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—Por favor —Elliot perseguía a Einar quien no hacía nada más que negarse a su petición.

—Ya dije que no. —el hombre caminaba tratando de alejarse del muchacho, iban por el bosque hacia Jörd —Ya déjame en paz.

Al llegar a casa de Einar, él inmediatamente lo corrió, sin embargo, Elliot no se dio por vencido; se transformó en lobo y comenzó a aullar, ladrar y hacer todo tipo de sonidos para llamar su atención y funcionó, pero hasta casi el amanecer dejándolo exhausto.

Elliot lo seguía de cerca.

—¿Al menos leíste la carta? —preguntó.

—No. —ninguno de los dos podía estar más irritado a causa del otro —Jade sabe que no saldré de aquí, no entiendo por qué te envío.

—Porque confía en ti.

A lo lejos se podían ver los centauros y faunos que custodiaban la frontera entre Jörd y Krigerheim, al que nadie podía entrar a excepción de Tydeus, Elliot, Einar y Jade. Aceleraron su paso y los dejaron pasar sin problemas, apenas estuvieron cerca del palacio Elliot buscó la ayuda de Tydeus; serian dos contra uno.

—¿Por qué te reúsas a ir? —el Rey centauro lo cuestionó.

—No quiero ver a ningún Nefilim.

Tydeus tomó aire.

—No es un Nefilim quien te llama, es Jade. —Einar rodó los ojos y los dirigió con furia hacia el chico —Ella te necesita, creí que le habías prometido nunca abandonarla, —a veces en serio lo odiaba —ella confía en tus habilidades, en tu conocimiento y por ello te quiere a su lado, protegiéndola.

—Exactamente, —Elliot ya no sabía que decir así que solo le siguió el juego al rey —Tydeus tiene razón, —los dos lo miraron pidiendo su silencio —solo lee la maldita carta. —estaba cansado, se dio la vuelta y se encaminó hacia el palacio en busca de una siesta —Te daré todo el día, me iré mañana, —le advirtió —ya sea solo o acompañado. —realmente esperaba irse acompañado.

El centauro tenía curiosidad.

—¿Por qué odias tanto a los Nefilims? —en Jörd tenían sus razones, el haber sido atacados por ayudar a los Puros y el hecho de que las generaciones pasadas veían como seres inferiores a las criaturas.

El hombre canoso suspiró y respondió:

—Es que son tan parecidos a los humanos, pueden llegar a tener los mismos defectos —dijo —su narcisismo es una de los principales, la que más comparten.

No le decía una razón en específico y parecía no querer decirla, pero respetaría su silencio.

—Piénsalo. —empezó a alejarse de él dejándolo solo.

Suspiró y desenrollo el mensaje no queriendo leerlo:

"Einar:

No creo que haya nada más aterrador que volver a enfrentar el pasado; el hecho de tener que ver de nuevo aquellas decisiones de las que uno se arrepiente o de las cosas que nos lastimaron en lo más profundo inunda el alma de sentimientos que creímos olvidados y superados, pero en ocasiones debemos hacerlo. Quizás las razones sean por un bien mayor, pero sabemos que igual nos afecta más de lo que demostramos.

Hay dos nombres de demonios que rondan la habitación en la que me encuentro, ambos de rangos superiores a los que hubiera imaginado, pero necesito averiguar de quien se trata; Lucifer y Belial, sé que es solo uno y no ambos.

Guardianes: La Espada UlfberthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora