Día 11

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Las familias de Hiccup y Merida no podía llevarse bien, no importa lo que intentaran, simplemente eran como agua y aceite.

Sabiendo eso, estaban muy seguros que si alguno de ellos se diera cuenta que se veían a escondidas sería un catástrofe de lo peor, probablemente no podrían ni volver a verse, pero francamente ambos estaban de acuerdo en que era mejor el riesgo a que no tener que verse nunca. Podían mensajearse, hacer llamadas a escondidas pero nada era como verse en persona, una cosa completamente distinta.

Pero bueno, por una tarde querían olvidar el hecho de que Estoico quería arrancarle la cabeza a Fergus y que Fergus quería pasarle su carro encima a Estoico, ahora eran ellos dos, solos, podían relajarse y contar estupideces que harían reír al otro, no pensar en tensiones.

Además, este era un día especial para ambos, ya que mágicamente los dos habían coincidido para decir que sus sentimientos iban más allá que una amistad, ambos sabiendo que serían correspondidos pues nunca habían ocultado nada del otro solo que nunca habían hablado de ello, este era el momento.

—Sin rodeos, tú también me gustas- Merida le sonrío.

Hiccup soltó un risita en bajo, completamente cautivado por la situación.

—Sí, eso lo hace más fácil- suspiro —¿puedo besarte?

Ella asintió. Y ahora de estar en frente de su amiga, estaba aun lado, ambos sentados, recargándose en la pared, Hiccup se acerco y Merida también tomo impulso hasta que sus labios estuvieran unidos, fue solo un momento, como quince segundos y volvieron a besarse, Merida se empujo más hacía donde su amigo, tomando su cara entre sus manos, esta vez sin detenerse, una vez que estuvieron más cerca, más juntos, sus labios empezaron a moverse, haciendo durar el momento porque después de unos segundos el beso ya no fue lento o de primerizos, Merida había quedado sobre las piernas de Hiccup y se besaban con más fuerza, abriendo sus bocas, encontrándose con sus lenguas y dejándose sin aire, esperaban que nadie los viera en ese momento pero tampoco es como si les importara mucho, al fin estaban solos, solo eran ellos dos y el amor que sentían uno por el otro.

—Dios- paró Hiccup, sin alejarse de la boca de su ahora novia —este secreto no va durar ¿verdad? Nos van a matar.

Merida asintió varias veces y volvió a besarlo con las mismas ganas de antes.

Sí, ella conocía el riesgo y no sabía que les deparaba el futuro pero nadie le quitaría tiempo a su momento con Hiccup, ni siquiera el mismo Hiccup.

Mericcup Month 2020Where stories live. Discover now