𝕻𝖗𝖔𝖒𝖊𝖙𝖎𝖉𝖔𝖘 [Uchiha Itachi +16]

-X-

Y así, Shisui llevó a la muchacha a su hogar, siendo recibidos por Mikoto y Fugaku, quienes partían a la aldea vecina, por un par de negocios. Itachi tambien los habia recibido; aunque este, simplemente se digno a saludar, y luego ir a su habitación.

En cuanto Shisui se fue, ella recordó la conversación que tenían en el camino. 

—¿Pero cómo voy a ver a Itachi a la cara?—

La joven aún no sabía cómo lidiar con verlo nuevamente, aun mas, porque no entendia la razon de hacerle vivir tal genjutsu. ¿Lo peor? Probablemente él había visto su emoción y fascinación por aquel "vivido" beso. 

—¿Por qué no te vengas?—

Hizo una mueca traviesa, aunque no sabía lo que la chica había visto, siempre podía tener una pequeña venganza.

—¿Vengarme...?—

—Claro, una travesura de vez en cuando no viene mal. Después de todo, él, sobre todas las cosas, es tu hermano, ¿verdad?—

La joven asintió, aunque se extrañó al escuchar como Shisui enfatiza en aquella palabra. 

La joven había estado pensando en cómo se "vengaría" de Itachi. Ella claramente no podría meterlo en un genjutsu, el era un experto en eso, saldría tan fácilmente como había entrado. 

Tenía que pensar en algo rápido, esta era un oportunidad. Los únicos en casa eran ella e Itachi, el cual al parecer se encontraba en su habitación. 

Soltó un suspiro, llenándose de agallas. Pagaría a Itachi con la misma moneda, solo que habría un pequeño cambio. Ella no usaría ningún tipo ninjutsu. Ella lo haría de verdad. 

Camino hasta la puerta de Itachi, donde se detuvo para agarrar coraje.

Respiro y abrió la puerta, dejando ver a su hermano mayor dormido boca arriba en su cama, sin camiseta.

Estaba extremadamente nerviosa. Ni siquiera había pensado en que hacer, pero ya había entrado, no había vuelta atrás. 

Camino con cuidado, acercándose a la cama en puntitas. 

Se había dado un baño, solo para bajar sus nervios, y sin saber que vestir, simplemente se puso una camisa grande, con manga larga blanca, junto a unos shorts de pijama cortos. Ni siquiera se había colocado vendas o su sujetador. 

Se acercó más, quedando justo al lado del chico que dormía plácidamente. 

Trago duro, deleitándose con la vista que el pelinegro ofrecía. Su marcado torso estaba al descubierto, atrayendo a su vista.

Inconscientemente, extendió sus delicadas manos al abdomen de Itachi, intentando palpar su entrenado cuerpo. En ese instante, despertó de su fascinación.