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Estar un lunes en la mañana caminando por los pasillos nunca se había sentido tan motivador como en estos momentos.

El ruido que empezaba a crecer, las risas y gritos, los pasos apurados de un lado al otro; todo junto conformaba la movida mañana dentro del edificio. Y sinceramente, el ambiente me llenaba de comodidad como si no estuviese comenzando la semana y fuese un día intermedio, como miércoles.

Misma rutina, rutina que solo había empezado hace una semana pero que desencadenó mis sentimientos sin reparo y ahora me hacía chocar con los diferentes encuentros con la castaña. ¿Por qué una acción tan pequeña traía cambios tan grandes? Poder conocer más a Soyeon solo aumentaba mis ganas de ir y decirle "Yo soy Woogie" pero luego estaban aquellas inseguridades que limitaban todo aquello que involucrara mis sentimientos y el ser que los provoca como una gran lluvia de granizo.

Luego estaba el pensamiento que rondaba los recuerdos de la noche del viernes, el día más agitado hasta ahora. ¿En que estaba pensando cuando lo dije? ¡No esperaba ser tan impulsiva en esos pocos segundos de valentía! Pero estaba el rato después, donde Soyeon no insinuó nada, solo me insistió en que disfrutara de la noche y su sonrisa radiante dirigida hacia mí hizo que aquello sucediera sin esfuerzo alguno.

Tal vez solo esperaba el momento adecuado, o quería asegurarse de mis palabras, podían surgir tantos escenarios que de ser posible, le diría esta misma semana que soy yo, nadie más que yo quien manda las cartas con tanto amor hacia su persona. No creía que solo bastaría siete días para que yo le gustase, pero si podía tener una relación estrecha con mi primer amor... Para mi, eso sería suficiente porque avanzar tanto siendo Woogie, y luego tener en cuenta todos los acercamientos como YuQi, me hacía pensar en que ya había ganado, una pequeña linda victoria para mí.

Terminé con mis libros y cerrando la puerta de mi casillero me di la vuelta hacia el frente, girando un poco el rostro para apreciar el casillero de la mayor de baja estatura, y mi sorpresa reflejándose en mi rostro con solo ver a la protagonista de mis principales fantasías románticas tan temprano en el instituto, eso me hizo retener mis suspiros.

Y su mirada se encontró con la mía, se notaba... Cansada. Tal vez no había tenido una buena noche, pero no podía estar segura de ello. Me regaló una leve sonrisa, pero no era de esas tan lindas que le daban un aspecto "cute girl" y eso despertó mi preocupación.

Me acerqué a ella, aún dudarlo si hacerlo o no y con un tono sutil decidí preguntar:

— Buenos días, Unnie... ¿Está bien?

La mueca que realizó se sintió tan ajena a ella que no pude evitar sentirme mal.

— Un poco de insomnio, no es nada. —expresó negando con la cabeza.— Siempre llegas temprano, pero es la primera vez que estas tan temprano.

Reprimí mi sorpresa, no esperaba que Soyeon lo notará, mucho menos que detallara algo tan simple como llegar temprano.

—Oh, eso... Solo pensé que seria una buena forma de comenzar la semana si venía con minutos de sobra. —Hablé con naturalidad acomodando un mechón rebelde detrás de mi oreja.— Quién realmente está sorprendida soy yo, Unnie. Nunca te vi tan temprano en el instituto, a menos de que...

La castaña asintió, al parecer entendiendo el vacío que dejé en mis palabras. Hizo el gesto de acomodar su mochila en su hombro y con un rastro de fastidio en su voz, habló:

— Los de último curso comenzaremos las clases intensivas. Nos pidieron venir temprano para asignarnos las horas extras.  —efectivamente, era lo que rondaba por mi cabeza. 

Hice una mueca de disgusto, saber que ahora los de sexto curso tendrían clases extras solo anunciaba que muy pronto abandonarían el instituto para ingresar a una universidad, también era claro sinónimo de poco tiempo personal lo que le daba sentido a la fiesta de Moon. Era como un claro grito diciendo "Aprovechemos el tiempo al máximo". 

CruSh » 𝚈𝚞𝚈𝚎𝚘𝚗Where stories live. Discover now