendes! ¡no sabes como se siente!

Los profundos ojos azules de la rubia se llenaron de lágrimas y ella junto a su orgullo abandonaron la habitación antes de que el acusado pudiese esbozar una palabra.

¿Acaso no sé lo que se siente? ¿es que yo no la estuve amando por estos últimos meses? pero se sentía tan ambiguo que se fuera. Tan insignificante ante la pérdida de Gen. Se sentía fatal por pensar así.

Kohaku... Ella era tan brillante. Traía tanta luz que hacía que las sombras cada vez fueran más oscuras. No podía soportar tanta inocencia e ignorancia de una relación, no tenía ganas de hacerlo.

Ahí entendió las palabras de Asagiri. Las que dejó en su nota con aires de superado.


















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Komorebi | SengenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora