Capitulo 14

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Fue entonces cuando fui consciente de que estaba un poco enamorado de Félix. Era tremendamente maravilloso y no soportaba la idea de estar alejado de él. Empecé a mover la cabeza de un lado a otro buscándolo, pero Minho me arrastró hacia la siguiente estancia.

-Esto sí que es una visita rápida -comenté mientras cruzábamos el majestuoso comedor conectado con la cocina. Salimos al pasillo y Minho se echó a reír.

-Ya tendrás oportunidad de familiarizarte con la casa, estoy seguro. -Me miró con ojos brillantes y comprendí que estaba insinuándome que volvería por allí con frecuencia, lo que ya me estaba bien-. Tan solo buscaba una oportunidad para conocerte un poco y lo de enseñarte la casa me ha parecido una forma perfecta.

-Oh. -Asentí, como si la hubiera entendido.

-Ahí está el baño, por si lo necesitas. - Minho me enseñó un cuarto de baño tremendamente elegante y luego señaló un par de habitaciones más que había al final del pasillo-. Allí está el despacho de Chan y al lado nuestra habitación. La verdad es que son poco excitantes.

-No sé por qué, pero lo dudo -dije, permitiendo que me arrastrara escalera arriba. Minho acababa de decir que quería conocerme, pero yo no alcanzaba a comprender cómo pretendía conseguirlo recorriendo la casa a toda velocidad.

-Aquí está la habitación de Félix. - Minho señaló una puerta abierta en lo alto de la escalera y aproveché para asomar la cabeza.
Las paredes estaban pintadas de azul oscuro, como él me había comentado, y la cama era enorme y estaba cubierta con sábanas negras de seda. De una pared colgaba una pantalla gigante de televisión y algo más abajo, en aquella misma pared, había un rincón de juegos lleno de consolas y videojuegos. Había alguna que otra prenda tirada por el suelo pero, en realidad, la habitación era exactamente tal y como me la esperaba.

-Al final del pasillo hay una habitación de invitados, y otro baño -me explicó Minho, y entonces se quedó un poco perplejo-. Ahora que lo pienso, no sé por qué hay otro baño aquí arriba. Todos los dormitorios tienen su propio cuarto de baño y su chimenea. Me imagino que alguien debió de sugerirle a Chan que sería un buen detalle por si algún día quería vender la casa.

-Esta casa está llena de baños y chimeneas -refunfuñó una voz aterciopelada, y el corazón se me detuvo al oírlo. Provenía de otra habitación que se abría al pasillo justo enfrente de la de Félix y, sin ningún reparo, avancé hacia allí.

La habitación estaba decorada siguiendo el estilo del resto de la casa y tenía el suelo de madera y una cama con dosel cubierta con una colcha blanca. En el centro de la estancia, una gran alfombra, también blanca, adornaba el suelo. Las puertas acristaladas que daban al balcón estaban abiertas, dejando que la brisa levantara los finos visillos.
Las paredes estaban repletas de estanterías con libros y en el sillón blanco que ocupaba una esquina había un chico sentado. Un viejo libro escrito en alemán le ocultaba el rostro, pero el sonido de su voz ya me había dejado hipnotizado. Llevaba unos jeans ajustados y un jersey ceñido.


Me fijé en lo bronceado de sus finos dedos, que parecían estar sujetando el libro con una fuerza poco natural. Me pregunté si mi presencia le habría molestado y retrocedí, intentando abandonar rápidamente la habitación, pero tropecé con Minho.

-Changbin, te presento a Hyunjin. Hyunjin, este es Changbin -dijo Minho a modo de presentación. Tal vez fueran solo imaginaciones mías, pero me dio la sensación de que su voz transmitía cierto deje de orgullo. El chico refunfuñó alguna cosa, pero no bajó el libro-. Ya te dijo Félix que vendría esta noche a vernos.

-Lo recuerdo. -Era evidente que Hyunjin estaba molesto, de modo que me volví con la intención de salir de allí, pero Minho, que había decidido hacerle caso omiso o no se había dado cuenta de que el chico estaba enfadado, me cerró el paso.

Instinto¹ || [Lixbin] Where stories live. Discover now