Capítulo 42

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Tiempo atrás.

La pequeña niña de cabello castaño corría mientras era seguida por un pequeño cachorro logrando sacarle cientos de carcajadas.

-Creí que habíamos dicho que no le daríamos la mascota- habla la mujer quien llega junto a su esposo y observan a la pequeña desde la puerta trasera.

-fue imposible resistirme a su petición- menciona el padre de la pequeña- siempre sabrá como convencerme.

-si sigues consintiendola así terminará siendo una niña mimada- regaña la mujer de cabellos castaños.

-siempre le daré lo mejor a mi hija- aquel hombre responde haciendo que su mujer sonría.

-lo cariño, lo sé- ambos miran a la pequeña que lo único que hace es correr y reír, una pequeña ajena a todo lo que a su alrededor se vivía, una pequeña que desde el momento que nació el legado de su padre estaba con ella, la mafia rusa tenía una heredera y ese puesto le pertenecía a ella.

Raffael.

Actualidad. Semanas después.

Abro mis ojos y veo a mis dos chicas ahí, Dalila y Lara quienes seguían durmiendo plácidamente, miro el reloj a mi lado y este indica que son las ocho de la mañana, me pongo de pie lentamente y sin hacer ruido para ir hasta mi closet y tomar mi ropa deportiva, una vez que me cambio salgo de la habitación para ir hasta el gimnasio en mi Penthouse en donde comienzo a entrenar.

Después de terminar mi rutina regreso a la habitación en donde aquellas dos continúan dormidas, sonrío un poco antes de entrar a la ducha.

Estoy terminando cuando escucho risas provenientes de la habitación, habían despertado, salgo una vez que estoy vestido y las encuentro mirando la televisión aún envueltas en las sábanas. Hay una bandeja con desayuno a su lado, la única que come es Lara.

-buongiorno amori della mia vita(buenos días amores de mi vida)- hablo mientras cierro la puerta detrás de mi y ambas giran a mirarme mientras sonríen.

-buenos días papá- Lara saluda mientras gira de nuevo a la televisión.

-buongiorno amore- Dalila habla mientras me inclino hasta ella para besar sus labios.

-¿no desayunarás?- pregunto mientras veo como su bandeja está sin tocar ni un solo alimento.

-no tengo hambre- responde mientras acaricia mi mejilla.

-eso es muy raro viniendo de ti- ríe.

-¿qué estás tratando de decir?- pregunta burlona.

-nada, nada- sonrío antes de ir a colocarme mis zapatos.

Una vez que estoy preparado camino hasta la castaña mayor de nuevo.

-¿quieres que te lleve a tu trabajo?- pregunto aunque ella aún está acostada mientras sus ojos están cerrados.

Niega sin abrir sus ojos.

-cambie mi día libre- habla y frunzo mi ceño.

-¿por qué?- pregunto mientras coloco mi reloj en mi muñeca.

-necesito un descanso- habla de la misma manera acomodandose más en la cama- y lo aprovecharé de la mejor manera, ¿verdad cariño?

Pregunta hacia Lara quien asiente sonriendo en mi dirección.

-Dali y yo nos quedaremos en la cama todo el día- responde ella emocionada- será un día de chicas.

Elevo una ceja.

-¿no estoy invitado?

-no eres una chica- responde Lara con obviedad.

-¿O si?- pregunta Dalila abriendo un ojo y mirándome.

-¿lo soy?- le pregunto a ella mientras dibujo una sonrisa pícara en mis labios y ella hace lo mismo.

-creo que no- responde y vuelve a su posición inicial, río y me acerco a mi hija para despedirme dejando un beso en su frente y después voy hasta donde está la otra castaña.

-me voy- hablo hacia ella y abre los ojos de nuevo- si necesitan o pasa algo llamame, Giorgio estará abajo- ella asiente- ti amo.

-ti amo- responde mientras beso sus labios.

Después de dejarlas salgo y bajo en el elevador hasta que llego a donde se encuentra mi auto, estoy a punto de subir en este cuando una llamada llega a mi celular, es Giovanni.

-¿qué pasa?- pregunto mientras pego el aparato a mi oreja.

-los encontramos- responde al instante- los tenemos en el almacén- aprieto mis puños.

-voy para allá- respondo con voz dura y asiente.

Subo a mi auto y salgo hacia aquel lugar, por fin podría hacer venganza por los hijos de puta que secuestraron a Dalila, llego después de unos minutos y sin esperar más bajo del auto para adentrarme a este en donde ya se encuentran algunos de mis hombres armados.

-¡el jefe ha llegado!- grita uno de ellos y todos guardan silencio mientras toman sus posiciones anteriores.

Llego hasta donde está Giovanni quien se encuentra frente a dos hombres que están golpeados y tirados en el piso mientras sus manos y pies están amarrados.

-entonces estos son los hijos de puta que trabajaban con Dante- hablo mientras me detengo frente a ellos quienes me miran subiendo su mirada.

-lo son- responde Giovanni a mi lado mientras tira su cigarrillo- todos tuyos.

Los miro y recuerdo aquel día en el que se llevaron a Dalila, la ira se apodera de mi mientras hago una señal a algunos de mis hombres para que los pongan de pie lo cual hacen al instante.

-¿qué te ofreció Dante para trabajar contigo?- pregunto mientras me acerco a uno de ellos quitando la cinta de su boca en un movimiento rápido.

Sonríe con maldad antes de hablar.

-nos ofreció al diablo italiano en bandeja de plata- responde mirándome con odio- y lo tuvimos.

-Pero fallaste- respondo y veo como su quijada se contrae- eso solo demuestra lo inútil que eres.

-el verte enloquecer por tu mujer me reconforta- sonrío y después golpeo su quijada, escucho como truena en el momento justo que su quijada voltea.

-¿algo más que decir?- pregunto mientras veo como sangra sin parar.

-vete al infierno.

Me acerco a uno de mis hombres mientras este me da su arma para después volverme a acercar a donde estaba anteriormente.

-de rodillas- ordeno a mis hombres y estos mueven bruscamente a los cabrones que sostienen mientras los postran sobre sus rodillas quedando así arrodillados ante mi.

-no perdono a las personas que se meten en mi camino- comienzo mientras cargo la arma en mi mano- mucho menos a los cabrones que no tienen los cojones suficientes para dar la cara.

-tu hermano también está involucrado en esto- habla el otro cabrón con miedo.

-y me encargaré de él- respondo- pero en este momento es su turno.

Disparo a uno de ellos y este cae inerte enseguida mientras apunto en la frente del otro.

-a final de cuentas el diablo italiano es quien te tiene en bandeja de plata a ti- disparo sin más y este muere enseguida.

Un ruido detrás de nosotros llama la atención de todos aquí, volteo y lo que veo solo me hace congelar en mi sitio.

Nos leemos pronto.

-Neftali.

Tentación ItalianaWhere stories live. Discover now