𝕻𝖗𝖔𝖒𝖊𝖙𝖎𝖉𝖔𝖘 [Uchiha Itachi +16]

-I-

Los finos cabellos castaños de aquella joven, se mecían ante el suave viento, mientras se adentraba en el extenso territorio del Clan Uchiha, caminando a paso tranquilo por aquellas empedradas calles, saludando a todo aquel conocido que veía allí. Se paseó un poco por aquel vecindario, disfrutando de la suave brisa de aquel atardecer, llegando a su respectivo hogar.

—Bienvenida, Kaede.— Saludó cálidamente. Un chico alto, de largos y sedosos cabellos negros, que movía con suavidad aquella escoba, limpiando los caminos de su acogedora morada. Detuvo sus movimientos, prestando total atención a la recién llegada. 

—Onii-sama; ya llegue.— La agotada chica correspondió el saludo, anunciando su anhelado regreso. 

—Madre y Sasuke están adentro, ve a descansar.— Sonrió, prosiguiendo con aquella delicada limpieza. —Por cierto, hoy no podré cenar con vosotros, debo asisti-...— 

—"Asistir a una reunión del Clan con Padre, volveremos tarde." — Interrumpió al joven, continuando con su frase, en un todo algo frustrado. —Onii-sama...— Suspiro. —Ya te dije muchas veces lo mismo. No deberías ir a aquellas reuniones; no es, un ambiente en el que debería estar alguien como tú...— Frunció su ceño, mirando hacia el piso.

Soltó un pesado suspiro. La chica no se rendía con aquel tema.

—Kaede... ya hablamos de eso. Mejor entra a descansar, ¿si?— Su habitual sonrisa compasiva se hizo presente en el delicado y expresivo rostro de Itachi.

—Si, lo que digas...— Una rendida risilla se escapó de los finos labios de la muchacha, no dejaría que eso la bajonee. Su habitual sonrisa apareció en su (ahora) animado rostro. —Bueno, entonces, no te metas en ningun lio; solo haz de presencia, ¿si?— Le guiño un ojo, elevando su dedo pulgar; soltando una risa.

No tardó mucho para que Itachi se contagiara por la sonrisa de su hermana menor.

—Bueno, bueno. Está bien.— Se pasó una mano por su frente, sacando algunos cabellos de su rostro.

Kaede le sonrió una vez más, para luego adentrarse a su hogar.

Visualizo a su progenitora, tomando té; junto a su amargado hermanito menor.

—¿Ya volviste? Debes estar cansada...— La gentil sonrisa de su madre la recibió. 

—Hola, madre. Hola, Sasuke.— Le devolvió esta, sintiendo como su agotada mente se relajaba. Aunque también saludó a su menor, este solo se limito a hacer un pequeño ademán con sus manos. Ya estaba en su cálida morada. —Si, estoy algo cansada.— Todos conocían perfectamente lo que significaba aquello. "Estoy agotada, dormiré por tres días no me molesten, adiós".

—Esta bien, ve a descansar un poco.— Agregó entre suaves risas. Su pequeña niña tenía bastante personalidad.

Se despidió de su madre y hermano, para ir a sus aposentos, y dejarse caer en la cama; durmiendo al instante.