My Little Baby

Familia

Se encontraba viendo el techo blanco, el sol apenas salía por el horizonte y el sentía que todo le daba vueltas.

La noche anterior había llegado tarde y todas las luces estaban apagadas siendo su señal de que el joven niñero ya se había acostado, fue a ver a su pequeño torbellino de encontraba profundamente dormido, le dio un pequeño beso en la frente, con cuidado de no despertarlo. Eran esos pequeños gestos que llenaban su corazón y que lo hacían sentir como todo un padre.

No pudo evitarlo sus piernas lo llevaron hacia el cuarto de invitados donde vio el cuerpo del rubio tan tranquilo, dormía boca arriba con sus brazos en la altura de su pecho tan recto que le era imposible creer. La primera vez que lo vio pensó que estaba despierto pero el sube y baja de su pecho le hizo cambiar de opinión. Hoy en día era una costumbre verlo dormir, los días que tenia algún evento o tenía que cubrir algún turno.

Cerro la puerta no atreviéndose a invadir la habitación para observarle, ingreso a su propia habitación y se cambió por una ropa más cómoda, un pantalón de chal y estaba listo para dormir, aunque esto le costó. Desde hace unos días había estando dándole vueltas a un asunto ¿Cuánto sabía de su niñero? Es cierto que cada que lo necesitaba estaba libre y dispuesto a ayudarlo en lo que fuera. Sabía que vivía con dos amigos de la infancia y que se había graduado con honores. También sabía que adoraba las fresas y las manzanas verdes lo cual llevaba a su otro descubrimiento tenía un insano gusto por el color verde y el negro, así como los libros de fantasía y los románticos, lo había descubierto cuando le leía a Sammy, y lo que más le llamaba la atención es que siempre estaba impecable, a pesar de trabajar con niños y especial con su torbellino que se ensuciaba a todas horas el parecía tan limpio como había llegado. ¿Y como sabía todo eso? Bueno se la había pasando observándolo los días que entraba tarde o las noches en las que llegaba temprano, su niñero era un misterio que poco a poco quería descubrir por ese motivo es que la idea de su amigo le había encantado puesto que así tenía la escusa de seguir observándolo y conocerlo más, sabía que se escuchaba mal pues su principal razón debería ser Sammy y lo era solo que sus sentimientos crecían con cada día y estaba seguro de que lo quería con ellos, quería que Draco se quedará las 24 horas del día y los 7 días de la semana.

Con decisión se puso de pie, se metió a darse una ducha y salió de la habitación. En cuanto abrió la puerta el olor del café recién hecho le golpeo en la cara, suspiro habia querido levantarse antes del rubio pero al parecer sus pensamientos le tomaron mas tiempo en aclararse. Sus pasos resonaron por el pasillo rumbo a la cocina, la imagen que vio lo dejo parado en el marco de la puerta.

Un bello rubio vestido con un pantalón negro que se ajustaba a sus largas piernas y su cintura estrecha, con una camisa blanca que se asomaba en el dobladillo de su suéter verde, la sonrisa adornaba sus labios y sus ojos grises brillaban como la plata ante el sol, en la silla alta se encontraba Sammy vestido parecido al rubio solo que su suéter era azul. Ambos se encontraban sonriendo, Draco le deba pequeños pedazos de fruta mientras balbuceaba cosas sin sentido.

—Buenos días señor Potter

La voz del rubio lo saco de su aturdimiento ya que se había quedado plasmado al ver tan hermosa vista.

—Draco ¿Cuántas veces te he dicho que me llames Harry ?

Esa era una constante, ya que el rubio se negaba a llamarlo por su nombre de pila.

—No veo que eso sea muy profesional así que seguiré llamándolo señor Potter o Potter si lo prefiere

A pesar de la seriedad que transmitía Harry pudo observar un toque de diversión en el brillo de los ojos plateados.

—Basta de formalidades, tu ya eres parte de esta familia -Lo dijo, vaya que si, pero tenía que hacerlo oficial, aunque eso tendría que esperar un poco, no dejó que el otro renegara. - y como parte de la familia, es necesario que vivas con nosotros.