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La cafetería estaba con murmullos, la gente conversaba con sus acompañantes o si venían solos estaban ocupados en sus computadoras o leyendo un libro, mis párpados comenzaron a pesar advirtiendome que tenía sueño, apoyé mi cabeza sobre mis manos esperando a que ella llegara, a fuera del local se escuchaba la lluvia golpear con el ventanal, y si me asomaba estaba seguro que probablemente las calles estaban inundadas.
── Perdón por llegar tarde, Suga-san.
Abri mis ojos al oír su dulce voz, un aroma primaveral inundó mis fosas nasales provocando una dulce sonrisa, me levanté del asiento con el ramo de lilas en mi mano, mi corazón comenzó a palpitar con rapidez sintiendo como todo el calor de mi cuerpo subía hacia mis mejillas, le ofrecí el ramo con una media sonrisa, hace meses habíamos comenzado a hablar en los pasillos de Karasuno y aún no comprendo cómo, ella logró entrar a lo más profundo de mi corazón, sentía como aquél sentimiento aún crecía y tomaba el control, nos sentamos en la mesa y no pude evitar sonreír bobamente pensando que hace cuatro estaciones la había conocido, eramos como la primavera y el verano, floreciendo y profundizando.
── S-si te sientes incómoda o te arrepientes de haber aceptado lo comprenderé ─dije nervioso, sabiendo que el color rosado de mis mejillas aún permanecía como el frío en invierno.
── No he cambiado de opinión ─me respondió con una dulce sonrisa, mi pierna derecha comenzó a moverse con nerviosismo recordando nuestra primera salida, como amigos, las hojas caían con suavidad y su armoniosa risa salía cada tanto al sacarme las hojas cafés de mi cabello.
Comencé a jugar con mis dedos escuchando como me contaba su día, intentaba prestarle toda mi atención pero mi cabeza me traicionaba pensando cuanto me gustaría poder abrazarla para ahuyentar el frío del ambiente, aunque esta temporada ya está en la mitad sabía que mi amor por ella nos iba a cubrir de la lluvia─ De vez en cuando ─la interrumpí, mi rostro lo sentí más caliente por la vergüenza que sentí por aquello─ Cuando me acostumbraba a todo y mi corazón cambiaba por tí ─las palabras me quedaron cortas, cerré mis ojos y apreté mis dedos apenado por aquello─ Mis sentimientos hacia tí son totalmente frescos y nuevos, cuando pasamos página en el calendario nuestro amor florece cada vez más, significas el mundo para mí, cuando las cuatro estaciones pasan una por una, nuestro amor sigue creciendo... ¡Me estoy enamorando de tí!
Al abrir mis ojos pude ver finalmente su expresión, no podría saber que pasaba por su cabeza, giré mi vista viendo como todos alrededor nos miraban expectantes, asumí que todos o la gran mayoría había escuchado a la perfección mi confesión de amor, solo esperaba que ella correspondiera todo el amor que sentía.
── Parece que estoy caminando hacia la luz cálida del sol ─comenzó a hablar, sentí mi estómago oprimirse ¿esa sensación eran las famosas "mariposas"? Nunca me cansaría de escucharla hablar, su forma tan romántica y a veces directa de hablar me encantaba y tal vez por eso ella estaba en el club de poesía─ Para mi eres cálido y acogedor como una manta en el frío, es por eso que quise hablar contigo, me confesaré a tí.
¿Estaba en el cielo?
── Cuando te conocí, sostenías tres flores amarillas entre tus manos, estabas sonriendo todo el camino hacia el sinchon que mi corazón se aceleraba. De pies a cabeza me cautivaste, quiero darte todo mi amor ─sus manos se balanciaban a su alrededor con nerviosismo mientras veía como la mayoría del lugar nos miraba con curiosidad─ ¡Me gustas... me gustas demasiado! Quiero darte todo de mí, eres el único en mi mente. Sonriendo en camino hacia Sinchon hiciste que mi corazón se sintiera cálido ─elevó su cabeza mirándome a los ojos mientras se mordía su labio inferior ansiosa─ Hola Ángel mío ¿cómo pudiste robarme el corazón? Pero está bien, angel mío. Tienes mi corazón y mi amor. Gracias por amarme, gracias por preocuparte por mí, gracias por cuidarme, graciss por hacerme sentir así. » Eres el sol que brilla en mí, resultas tan brillante que eres más hermoso, incluso te lo diré hasta el final de los tiempos pero te lo diré ahora, gracias por siempre. Si me lo permites quisiera estra contigo para siempre...
Sentí mis ojos humedecer, una sonrisa escapó de mis labios mientras rodeaba la mesita para acercarme a ella, intentando ignorar como la mayoría soltaba un 'aww' al vernos y/o escucharnos atentamente, al tenerla al lado mío mis brazos la rodearon, como las nubes cobren el cielo en un día caluroso, protegiéndonos del sol. Su rostro estaba en mi cuello y pude sentir como lágrimas caían sobre este, ambos llorabamos de felicidad, y me atrevo a decir que nos amábamos.
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